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Cine

Oxígeno – Crítica de película

18-05-2021, 9:48:08 AM Por:
Oxígeno – Crítica de película

Un thriller pequeño y minimalista que demuestra con elegancia las capacidades de Alexandre Aja como narrador de historias de tensión.

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Después de casi dos décadas, en las que Alexandre Aja se ha entregado por completo a la golosina más pura del cine hollywoodense, este año ha regresado a su país origen con su nueva película Oxígeno (Oxygen), un thriller pequeño y minimalista que demuestra sutilmente -o no tan sutilmente- sus grandes capacidades como narrador de historias de tensión. En la película, una mujer llamada Liz (Mélanie Laurent) despierta de pronto en una cápsula criogénica sin recordar muy bien quién es, en dónde está o por qué está atrapada en una ultramoderna crisálida que monitorea todos sus signos vitales. Así el filme se encargará de mantener en duda y al borde del asiento a un espectador que fácilmente puede caer en el juego de la claustrofobia cinematográfica.

Desde luego el referente inmediato para esta cinta es Buried (2010) protagonizada por Ryan Reynolds. Sin embargo, lo que las hace fundamentalmente diferentes, es que mientras que en aquella la gran meta era conseguir ser rescatado y salir de allí, aquí la trama busca otro tipo de intenciones más reflexivas y existencialistas. Antes que pensar en escapar, Liz deberá tratar de recordar quién es y por qué esta allí. Alexandre Aja motiva así su filme disfrazado de angustia, en una entretenida reflexión sobre el lugar del ser humano y su propósito último en el universo.

Cuando se piensa en filmes limitados a una sola locación y sobre todo si ésta es apenas un espacio reducido con nada más que un actor al frente, la realidad es que el truco suena abaratado y mil veces visto. No obstante, Oxígeno (Oxygen) es una película que logra utilizar el recurso y darle la vuelta para crear una tensión muy efectiva y sobre todo más emocional que sus referentes inmediatos (como la mencionada cinta con Ryan Reynolds). Cuando la protagonista despierta, se entera que ha habido una falla en su cápsula, lo que ha originado que las reservas de oxígeno se hayan vaciado otorgándole así un aproximado de 90 minutos de vida para resolver la situación.

El estrés recorre cada músculo de la obra. Con mucha habilidad Alexandre Aja recorre todos los clichés del género de suspenso, pero lo hace con paso firme. Sería impensable suponer que esta película ha revelado algo nuevo, o que haya abierto la caja de pandora del thriller comercial o de la ciencia ficción, pero su paseo por dichos géneros es agradable, entretenido y supone una visión refrescante especialmente en una época en la que la mayoría de las producciones provenientes de la plataforma streaming más famosa de todas, resultan bastante cuestionables y desechables.

Aunque la acción se limita a un sólo escenario, tanto Aja como su director de fotografía consiguen exprimir al máximo cada ángulo, cada posición y cada encuadre posible de su cámara. Visualmente la película no es aburrida en ningún momento. Los cuadros resultan atractivos a la vista, los movimientos de cámara desafían las limitaciones del espacio y sobre todo es Mélanie Laurent quien obliga al espectador a no despegar la vista. Su actuación podría definirse como pura, sin grandes trucos en su caracterización, más que sólo miradas y gestos que resuenan de la desesperación del encierro.

El público empata en la visión particular de la protagonista, descubriendo al mismo tiempo que ella, y paso a paso, los secretos detrás de la estresante situación de despertar en un lugar desconocido. Quizás uno de los recursos más flojos de una película como Oxígeno es la inserción de flashbacks e imágenes aparentemente inconexas que corresponden a la vida de la protagonista. Estos pequeños momentos de alguna forma rompen con la tensión establecida y la puesta en escena dentro de un espacio reducido. No obstante, son necesarios como pequeñas pistas que hacen avanzar la trama y desenvolver el misterio.

Y la resolución del misterio es una de las reflexiones más interesantes que nos ha regalado la ciencia ficción en los últimos tiempos. Sin ahondar en spoilers, esta cinta de alguna forma resulta hermana en su discurso de la Interestelar (2014) de Christopher Nolan. La diferencia es que aquí de cierta manera se cuestionan los métodos, se cuestiona el papel que debe tener el ser humano una vez que tiene acceso a tantos recursos científicos y a final de cuentas responde una vez más a una inquietud que muchos autores han manifestado en sus obras sobre el futuro del planeta y la responsabilidad que tiene la humanidad por su deterioro.

A final de cuentas Oxígeno es una película que se disfraza como un thriller de ciencia ficción, pero que en el fondo es una manifestación más de la inquietud que tiene la humanidad por su permanencia y supervivencia en el universo. Los modos en los que Alexandre Aja maneja la historia, convierten este filme en un viaje tenso, sin duda, pero sobre todo en un recorrido más emocional que hace sentir al espectador muy pequeño e insignificante, como una pieza más dentro de un universo más vasto.

Además, de manera intencional o por accidente, el filme llega en un momento en el que las personas del planeta Tierra conocen lo que significa vivir en una suerte de confinamiento con ninguna otra compañia más que un asistente inteligente (Alexa, Siri, Google, lo que sea) y sus propios traicioneros pensamientos que nos han dado la capacidad de observar lo insignificantes e inmediatos que somos. Al final Oxígeno tiene varios propósitos, ya sea de introspección, o de entretenimiento, pero cumple con todos ellos como una de las sorpresas más agradables y frescas que ha estrenado el streaming últimamente.

Oxígeno ya está disponible en Netflix.

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autor Mi relación más estable es con el cine, la fiesta y la música. Me encanta escribir sobre cine, conocer gente nueva y compartir ideas. Idealista en todo sentido, supongo que es mi rasgo acuariano de ascendente.
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