13 actores con las peores carreras tras ganar el Óscar

Ganar un premio de la Academia representa, en muchos de los casos, la cúspide en la carrera de un actor. Es un símbolo de reconocimiento y éxito que, en teoría, debería abrirles las puertas a proyectos aún más grandes y mejores. Sin embargo, hay casos en que el Óscar se volvió un arma de doble filo y marcó el inicio de una caída en picada. Aun cuando alcanzaron la cima, varios intérpretes se enfrentaron a una serie de desafíos, desde pocas ofertas de trabajo hasta personajes con nulo éxito entre la audiencia. ¡Conoce a los actores con peores carreras después de triunfar en los Óscar!

Tatum O’Neal

Tatum O’Neal es un ejemplo claro de la llamada «Maldición del Óscar». Esta creencia versa sobre una supuesta tendencia de los actores que ganan un premio de la Academia y experimentan un declive en sus carreras tras recibir el galardón. Ella ganó el Oscar a la Mejor actriz de reparto en 1974 por su actuación en la película Luna de papel, convirtiéndose en la persona más joven en ganar un Premio de la Academia.

Después de su éxito inicial, la carrera de O’Neal no despegó de la manera esperada. Aunque participó en algunas películas, principalmente de menor escala, ninguna la llevó al mismo nivel de éxito crítico o comercial. Incluso participó en el programa Dancing with the Stars, pero fue eliminada en la tercera gala. Además de su carrera, O’Neal también ha enfrentado problemas personales, incluyendo adicciones y un matrimonio sumamente difícil con el tenista John McEnroe. En 2008 fue detenida cuanto intentaba comprar sustancias ilícitas.

Louise Fletcher

Su interpretación de la enfermera Ratched en Atrapado sin salida (también conocida como One Flew Over the Cuckoo’s Nest) le valió el premio a la Mejor actriz en 1976. Este papel se convirtió en un personaje icónico del cine, pero también encasilló a Fletcher en roles similares de villanas o mujeres autoritarias y con mal carácter.

Tristemente, ser celebrada por la Academia no significó que su carrera despegara. Si bien, siguió trabajando en cine y televisión, no volvió a tener un papel tan memorable como el de la enfermera Ratched, ni tampoco obtuvo el mismo reconocimiento por parte de la crítica y el público. El American Film Institute catalogó a Ratched como el 5º mejor vilano en la historia del cine, pero eso no se tradujo en un éxito tangible.

 F. Murray Abraham

Abraham ganó el Oscar en 1985 por su papel de Antonio Salieri en Amadeus. Ahí interpretó a Antonio Salieri, quien por fin logró ser reconocido como el mejor músico de Viena. De pronto se cruza en su vida Amadeus Mozart, y su vida cambia para siempre. A pesar del éxito en que se convirtió la cinta, la industria no respondió a tan prolífico intérprete de la forma en que se esperaba.  

Antonio Salieri se convirtió en el único y más grande éxito de su carrera; en años siguientes llegaron otras películas y roles, pero lo cierto es que ninguno fue tan memorable. Abraham optó por el teatro como medio ideal para explotar su talento, y ahí sí logró una trayectoria más sólida. Su historia es muy conocida, e incluso el crítico de cine Leonard Maltin bautizó su caso como “El síndrome de F. Murray Abraham”. En años recientes, el actor ha reconocido que ganar un Óscar lo volvió arrogante, soberbio y exigente, una combinación que le costó papeles y lo alejó de algunas propuestas. También fue despedido de la serie Mythic Quest, de Apple TV, por malas conductas de tipo sexual.

Geena Davis

A pesar de su éxito en los años 80 y principios de los 90, la popularidad de Davis disminuyó gradualmente después de ganar el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto en 1989 por su papel en El turista accidental. Sus películas posteriores no alcanzaron el mismo nivel de éxito y su presencia en la pantalla grande se redujo. Ni siquiera el éxito de Beetlejuice se tradujo en una trayectoria memorable.

Poco tiempo después participó en Thelma & Louise, pero los proyectos posteriores, que fueron del drama a los híbridos entre live-action y animación, dejaron ver una notoria crisis. Sus papeles se volvieron menos prominentes y no fue nominada para otros premios importantes. Se sintió atraída hacia el tiro con arco porque lo consideraba un desafío tanto físico como mental, así que empezó a practicar tiro con arco en 1999, cuando tenía 40 años. Aunque empezó tarde en comparación con otros atletas, su pasión y dedicación la llevaron a convertirse en una arquera de alto nivel. Volvió a la actuación en títulos como Grey´s Anatomy y The Exorcist, pero nada volvió a lo que era.

Mira Sorvino

Fue la ganadora a Mejor actriz de reparto en 1996 por su participación en la película Poderosa afrodita, de Woody Allen. Después de ganar el premio, su carrera tuvo un declive. Luego del galardón, Sorvino no consiguió papeles protagónicos importantes en grandes producciones y su carrera se centró en películas más pequeñas y menos conocidas. Ni siquiera el talento mostrado por Allen y su habilidad para varios géneros la convirtieron en un rostro buscado por los grandes estudios.  

