Taquilla 2024: 7 lecciones que nos dejó este año

A unos días de terminar 2024, Hollywood nos deja con mucho que pensar en cuanto a taquilla se refiere; lecciones si así se quiere. Todos los estudios arrancaron el año con la firme intención de superar aquel 2023 marcado por las huelgas y un verano desastroso. Unos lo lograron y otros terminaron más hundidos que nunca. Como sucede año con año, hay mucho por analizar: desde las películas que despilfarraron millones de dólares sin razón alguna, hasta aquellos “famosos” que brillaron por debutar sus películas en salas prácticamente vacías.

Luego de meses polémicos y giros de tuerca dignos del mejor thriller de M. Night Shayamalan, aquí presentamos las lecciones taquilleras que nos dejó el año.

La importancia de un presupuesto razonable

En 2023, títulos como Indiana Jones y el dial del destino, Misión: imposible – Sentencia mortal y hasta La sirenita nos enseñaron que no se debe gastar más de lo necesario en proyectos que no son seguros. Tristemente, no muchos aprendieron la lección.

Profesión peligro, por ejemplo, le apostó $140 millones de dólares (MDD) al encanto que demostraron Ryan Reynolds y Emily Blunt en sus producciones previas, pero la audiencia no respondió como Universal Pictures esperaba. Por alguna razón, Furiosa: De la saga Mad Max ($168 MDD) costó más que Furia en el camino, y no llegó ni a la mitad de lo que recaudó su antecesora. Ni hablar de su nula presencia en la temporada de premios.

Pero si dos producciones derrocharon dinero y se toparon con una dura realidad, esas fueron Guasón 2: Folie à Deux y Código Traje Rojo. La primera de ellas costó $200 MDD (casi cuatro veces más que la cinta de 2019), y los ejecutivos de Warner Bros, confiados en que la historia se repetiría, dejaron que el director Todd Phillips hiciera prácticamente lo que quisiera. En el caso de Código Traje Rojo, Jake Kasdan (Jumanji: En la selva) trabajó con $250 MDD para crear la aventura navideña de “La Roca” y Chris Evans. Esta, por cierto, vivió una gran polémica por numerosos desastres ocurridos en el rodaje. Sobra decir que las dos películas están entre los fracasos más grandes del año.

Si de presupuestos responsables hablamos, tenemos como ejemplo Beetlejuice Beetlejuice, que con $100 MDD de presupuesto se convirtió en el título más taquillero de septiempre. Godzilla y Kong: El nuevo imperio fue la película más barata del llamado MonsterVerse, y también aseguró una gran rentabilidad. Hasta Duna: Parte dos, con su inmensa escala y elenco lleno de grandes figuras, costó menos de $200 MDD.

El poder de la animación

Tras la pandemia, uno de los géneros más castigados fue la animación. No fue hasta el estreno de Minions: Nace un villano (2022) que las cosas dieron un giro para este tipo de películas y devolvieron un poco de paz a sus creadores. La espera valió la pena, pues Intensamente 2 se convirtió en la película más taquillera del año y casi alcanzó los $1,700 MDD a nivel mundial. Sólo unas semanas después, Mi villano favorito 4 rebasó los $960 MDD y escaló hasta el tercer lugar entre lo más visto del año.

Aunque no en las mismas ligas, Robot salvaje demostró que también había espacio para animaciones “nuevas” en la pantalla. El largometraje de DreamWorks se inspiró en una novela muy popular entre el público infantil y juvenil, pero no tenía otra película que la antecediera. Tuvo un debut modesto, pero el boca a boca la llevó a superar los $320 MDD y convertirse en fuerte candidata rumbo al Óscar. Kung Fu Panda 4, después de una tercera película no muy querida, se acercó a los $550 MDD, mientras que Moana 2, aun con las críticas mixtas a su alrededor, va directo al top 3 anual.

