Batman inicia
Un comienzo desde cero en la historia del hombre murciélago, muy diferente a lo que habíamos visto.
Han pasado 8 años desde que se estrenara lo que parecía ser la última cinta del hombre murciélago: Batman & Robin. El trabajo que había entregado Joel Schumacher había enterrado nuestro gusto por ver a Bruce Wayne en pantalla grande nuevamente.
El británico Christopher Nolan había realizado anteriormente Insomina, remake homónimo de un thriller policiaco noruego que conquistó al público en 1997, y que en su versión obtuvo críticas divididas, pero que confirmaba que tenía lo necesario para esta nueva aventura de Batman: la psicología en personajes obscuros dentro de una ambientación lúgubre y sí, casi gótica.
Partimos entonces desde cero, aquí tenemos los eventos que ya conocemos: Bruce Wayne (Christian Bale) se queda huérfano y su mayordomo Alfred (Michael Caine) se hace cargo de él. Ahora, a diferencia del Batman de Tim Burton, Wayne deja Gótica y emprende un viaje de autoconocimiento que lo lleva a formar parte de La liga de las sombras, liderada por Ra’s al Ghul (Liam Neeson).
Christopher Nolan le da un giro al héroe, si bien el origen de Batman siempre ha sido a raíz de una desgracia, ahora la columna vertebral de su psicología es más compleja, adquiriendo la fuerza y conocimientos del que será en un futuro un personaje vital para la maduración del hombre murciélago.
Estamos así ante una Ciudad Gótica completamente diferente a la presentada por Burton, y ni se diga de la caricatura de Schumacher.
Filmada en Chicago, Christopher Nolan adapta uno de los personajes de cómic más apegados a la realidad: Bruce Wayne es un millonario, no tiene superpoderes, todo lo que usa son gadgets modernos, no proviene de algún planeta moribundo o tiene un anillo mágico, simplemente es un humano. Por lo tanto la ciudad y sus habitantes también debían serlo.
A pesar de ello, la cinta se siente por momentos modesta ante la gran pirotecnia que representaban las películas anteriores, esto claramente se debe a que el estudio no quería todavía arriesgar mucho, debido al desempeño que tuvo la última aventura del vigilante nocturno a cargo de George Clooney.
Christian Bale logra un humano Bruce Wayne que va desde la frustración hasta el heroísmo demostrando que el traje de Batman le queda a la perfección. Por su parte el resto del reparto ofrece sólidas actuaciones aun cuando no sea precisamente que aparecen demasiado tiempo en pantalla.
El apartado musical resulta interesante ya que lo compuesto por Hans Zimmer es obscuro y misterioso, pero aún tenemos fresco el tema gótico que compusiera Danny Elfman.
Sin embargo el interés amoroso de Bruce es una desangelada y pequeña en interpretación Katie Holmes que no logra la esperada química que tendría con el protagonista de la cinta y aunque Cillian Murphy convence en su papel de Scarecrow, este es reducido a un simple patiño dentro del plan maestro por destruir Ciudad Gótica.
Al final Christopher Nolan logra regresarle a la saga de Batman esa dignidad que iba perdiendo película con película, mientras nos deja con la amenaza de un enemigo que escapó de Arkham, un némesis igual que Batman, al que le gusta lo teatral y con una carta de presentación: Joker.