Sorvino no ha dejado de trabajar, pero ninguno de sus personajes le ha llegado a los talones de aquel con el que ganó la estatuilla dorada. Priorizó las películas indeopendientes, e incluso cuando colaboró con figuras como Guillermo del Toro, simplemente los esfuerzos no se materializaron. Es importante destacar que, mientras Harvey Weinstein era uno de los productores más respetados en industria, ella lo señaló por acoso personal y laboral. A él se le acusó de mover sus influencias para acabar con la carrera de Sorvino.

Cuba Gooding Jr.

El nacido en El Bronx ganó el Premio de la Academia como Mejor actor de reparto gracias a Jerry Maguire: Seducción y desafío. Su carrera parecía ir en un ascenso imparable, pero malas decisiones laborales y comportamientos fuera de lugar lo alejaron del estrellato. Como actor, sus siguientes interpretaciones fueron poco menos que decepcionantes. En pocos años acumuló múltiples nominaciones a los Premios Razzie, y aunque títulos como Selma o American Crime Story le han devuelto un poco de respeto, el camino sigue inestable.

Por otro lado, decenas de mujeres han acusado a Gooding Jr. de tocarlas sin su consentimiento en incidentes separados. Enfrentó cargos legales y fue declarado culpable de por lo menos un cargo, lo cual dañó su reputación de forma irreparable. Aunque se libró de que otros delitos le fueran imputados, luce muy poco probable que en Hollywood le abran las puertas para recuperar esos personajes que tanto emocionaron al público.

Kim Basinger

Aun cuando sólo tuvo 15 minutos de tiempo en pantalla, Basinger no necesitó de más para comprobar por qué era una de las artistas más aclamadas en la industria. Interpretar a Veronica Lake en Los Ángeles al desnudo la hizo merecedora del premio a Mejor actriz de reparto, pero no hay puntos tan importantes como ese en los años posteriores. En la industria se creía que tenía todo para convertirse en estrella de cine, pero su popularidad se disipó rápidamente.  

Es cierto que la industria la encasilló en papeles donde se hizo más énfasis a su belleza que al talento, por lo que su talento histriónico pasó a un segundo plano. Por si eso fuera poco, también hubo problemas personales que dificultaron su vida. Entre estos se encuentran la compra de un gran predio que no prosperó y la llevó casi a la ruina, y su divorcio con Alec Baldwin. Con este último mantuvo una batalla legal de casi dos años, en los cuales gastó sus ahorros. Su última aparición en cine fue dentro de la franquicia Cincuenta sombras. Además, en 2021 prestó su voz para un cortometraje.

Roberto Benigni

Durante la 71^a edición de los Premios Óscar, nadie vivió una mejor noche que Roberto Benigni. El italiano se llevó el premio a Mejor película internacional por La vida es bella, cinta que dirigió, y también el galardón a Mejor actor. Su reacción fue eufórica, y demostró cuánta alegría le hacía coronarse con ambos reconocimientos. Además, hizo historia al ser el primer actor que ganaba por un trabajo en otro idioma que no era inglés.

Desafortunadamente, lo que parecía una carrera inigualable se enfrentó a un gran tropiezo. No sólo las propuestas de trabajo fueron escasas, sino que sus proyectos se enfrentaron al fracaso. En 2002 lanzó su propia versión de Pinocho, pero se enfrentó a críticas terriblemente negativas en gran parte del mundo. Los italianos convirtieron la película en un relativo éxito, pero en Estados Unidos se le recibió con desprecio. De hecho, acumula un 0% de aprobación en Rotten Tomatoes. Tras ese título se le vio en sólo siete producciones más, pero ninguna le devolvió los elogios de la industria.

Halle Berry

Cuando Berry ganó el premio a Mejor actriz por El pasado nos condena, en el Teatro Dolby se vivieron momentos de verdadera alegría. La intérprete no pudo contener las lágrimas, y de inmediato se le consideró una de las próximas grandes estrellas. Gracias a ello obtuvo el protagónico de cintas como Catwoman y Espíritus ocultos, pero ambas recibieron críticas atroces que incluso pusieron en duda el talento de su protagonista.

La saga X-Men fue de gran ayuda para mantenerla presente en la memoria del público, pero cuando sus apariciones como Storm llegaron a su fin, vinieron una serie de proyectos muy mal recibidos y que, habitualmente, fracasaban en taquilla. En más de una ocasión reconoció sentirse frustrada por el rumbo que tomó su carrera, y aunque poco a poco se le ha visto en más proyectos, sus fans siguen esperando el rol que la devuelva a las grandes ligas.

“Creo que se debe en gran medida a que no había lugar para alguien como yo. Pensé: ‘Oh, todos estos fantásticos guiones me llegarán; Estos grandes directores van a llamar a mi puerta’. No sucedió. De hecho, se volvió un poco más difícil. Lo llaman la maldición de los Oscar”, dijo a Variety en 2020.