Si no está roto, no lo arregles

En 2024 no todas las secuelas corrieron el mismo destino, y vaya que en Warner Bros lo saben muy bien. Mientras Duna: Parte dos mantuvo la calidad de su antecesora y recaudó 75% más que la primera cinta, la ya mencionada Guasón 2 se convirtió en un fracaso histórico para el estudio. La lección fue clara: a los fans no les gusta ver una secuela que traiciona a la cinta original de todas las formas posibles.

A pesar de que nunca recibió las mejores críticas, la franquicia Venom se convirtió en una muestra de lo que sí quieren los fans. El último baile cerró la trilogía con una mezcla de acción y comedia, sólidos efectos visuales y algunas referencias a Spider-Man. Básicamente, lo mismo que ocurrió en las películas previas. Puede que su taquilla no llegara al mismo nivel de antes, pero la mayoría de los espectadores quedaron satisfechos y jamás le dieron la espalda como sí hicieron con el payaso encarnado por Joaquin Phoenix.

Lo mismo podríamos decir de Mi villano favorito, Beetlejuice, Un lugar en silencio e incluso Alien. Dichas franquicias respetaron sus fórmulas, agregaron elementos coherentes con su propio universo, y terminaron con millones de dólares en ganancias. Puede ser difícil complacer a todos los fans, pero intentarlo (de la forma correcta) casi siempre da buenos resultados.

El marketing sí hace la diferencia

Si en enero alguien les hubiera dicho que Longlegs: Coleccionista de almas recaudaría más que Furiosa (en Estados Unidos), o que Wicked se convertiría en un fenómeno, ¿le hubieran creído? Lo más probable es que no, pues el thriller con Nicolas Cage ni siquiera figuraba en el radar de muchos. Más allá de que sus historias sean poderosas (o no), hay un elemento que hizo destacar ambos títulos en fechas con gran competencia: sus campañas de marketing.

NEON apostó todo para hacer de Longlegs un fenómeno misterioso entre los fans del horror. Universal Pictures (siguiendo la estrategia de Barbie) convirtió Wicked en un must-see para todo tipo de público. Incluso Terrifier 3 centró sus pocos recursos en dominar las conversaciones digitales, mientras que Deadpool y Wolverine tuvo a sus estrellas recorriendo todos los países que les fueran posibles, y haciendo todo tipo de actividades.

Los resultados fueron gratificantes para todos esos títulos. Longlegs se convirtió en uno de los éxitos más sorpresivos del año y superó a títulos de mayor renombre como Civil War, Madame Web, Argylle: Agente secreto y Desafiantes, entre otros. Es igualmente destacable el caso de Terrifier 3. Lo que empezó como un fenómeno de nicho se convirtió en un ejemplo de cómo crecer una franquicia, respetar a los espectadores y convertir a incautos en fans. Lejos estamos de aquellos tiempos donde sólo se necesitaba de un tráiler, pósters y las típicas entrevistas para hacer de las películas tremendos éxitos.

Los mercados internacionales son importantes

Más allá de un importante estudio a sus espaldas, hay algo que Tornados, Beetlejuice Beetlejuice y Wicked comparten. Las tres películas fueron increíblemente exitosas en Estados Unidos, pero el resto del mundo no mostró tanto interés y evitó que llegaran a marcas más importantes. La situación de Tornados es curiosa, pues su antecesora fue todo un éxito tanto al norte del Río Bravo como en el resto del mundo. En 2024, los territorios internacionales sólo aportaron el 27% de la taquilla total a la aplaudida secuela, y no la dejaron convertirse en ese éxito que muchos auguraban.

No muchos países tuvieron la oportunidad de conocer a Beetlejuice (al menos en cines) durante la década de los 80, por ello no se sabía cuál sería el potencial real de su continuación. Al final, sólo el 34% de sus $451 MDD fueron aportados por territorios fuera de Estados Unidos. En el caso de Wicked, queda claro que no muchos países conocían el musical. Por ello se entiende que sólo en territorios como Reino Unido y Estados Unidos tenga un desempeño sobresaliente. Será interesante ver si las buenas críticas consiguen que la parte 2 (a estrenarse en noviembre de 2025) tenga un mejor equilibrio entre su recaudación doméstica y la internacional.

