Star Wars The Last Jedi – Crítica

“ Star Wars The Last Jedi es mi película favorita [de Star Wars] desde El Imperio contraataca”, afirmó Mark Hamill recientemente en su visita a nuestro país sorprendiendo a todos. Ahora, luego de ver esta nueva entrega, podemos decir que dicha afirmación está en lo cierto…

Parece que Star Wars ha aprendido de sus errores. Los últimos Jedi llega como la película que debió iniciar el nuevo camino de la saga en manos de Disney. Aquí estamos frente a una cinta llena de acción, momentos memorables, secuencias entrañables y una alta dosis de aventura y emoción, algo característico de la trilogía original iniciada en 1977. Incluso describir la trama podría ser contraproducente, ya que una de las principales atractivos de la cinta es que el camino narrativo que toma está lleno de sorpresas y nos deja claro, desde el principio, que no estamos ante la misma historia que El Imperio contraataca.

Star Wars The Last Jedi, el octavo episodio del universo cinematográfico supera por mucho a la cinta dirigida por JJ Abrams hace un par de años y deja el sabor de boca de que Lucasfilm –ahora en manos de Disney– aprendió de sus errores y supo que lo que más nos emocionó de Rogue One fue la forma en la que vimos a nuestros héroes en el campo de batalla.

Esta cinta da la impresión de que ya no se tiene miedo a que los héroes de la historia se ensucien las manos y de que la adversidad los lleve al límite. Todo esto, como espectadores, nos da la posibilidad de ir experimentando una serie de emociones y sorpresas que sólo una saga cómo ésta nos puede dar.

Sin adelantar ninguna sorpresa, podemos decir que en Star Wars The Last Jedi habrá reencuentros entrañables, apariciones y desenlaces inesperados, y más de un diálogo que nos hará sonreír o incluso aplaudir y gritar, si es que son de los afortunados en ver la función de estreno de medianoche, o al lado de un warsie apasionado.

Rian Johnson logra un trabajo digno y a la altura de lo que otros directores hicieron en la trilogía original. Es evidente el fanatismo y cariño del director por esas cintas. Si bien hay algunas secuencias y elementos que recuerdan a lo ocurrido en películas como Una nueva esperanza o El regreso del Jedi, el Episodio VIII nunca se siente como una copia o imitación de algo que ya habíamos visto, tal y como sucedió con El despertar de la Fuerza. El trabajo de Johnson aquí nos deja con una sensación de que el futuro de la saga –propiamente en la nueva trilogía a su cargo– está en buenas manos.

La mayoría de su elenco logra destacar lo mejor de sus personajes. Y la presencia de algunos, como Oscar Isaac como Poe Dameron o Kelly Marie Tran como Rose Tico, llega a opacar a los protagonistas de esta cinta. Aunque su desempeño es mucho mejor que en El despertar de la Fuerza, tanto Daisy Ridley, Adam Driver y específicamente John Boyega –como Rey, Kylo Ren y Finn, respectivamente– siguen sin poder estar a la altura de los héroes clásicos de Star Wars.

Vale la pena mencionar que los porgs no se convierten en eso que los fans tanto temían; no son un estorbo en la historia y ni llegan a ser tan molestos como Jar Jar Binks. Por su parte, la presencia de BB-9E es exactamente igual que la de Phasma en el episodio anterior; y hablando de ésta última, lo que vemos aquí es una total decepción. Lo que pudo haber sido uno de los personajes más icónicos de esta nueva trilogía, se convierte en algo totalmente intrascendente.

Y pese a que sus protagonistas son, quizá, lo más flojo de la cinta, cada uno de los elementos que los rodean logran construir una cinta que inicia de una forma heroica, aspectos que poco a poco irán aumentando rumbo a un tercer acto por demás emocionante.

Hay que decir que Mark Hamill entrega la versión más oscura y apasionante de Luke en toda la saga. Aunque sus mejores escenas tardan en llegar, lo que vemos aquí es la evolución de un personaje atormentado en una historia compleja que nos lleva rumbo a un tercer acto por demás apasionante.

Por su parte, ver por última vez a Carrie Fisher dando vida a Leia en la pantalla grande es algo sumamente conmovedor. Sin dar más detalles de su historia y del papel que tomará en esta entrega –específicamente en una escena donde su vida corre peligro–, hay que decir que será muy interesante ver cómo termina su historia en el Episodio IX.

Todo esto es resaltado por el score magistral de John Williams, quien una vez más entrega un trabajo a la altura de lo que él mismo ha hecho en el resto de los episodios de la saga. Como siempre, escuchar su música en una sala de cine, acompañando a grandes secuencias de acción, es un enorme privilegio.

Estamos, como ya sabemos, frente a la película de Star Wars de mayor duración. Si bien hay algunos pequeños momentos de los que se pudo haber prescindido, en ningún momento la cinta se siente cansada, o incluso lenta. Sin mencionar mayores detalles, habrá que decir que en esta cinta hay momentos que nos apuntan el camino posible que seguirá la saga.

Existen algunas secuencias que se podrán sentir un poco fuera del contexto del universo creado por George Lucas. Sin embargo, a pesar de ello podemos afirmar que Star Wars The Last Jedi se convierte en una mezcla de lo mejor de todo el universo fílmico de Star Wars y nos deja el mensaje de que lo que viene será cada vez más emocionante.

Arturo Magaña Arce Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.