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Cine

Código negro – Crítica de la película

21-03-2025, 6:01:43 AM Por:
Código negro – Crítica de la película

La nueva película de Steven Soderbergh, Código negro, es un sobrio juego de espías e intrigas que funciona también como una comedia conyugal.

Cine PREMIERE: 3.5
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El cine de Steven Soderbergh tiene la cualidad de ser distintivo y personal sin necesariamente llevar un sello o firma reconocible de un “autor” más allá del uso de ciertos recursos fotográficos, de iluminación y una sequedad en su acercamiento propia de cineastas de los años 70 como Alan J. Pakula, John Frankenheimer o Michael Ritchie. Incluso cuando fungió como director creativo de la ceremonia de los Premios de la Academia en plena pandemia, Soderbergh no dejó de lado su personalidad flemática y esa lucha le ha costado críticas de una audiencia cada vez más anestesiada visualmente por la planicie de las películas actuales.

En ese sentido, su nueva película, Código negro tiene varias de las cualidades más reconocibles de las películas de Soderbergh: un estilo tan magro y elegante como la figura de sus protagonistas (Cate Blanchett y Michael Fassbender), una negativa clara a usar las formas y ritmos propias de la industria cinematográfica contemporánea y resoluciones anticlimáticas. Soderbergh no busca la comodidad ni satisfacción de la audiencia, sin embargo, no deja de ofrecer un cine que sea lo suficientemente entretenido sin dejar de ser cerebral.

Código negro película

Es precisamente ese aspecto cerebral el que define la naturaleza de la película Código negro, en la que se desarrolla un sobrio juego de espías e intrigas en el que se evocan con mayor claridad los intrincados y complejos mundos del escritor John Le Carré (Tinker, Tailor, Soldier, Spy) que los de Ian Fleming, el creador del personaje de James Bond.

Soderbergh hace una suerte de abstracción del género de espías de manera similar a la que hizo del género de terror con Presencia estrenada apenas el mes pasado. Usa elementos esenciales de cada género para crear películas costeables, que rara vez exceden los 90 minutos de duración y que rebosan un estilo que Soderbergh ha nutrido con oficio durante más de tres décadas trabajando como cineasta.

Antes que una película de espías, Código negro se plantea como una seca comedia conyugal, como aquellas del cineasta George Cukor como Adam’s Rib (1949), en la que Kathryn (Cate Blanchett), la esposa del brillante y solemne agente de inteligencia británica George Woodhouse (Michael Fassbender) es sospechosa de alta traición al gobierno de Reino Unido y George es asignado para investigar y descubrir quien de todos los sospechosos es el traidor.

Estructurada a lo largo de una semana, la película Código negro se maneja bajo la misma lógica de sus personajes: usando la inteligencia y el ingenio verbal como armas más peligrosas y lesivas que cualquier otro dispositivo. Incluso hay varias escenas que tienen un sentido abiertamente teatral, particularmente las escenas en las que todos los personajes son invitados a cenar a la discretamente lujosa residencia de George y Kathryn, las sesiones de psicoterapia impartidas por la Dra. Vaughan (Naomie Harris) y el extraordinario montaje en el que todos los sospechosos son sometidos a la prueba del polígrafo.

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Aunque es usual que Soderbergh trabaje con amplios ensambles actorales, como hiciera en Tráfico (2000), La gran estafa (2001), Contagio (2011) o La estafa de los Logan (2017), quizá pocas escenas en su filmografía tienen la punzante interacción que tienen las escenas mencionadas en Código negro. Por un lado, el agudo guion de David Koepp no busca simplemente exponer y narrar una serie de eventos, como suele suceder en muchas películas contemporáneas, sino que se concentra en las dinámicas de poder, seducción e interacción que se dan entre todos los personajes y a pesar de que hay una generosa cantidad de diálogos, como buenos agentes de inteligencia o espías, no conocemos demasiado de ellos.

Por otra parte, el ensamble actoral dirigido por Soderbergh en esta ocasión tiene una fuerza particular. Liderados por Michael Fassbender que ya había protagonizado para el cineasta la película Haywire (2011)- otra estupenda abstracción del cine de espías y de acción-, el ensamble actoral combina actores con la experiencia de Cate Blanchett, que aquí hace gala de una fina petulancia, Naomie Harris y el extraordinario actor de cuadro Tom Burke con actores relativamente nuevos como Marisa Abela o Regé- Jean Page, a los que se suma un nombre ampliamente conocido para el género y que juega un rol no solo narrativo, sino simbólico: Pierce Brosnan.

La presencia de Brosnan, como un alto mando de la inteligencia británica, evidentemente hace eco de su rol como James Bond, pero a diferencia del popular personaje, el agente interpretado por el actor británico es en muchos sentidos menos intrépido pero no menos sofisticado y su participación condensa finamente lo que Soderbergh intenta hacer con el cine de espías: no se busca un homenaje ni mucho menos una reinvención, sino que se trata de anteponer la inteligencia a la intriga, el erotismo al sexo y la confusión a la claridad.

Al final, lo único que resulta evidente, es que es más fácil serle fiel a un ser humano-sea uno mismo o el prójimo- que a toda una nación.

 

autor Cofundador y crítico en la página web Butaca Ancha. Escribe de cine en medios como Tierra Adentro, Animal Político, Forbes y Algarabía. Considera que cada película, independientemente de donde venga y quien la haga, tiene algo importante que decir.
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