Batman: ¿Cómo Christopher Nolan redefinió el cine de superhéroes (y a Hollywood)?
Con Batman, Christopher Nolan redefinió el género de superhéroes, el espectáculo de acción veraniego e inició su ascenso al olimpo de Hollywood.
La historia está plagada de eventos que alteran el rumbo de figuras cuyas acciones tienen un efecto dominó en el resto de la sociedad. Un caso concreto es Christopher Nolan y su Batman. A inicios de los 2000, el británico atrajo la atención de la industria con thrillers como Memento (2000) e Insomnia (2002). Cintas a medio camino entre la propuesta autoral y el cine dirigido al gran público. Su siguiente proyecto relataría los últimos años del magnate Howard Hughes. “Creo que es el mejor guion que jamás he escrito”, aseguró a The Daily Beast en 2014. Su biopic del magnate, sin embargo, nunca se realizaría.
New Line Cinema desarrollaba a la par su propia biografía con Leonardo DiCaprio. Todo apuntaba a que la película de Nolan llegaría primero a los cines, pero Martin Scorsese entró en la ecuación y el director británico prefirió moverse a otros proyectos. Al revisitar el legado de la trilogía de El Caballero de Noche no podemos evitar cuestionarnos: ¿qué tan distinto sería el panorama cinematográfico y de la cultura pop si Scorsese no hubiese dirigido El aviador? Pues Nolan no tardó mucho en encontrar la historia de otro excéntrico huérfano multimillonario.
Una laguna en la cultura pop
“Parece improbable que esto te interese, pero Warner está buscando a alguien para ver que harán con Batman”, le informó su agente Dan Aloni. La franquicia había quedado sepultada tras la desastrosa recepción de Batman y Robin en 1997. Proyectos como Batman: Año uno con Darren Aronosfky y Joaquin Phoenix, así como una propuesta de Joss Whedon —futuro director de The Avengers: Los Vengadores (2012)—, habían sido recientemente descartados. Christopher Nolan, por otro lado, sólo necesitó de 15 minutos para convencer a los ejecutivos de su visión.
Antes de Batman inicia, el término reboot no formaba parte del léxico cotidiano de los grandes estudios. Si bien se puede acreditar a 20th Century Fox del primer intento de reiniciar una saga de alto presupuesto con El planeta de los simios (2001); el resultado fue rechazado por la audiencia. ¿Cómo hacerlo correctamente? Puesto que el icónico Batman burtoniano nunca recibió una historia de origen, Nolan se sentía intrigado por la oportunidad. “Sentimos una gran responsabilidad”, dijo a Forbes. “Si encuentras una laguna como esa en la cultura pop, sabes que tienes que hacerlo bien”.
El realizador londinense apostó por el realismo y se centró en la lógica de las acciones que conducían a Bruce Wayne a convertirse en un vigilante enmascarado. Con un presupuesto de $150 MDD y apoyado en un reparto de primera línea, con Christian Bale, Michael Caine, Morgan Freeman, Gary Oldman y Liam Neeson, Batman inicia (2005) recibió aclamación crítica y el efecto de boca en boca la condujo gradualmente a una saludable taquilla de $373.4 MDD en todo el mundo. Más sorprendente fue el desempeño en los formatos domésticos, con ventas de $170 MDD en su primer año.
El efecto pronto se dejó sentir en Hollywood, que comenzó a inundarse de reboots, precuelas, secuelas y otras producciones que abrazaron el tono de aquel Batman, algunas con más éxito que otras. Los creativos detrás de películas como Casino Royale (2006), Star Trek (2009), El origen del planeta de los simios (2011), RoboCop (2014), Godzilla (2014), Terminator: Génesis (2015) o Power Rangers (2017), por citar algunos ejemplos, han reconocido abiertamente su influencia, pero existe un género en particular que tiene una deuda insaldable.
La consolidación de los superhéroes
Bryan Singer (X-Men) y Sam Raimi (Spider-Man) ya habían probado el atractivo de los cómics como material para blockbusters en el siglo XXI. Sin embargo, cuando Christopher Nolan trabajaba en una secuela de Batman inicia, ambas franquicias entraron en decadencia y otros intentos como Hulk (2003), Los 4 fantásticos (2005) o Superman regresa (2006) fracasaron. Interesado en legitimar a estas producciones como un “auténtico género cinematográfico”, Nolan llevó al límite el contraste moral entre Batman y el Guasón en Batman: El Caballero de la Noche (2008), una pieza magistral de acción e intriga que cambió el modo en que la industria, los espectadores y la crítica percibían era cine de superhéroes y sus posibilidades.
La secuela encabezó la taquilla ese año, superando la barrera de los $1,000 MDD. El largometraje no fue celebrado únicamente por el público y la prensa, sino que recibió ocho nominaciones al Óscar, obteniendo Mejor edición de sonido y una estatuilla póstuma a Mejor actor de reparto para un inolvidable Heath Ledger. Pese a los elogios, el filme no estuvo nominado como Mejor película. Aquél desaire forzó a la Academia a cambiar sus reglas un año después para tener hasta 10 películas en la terna principal.
“El Batman de Chris Nolan es lo mejor que pudo haber sucedió porque lo reforzó todo”, afirmó Kevin Feige, presidente de Marvel Studios, previo al estreno del primer crossover del MCU. Tres meses después, la audiencia se despedía de Christian Bale y compañía con Batman: El Caballero de la Noche Asciende (2012). Una nueva era para el cine de superhéroes había nacido. Con todo y las posturas encontradas dentro y fuera de la industria, el oriundo de Westminster tiene una posición clara. “No lo veo como un género limitado. Si así fuera, nunca habría trabajado 10 diez años en éste”, le dijo Nolan a Time Out. “Creo que al igual que cualquier género, al igual que el western, tiene oportunidades ilimitadas. Todo depende del apetito de la audiencia”.
Christopher Nolan asciende
Gracias a Batman, el cineasta consiguió financiar otros proyectos sumamente ambiciosos con plena liberta creativa y exclusivos acuerdos salariales. Ahora, el sistema de estudios prácticamente le da todo lo que él solicita. Entre las pausas de su trilogía, Nolan pudo rodar El gran truco (2006) y El origen (2010), y Post-Batman, el británico ha dado continuidad a su prestigiosa filmografía con Interestelar (2014), Dunkerque (2017), Tenet (2020) y Oppenheimer (2023). No obstante, Nolan ha dicho varias veces que no obtendría ese tipo de concesiones si se incorporase ahora a una franquicia en Hollywod.
“Me gustaría que [las personas] dijeran que [mis películas] siempre fueron ambiciosas”, reflexionó Nolan sobre su filmografía con THR. “Siempre intento hacer algo con las intenciones más sinceras y tratando de pensar realmente en grande”.
Se trata de una filosofía que sentó sus bases hace tres lustros y cambió a Hollywood para siempre.
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