A prueba de hombres
Una comedia redonda, con una trama sencilla que dista muy poco de los anteriores estelares de Schneider.
Sólo existe una frase para calificar esta película: es muy "Rob Schneider". Una vez más el actor –ahora también director de la cinta– plantea una historia absurda hasta el tuétano, en la que un hombre común se convierte en algo extraordinario e incluso ridículo.
Schneider interpreta a Stan Minton, un experto en bienes raíces que es acusado de fraude y condenado a tres años de prisión. En sus intentos corruptos y descabellados por evitar la sentencia, Stan consigue seis meses de libertad antes de enfrentarse a su peor pesadilla: hombres presos con fama de violadores. Resignado, encuentra su única oportunidad en un maestro de artes marciales que si bien no puede evitar su encarcelamiento, le enseñará a defenderse de las atrocidades de la cárcel.
A prueba de hombres es una comedia redonda, con una trama sencilla que dista muy poco de los anteriores estelares de Schneider, pero se agradece que el resultado de la evolución del personaje ésta vez tenga una causalidad, y no se convierta por accidente en una mujer, un animal o un gigoló.
Lo más destacable es que no plantea el clásico humor de las películas americanas que meten con calzador comentarios dizque graciosos en situaciones que no lo son tanto. Esta cinta, no sólo en su argumento sino en su existencia per se, está conformada por el más puro sarcasmo pensado, meditado e incorporado estratégicamente en la composición fílmica.
Por momentos, la comicidad se disfraza de drama, para darle a la risa una razón de ser y un escenario en el cual desarrollarse, pero incluso en estos momentos la ironía se intensifica para recordarle al espectador que ninguna película de Schneider puede terminar en tragedia, llanto o realidad.
– Gabriela Camacho
Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