Hilary Swank

Gracias a Los muchachos no lloran, Swank ganó su primer Óscar como Mejor actriz. Cinco años después, en 2005, volvió a ganar el mismo premio por su actuación en Golpes del destino, de Clint Eastwood, A pesar de estos dos importantes reconocimientos, que podrían resultar una sorpresa, su carrera no alcanzó los niveles que se esperaban. De hecho, trabajó en películas mucho más pequeñas y que recibieron todo tipo de críticas.

Consciente de que su carrera entró en una etapa llamativa, y no por las razones correctas, Swank ha confesado que realmente no le preocupa la opinión de los demás sobre su carrera. En esencuia, cree que todo va de la mano con dicha profesión: “Eres un artista y te muestras ahí afuera. Das un salto, y en ocasiones simplemente vuelas, pero a veces también caes”, dijo a The Independent en 2014.

Mo’Nique

Podrán pensar las más horribles cosas sobre Mary Lee Johnson, la madre de la icónica Preciosa, pero es difícil olvidar el gran trabajo de Mo’Nique al interpretarla. En consecuencia, la Academia la premió con el Óscar a Mejor actriz de reparto, y esta se convirtió en una de las intérpretes más celebradas de aquellos tiempos. Tristemente, llegar al escenario de la ceremonia fue un camino largo, uno que posiblemente le costó más trabajos.

Durante 2009, Tyler Perry y Oprah Winfrey, productores ejecutivos de la cinta, le pidieron que viajara al Festival de Cine de Cannes para promover la película. Ella se negó, pues argumentó que su trato directo era con el director de la cinta, y que sus obligaciones contractuales habían terminado. Su poca disposición para hacer campaña fue evidenciada por ella misma, pues se mostró agradecida de que la Academia considerara su actuación, y no el cabildeo que se acostumbra en la temporada de premios. Años después, en especiales de comedia, e incluso en entrevistas, Mo’Nique habló públicamente sobre los malos tratos de Perry y Winfrey, quienes la catalogaron como una persona difícil para trabajar.

“Recibí una llamada telefónica de Lee Daniels hace unos seis o siete meses. Y me dijo: ‘Mo’Nique, te han vetado’. Y dije: ‘¿Me han excluido? ¿Por qué me han excluido?’ Él me respondió: ‘Porque no jugaste el juego’”, contó la actriz a The Hollywood Reporter en 2015.

Alicia Vikander

Ex Machina, La chica danesa y El agente de C.I.P.O.L. Con esos títulos, Alicia Vikander se posicionaba como uno de los talentos emergentes más poderosos en la industria. Puede que la útlima de dichas cintas fuera un fracaso, pero al menos no era la protagonista, y había conseguido buenas críticas por su desempeño en ella. No obstante, los otros dos títulos le otorgaron aclamación de los críticos, y cuando llegó el ansiado Óscar a Mejor actriz de reparto (por La chica danesa), parecía que Hollywood tenía a su nueva gran estrella.

Por desgracia, Vikander jamás pudo convertir su talento en boletos vendidos, algo indispensable para mantener un lugar activo en la industria. Participó en Jason Bourne, junto a Matt Damon, pero con la cinta no sucedió nada extraordinario. Protagonizó La luz entre los oceanos, un drama que en algún momento se consideró como aspirante a premios, pero fracasó en taquilla y críticas. Incluso le dieron el rol estelar de Tomb Raider: Las aventuras de Lara Croft, pero su buen trabajo fracasó a la hora de iniciar una nueva franquicia. Desde entonces se le ha visto en cada vez menos proyectos, y todos con un bajo presupuesto o poca distribución a nivel mundial.

Ariana DeBose

En los Óscar de 2022, esta actriz de ascendencia puertorriqueña, italiana y afroamericana evitó que Amor sin barreras se fuera con las manos vacías. Su Óscar a Mejor actriz de reparto fue considerado uno de los más justos en toda la premiación, por lo que de inmediato llovieron numerosas ofertas de trabajo. Como sucedió con Vikander, las que parecían buenas decisiones se transformaron en terribles decisiones.

Primero vino Estación Espacial Internacional, título de ciencia ficción que en varios países llegó a streaming y con problemas llegó a $6 millones de dólares en recaudación. Luego protagonizó Wish: El poder de los deseos, animación con la que Disney celebró 100 años de existencia, y la cual se convirtió en uno de los peores fracasos en la historia del estudio. Matthew Vaughn la relegó a unos cuantos minutos de Argylle: Agente secreto, que fue uno de los fiascos taquilleros más grandes de 2024 y, además, recibió terribles críticas. Como si algo le faltara, también participó en Kraven El Cazador, título completamente vapuleado por los críticos, y que con problemas superó los $60 millones de dólares en la taquilla mundial. 2025 la recibió con un golpe más, pues Amor explosivo, donde protagonizó junto a Ke Huy Quan, cosechó críticas desastrosas y decepcionó en la taquilla estadounidense.

¿Cuál de estos actores merecía un mejor destino tras triunfar el Óscar? ¿En verdad existe una maldición respecto al premio o simplemente fue un conjunto de malas decisiones?

Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.