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Cine

Dunkirk – Crítica

27-07-2017, 9:30:08 AM Por:
Dunkirk – Crítica

Christopher Nolan adopta el género bélico y le añade su muy peculiar estilo y lenguaje, siempre jugando con el tiempo.

Cine PREMIERE: 5
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A estas alturas, la cintas que conforman la trilogía de El Caballero de la noche son las más lineales de Christopher Nolan. Aún así, todo en su filmografía se caracteriza por el uso y la percepción del tiempo, ya sea en el espacio (Interestelar), en nuestros sueños (El origen), en la memoria (Memento) o incluso devido al desvelo (Insomnia). Un evento bélico basado en hechos verídicos podría ser algo sencillo, pero en manos del director inglés, esto se transforma en una compleja aventura de suspenso y tensión que juega, precisamente, con la percepción del tiempo.

El filme está situado en un momento de la Segunda Guerra Mundial en que Alemania estaba ganando la guerra en Europa. Las tropas británicas y francesas –unos 400,000 hombres– se encontraban rodeadas y varadas en la costa francesa de Dunkerque. Aunque por aire recibían la ayuda de la Fuerza Aérea Británica, su única verdadera esperanza yacía en el mar, en  los civiles que pusieron sus barcos personales para cruzar el pequeño estrecho y rescatarlos.

No hay pasado ni futuro en Dunkirk: no conocemos la historia -y en muchos casos- los nombres de los soldados protagonistas y, cuando termina la película, no hay un letrero que nos indique lo que sucedió después. Simple y sencillamente es un evento que ocurrió para estas personas, un momento de tensión pura, uno que para los soldados en tierra duró una semana, para los civiles en el mar un día y para los aviones una hora.

Dunkirk logra combinar con una clase y estilo sin precedentes el lenguaje cinematográfico de clásicos bélicos que van desde la aparentemente sencillez del cine mudo de El acorazado Potemkin, la acción de Rescatando al soldado Ryan, hasta la belleza dentro de un escenario hostil de una de las películas favoritas de Christopher Nolan: La delgada línea roja de Terrence Mallick. Y es que una de las virtudes del cine de Nolan es su capacidad de tomar esas películas que lo han influenciado y no hacer una copia u “homenaje”, son eso, simplemente inspiración. En la práctica, Dunkirk es totalmente opuesta a La delgada línea roja. En la obra de Mallick sus soldados filosofan sobre la guerra en un constante diálogo consigo mismos a través de la voz en off, ven al enemigo a la cara, lo retan, se burlan, conviven con la gente del lugar y en algunos casos conocemos su vida pasada. Aquí no existe un momento donde algún soldado hable sobre lo que dejó atrás o si tienen familia que los espere al otro lado. Simple y sencillamente están ahí, en un momento, tratando de escapar, tratando de sobrevivir… no hay tiempo de pensar en el pasado o en el futuro.

De igual forma, ambas cintas van más allá a ser tan sólo una “película de guerra”. Mientras La delgada línea roja -opacada en su momento por Rescatando al soldado Ryan– resultaba a su vez un estudio sobre el hombre y sus islas personales, Dunkirk no sólo es sobre la percepción del tiempo en momentos de crisis, sino la percepción -normalmente errónea- que tenemos de nosotros mismos frente a los demás, muchas veces solemos ser nuestros propios enemigos.

Dentro de los apartados técnicos, la película funciona como reloj suizo. Christopher Nolan, el proponente número uno de la tecnología IMAX, logra una cinta única que explota el formato como ninguna otra. La fotografía de Hoyte Van Hoytema nuevamente vuelve a mostrar la sutileza con la que explora escenarios a gran escala y a la vez nos enfrenta con esos close-ups claustrofóbicos.

Nuevamente el score de Hans Zimmer juega un papel sumamente importante dentro de la narrativa de Dunkirk, con el reloj marcando los segundos y el efecto auditivo del tono Sheppard, donde se crea la ilusión de un eterno in crescendo que provoca tensión y genera un suspenso aún mayor. Es un trabajo que recuerda también a la dupla Alfonso Cuarón-Steven Price en Gravity. Sería interesante descubrir si funciona sin el score, así como fue el experimento que hizo Cuarón para su película en la Deluxe Edition en Blu-ray.

Uno de los momentos decisivos en la historia de la Segunda Guerra Mundial fue correctamente llevado a la pantalla grande por Christopher Nolan. El realizador nunca pierde su estilo y fija con maestría un vocabulario visual en torno al uso y percepción del tiempo. Dunkirk nos transporta a un momento, a un lugar, a tres puntos de vista. Cada uno con su emergencia y a su propio su trepidante ritmo. No vemos al enemigo porque aquí la amenaza, más que llevar un rostro, lleva un segundero que juega con tortura a todos los afectados… un tiempo a la vez.

autor Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
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