The Defenders – Temporada 1
No superamos al fallido Iron Fist, y justo ese personaje es punto débil de una miniserie The Defenders que pudo ser grandiosa. Recomendable, pero imperfecta.
ATENCIÓN: Esta reseña incluye spoilers de The Defenders, así como momentos clave de las series Iron Fist, Jessica Jones, Daredevil y Luke Cage.
Rojo. Morado. Amarillo. Verde. El espectro maduro de superhéroes Marvel/Netflix finalmente se conjuga en 8 episodios. 398 minutos que reúnen por fin a Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y el “novato” Iron Fist, luchando contra la malvada organización secreta que, desde sus respectivos inicios, les ha hecho la vida difícil (quizás no tanto a Jones y Cage, pero entienden la idea).
¿Valió la pena la espera a un largo viaje que inició en 2015, y que nos entregó dos temporadas del Hombre sin Miedo, y una para cada uno de sus acompañantes? ¡Hasta un “hijo” llamado Punisher salió de esto! Podemos decirles que quedarán satisfechos… aunque no al nivel que muchos habríamos esperado. ¿Por qué?
Algo que me desespera en las series contemporáneas (y hablo de la mayoría, no sólo Netflix o Marvel), es que los escritores están obsesionados con saturar de excesiva pasividad el desarrollo de su arco, y justo esto sucede con dos episodios que sirven como una especie de prólogo con sabor a multi-epílogo, que quizás sirva para curiosos en el pseudo-MCU (no nos engañas más con tu “Todo está conectado”, Marvel), pero que resulta tremendamente aburrido para quienes nos rifamos todas las series anteriores… especialmente la soporífera Iron Fist, que aun no comprendo en qué suerte se le ha dado una segunda temporada, cuando Sense8, Marco Polo, Gipsy y hasta Pompidou merecían otra oportunidad.
Y aunque los episodios 3, 4, 5 y 6 son oro sólido y la esencia de The Defenders –con una profundidad e interacción mucho más creíble que la lograda en las 2 horas promedio de películas Marvel y sus Avengers– justamente es Danny Rand el problema. Y no hablamos de Finn Jones, quien como actor hizo todo lo posible desde su serie en solitario y lo vuelve a intentar en Los Defensores. Simplemente está mal escrito, y nada tiene que ver con el polémico whitewashing del que se acusó a los productores. Sencillamente convertir al místico Puño de Hierro de K’un-Lun en un macguffin/damisela en peligro sin razón concreta más allá de “abrir una puerta”, resulta ofensivo para el personaje y la saga de underdog heroes de Marvel en TV.
Las coreografías de pelea son sensacionales en los episodios mencionados, sin dejar de lado la del último episodio (aunque lamentablemente queda eclipsada por terribles errores con Iron Fist y el obtuso final de la miniserie). Recordamos con emoción aquellas asombrosas secuencias con Daredevil, Cage, Jones y hasta el bélico Punisher, quien por cierto nos decepciona que no se haya asomado al menos en una escena à la Chuck Norris en Expendables 2. Mal. En contraste, el tiempo en pantalla otorgado a cada héroe tanto con sus respectivos aliados como en conjunto es el correcto, respetando el estilo de cada uno de ellos (Jessica investigadora, Matt abogando por el próximo, Luke paternal como Pop y Danny… pues quejándose) resulta brillante y es aquí de donde el universo cinematográfico podría tomar una o dos lecciones (No de Agents of S.H.I.E.L.D., obviamente).
Soberbia también, y digna de doble mención, la fotografía en general de la serie. El gran reto de conjugar esos 4 colores característicos de cada personaje en un caleidoscopio que a veces jugaba con nuestras mentes –sin distraer jamás de la trama– hizo lucir particularmente la dirección de Peter Hoar (Doctor Who), Phil Abraham (Orange is the New Back), Uta Briesewitz (The Wire) y Stephen Surjik (Person of Interest). ¡No parece trabajo de varios talentos individuales, bravo!
Nuestros sentimientos encontrados se centran en realidad en el guion de la serie. Sí hay un ensamble, si hay interacción… ¡vamos, hasta hay un duelo interno mucho más inteligente que los motivos de Civil War en el MCU! Nuestro problema no es tanto el inicio flojo, ni los intentos desesperados por integrar a la fuerza a un cuarto personaje que desde el inicio carece de carisma… sino los graves pecados de desaprovechar personajes y talentos como el de Sigourney Weaver y Scott Glenn. Vamos: podemos entender y hasta justificar la muerte de Stick a manos de su otrora discípula ante el acto demente que estaba por cometer él… pero Elektra asesinando con una floja explicación a Alexandra Reid, tomando el control de La Mano y usando la estupidez de Brand para abrir un portal que da acceso a ¡huesos de dragón (Shou Lao, pues)! Uf, no.
El otro gran pecado es la evidente separación que se establece entre las series de la delicada relación Marvel Netflix y el MCU. Sí hay mención de “el evento” –a estas alturas es ridículo que no se mencione “Avengers”, “El Hombre Araña” o al menos se vea una silueta meciéndose entre los rascacielos– pero queda patente que al final, la frase “todo está conectado” de la Casa de las Ideas fue algo que se les salió de las manos (triste, ver que el brazo biónico de Misty Knight provendrá de los recursos de Rand Corporation y no de Tony Stark… queda claro que hay una línea que NO DEBE cruzarse. ¡Y ni pensar en ver a estos sólidos héroes en las películas ya!
Por cierto, el trailer de The Punisher está “escondido” a manera de epílogo tras finalizar los créditos del episodio 8. Ya lo vieron, pero no está de más, y al menos les quitará el extraño sabor agridulce de ese final… ese final. Por cierto, los easter eggs no fueron tan abundantes esta vez (quizás por esa misma brecha con el MCU), pero fue agradable ver el desfile de personajes y referencias a aventuras pasadas. ¡Al menos “todo está conectado” entre los Defenders!
Rojo. Morado. Amarillo. Verde. Los colores Marvel Netflix se conjugaron armoniosamente, en un caleidoscopio de acción y emociones en los barrios olvidados de Nueva York. No es perfecta, pero sí una conclusión digna a… ¿la primera y última fase de un universo Marvel en Netflix? La bola está en tu cancha, Disney.
¿Qué les pareció a ustedes The Defenders? Pueden ver los 8 episodios de esta miniserie, exclusivamente por Netflix.