She Hulk hace del espectador su chiste final – Crítica del Episodio 9
She Hulk aplasta la cuarta pared para alcanzar al espectador y hacer de él su chiste final.
Se dice que She Hulk y su primo Bruce están acostumbrados a aplastar (smash) cosas, pero el capítulo 9 de la serie lo tomó muy literal. Lo que se aplasta aquí hasta niveles insospechados es la cuarta pared. El juego metanarrativo aquí alcanza su máxima forma de expresión para cuestionar la calidad de las historias. Pero sobre todo para burlarse de aquellos fanáticos y opinólogos del internet más insistentes. Un final de temporada delicioso que llevó al universo Marvel a un nivel totalmente único.
Lo que sigue es probablemente uno de los mejores cierres que haya tenido cualquiera de las series de Marvel y Disney Plus. La concordancia que existe entre el arco narrativo del personaje, junto con la autoconsciencia en la que se encuentra, aquí ha lanzado verdaderos fuegos artificiales. Un ensamble que de forma épica hace un homenaje a los cómics de John Byrne. Y que consigue dar una cachetada con guante blanco a los fandoms tóxicos que cada vez son más populares en las redes.
La premisa es simple y con razón. Después de los sucesos del capítulo pasado Jennifer Walters (Tatiana Maslany) se encuentra en una prisión de máxima seguridad. A pesar ser víctima de acoso, robo y suplantación de identidad, los medios y el resto del mundo le castigan por haber perdido el control. Por eso le han colocado un inhibidor que monitorea los momentos en los que se convierte en She Hulk. Algo que tiene prohibido hacer en adelante.
Sin trabajo y sin dinero para mantener una renta, ahora debe volver a casa de sus padres. Su finalidad es encontrar la identidad de aquella persona que creó el foro de odio en su contra. El misterio de King Hulk es rápidamente revelado y por la gracia inesperada del guion escrito por Jessica Gao, todos los personajes convergen en un solo lugar e incluso los aliados y enemigos acuden para ayudar o empeorar las cosas.
Llegado un momento se percibe que la serie y el episodio tienen mucho que resolver y muy poco tiempo para lograrlo. Las resoluciones sosas y la manifestación del villano es sospechosamente similar a varias películas de Marvel. Y justo cuando el espectador está por notar todas las inconsistencias y resoluciones fáciles, Jen las nota también y decide tomar cartas en el asunto.
Durante toda la temporada se manejó la idea de que la protagonista se encontraba descontenta con su historia. Cuando obtuvo sus poderes reclamó por conservar habilidades que nunca pidió. Cuando asumió su papel fue demandada por el uso de un nombre que tampoco conjuró. El verdadero clímax del episodio 9 de She Hulk es ver a Jennifer Walters fastidiada de que otros -los guionistas- decidan por ella y hacer algo para cambiarlo. El programa dejó lo mejor para el final.
En las historietas de John Byrne sobre el personaje, She Hulk tenía la habilidad de saltar entre viñetas, regresar en sus páginas, e incluso propiciar encuentros con sus creadores. Cuando Jen encuentra inconsistencias en su final de temporada y un guion flojo para resolver todas las narrativas, pone una pausa en la historia y decide saltar a la plataforma de Disney Plus para vagar entre programas y llegar hasta la sala creativa de su propia historia. Jessica Gao, la directora Kat Coiro y otros más se enfrentan a su creación cara a cara.
Revelar más detalles de lo que sigue en realidad arruinaría la dicha que se obtiene de ver este capítulo. Basta decir que la serie se apoya de la comedia para tomarse este tipo de licencias narrativas. Pero en el fondo utiliza los recursos para hablarle directamente al espectador. La metanarrativa permite así que Marvel le comunique al público que está enterado de todo lo que se escribe en internet; que está consciente de los deux ex machina de sus historias; y de que todo el mundo espera con desesperación a los X-Men.
La parte más hilarante sucede cuando la serie no consigue dejar de lado su marcado y ácido comentario social. Primero asienta el golpe más duro a los «incels» del internet. A los misóginos que se molestan por ver a una mujer con poderes (ellas no se los ganaron); inmediatamente pasamos a lo siguiente. Una cachetada con guante blanco a los fanáticos del MCU.
El episodio 9 de She Hulk deja muy en claro quienes son los guionistas y los que tomarán las decisiones creativas. Sin importar las muchas teorías (deseos) que existan en los foros y redes sociales, la empresa funciona a base de algoritmos y elecciones que sean más convenientes para la supervivencia del negocio. Un gran detalle fue presentar un robot inteligente y desalmado llamado K.E.V.I.N. Un ente casi inalcanzable que todo lo ve y todo lo decide.
Sin importar las críticas, She Hulk revela su carta más fuerte con el episodio 9 y además establece un nuevo mundo de posibilidades sobre lo que nos puede deparar en el futuro de este personaje. Luego de ser muy duro con ellos, después existe alguna suerte de complacencia para los fans. Matt Murdock regresa y con la promesa de que su presencia será cada vez más y más constante dentro del MCU.
Al final de cuentas podrá haber gustado o no la serie She Hulk, pero lo que nadie puede negar es que resultó en varios éxitos importantes. Fue un experimento que demostró que un estilo tan particular como el del personaje puede ser funcional en un audiovisual que pertenece a una franquicia más grande. Por otro lado realizó diversos e importantes apuntes sobre la actualidad sin miedo a tirar cachetas, burlarse de otros y de sí misma. Y finalmente logró conjurar una historia con personajes entrañables y actuaciones increíbles que morimos por ver de regreso.
She Hulk volverá sin duda. Y seguramente será tan inesperado como divertido.