Los likes no siempre son sinónimo de taquilla

Una de las primeras grandes apuestas en 2024 fue Argylle: Agente secreto. Con Henry Cavill y Dua Lipa al centro de la promoción, el largometraje de Matthew Vaughn prometía convertirse en el primer gran éxito del año. De nada sirvió que en el póster se presumiera a su enorme elenco, pues el fracaso los alcanzó desde sus primeros días en cartelera. Muchos se cuestionaron si fue una buena idea confiar en la supuesta popularidad que algunos de sus actores tenían.

Una situación similar se vivió con Furiosa: De la saga Mad Max, estelarizada por Anya Taylor-Joy y Chris Hemsworth. Ambos tienen millones de seguidores en redes sociales y han formado parte de proyectos brutalmente exitosos, pero simplemente no tienen el star power necesario para que sus proyectos en solitario sean sinónimo de éxito. El fracaso de este título le cayó a la industria como balde de agua fría, pues muchos analistas esperaban que al menos el prestigio de la saga los ayudara en su travesía taquillera. No fue así.

Meses después, Chris Hemsworth se enfrentó a otra sonora decepción. Si los comentarios y tendencias en redes fueran boletos vendidos, Transformers uno seguramente habría sido un éxito. Sin embargo, más allá de los fans, el interés por esta animación de Paramount Pictures fue prácticamente nulo. El estudio confió en Hemsworth para que los seguidores del actor hicieran de la cinta un éxito, pero las salas lucieron casi vacías a pesar de las buenas críticas.

Como se mencionó anteriormente, Chris Evans y “La Roca” tampoco convirtieron sus millones de seguidores en dólares. Código Traje Rojo se convirtió en una de las películas con más pérdidas del año. Y ni qué decir de Lady Gaga; hasta sus “Little Monsters” la abandonaron en sus andanzas como Harley Quinn.

 El boca a boca existe

No hay nada como ir al cine, ser sorprendido con una grata historia en la pantalla, y recomendarla a la mayor cantidad de gente posible. Este fenómeno, conocido como boca a boca, ha construido algunos de los éxitos más grandes en los últimos años. Y 2024 no fue la excepción. Durante enero (y en México), Con todos menos contigo se convirtió en todo un éxito gracias a todos los que se enamoraron de Sydney Sweeney y Glen Powell. En mayo, Amigos imaginarios registró caídas mínimas semana a semana por su gran recomendación entre las familias mexicanas. No fue suficiente para salvar a la película de John Krasinski, pero evitó que la situación fuera mucho peor.

Ya en septiembre, Robot salvaje y La sustancia nos demostraron el poder de una gran recomendación. A pesar de sus poco memorables estrenos, los cines se mantuvieron con salas llenas por semanas. La animación de DreamWorks se despidió de México con más de $415 MDP (y un lugar en el top 10), mientras que el body horror con Demi Moore sorprendió con casi $195 MDP (más que Guasón 2).

Sin embargo, quienes se llevan las palmas son Blake Lively y Justin Baldoni, los protagonistas de Romper el círculo. La dupla no sólo satisfizo a quienes leyeron la novela original, sino que dieron pie a un éxito totalmente inesperado. Con $350 MDD en todo el mundo (multiplicó por 14 su presupuesto), el drama romántico mantuvo salas llenas durante semanas y provocó lágrimas entre la audiencia. Si no se ha confirmado una secuela es por el pleito que vivieron ambos actores durante el rodaje.

Triste fue la situación de fracasos como Madame Web, Borderlands, Megalópolis y Guasón 2 (clienta habitual de este texto), que experimentaron caídas monumentales derivadas del fuerte rechazo. Porque sí, el boca a boca también puede destruir una película… y en cuestión de horas.

Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.