Ni tuyo, ni mía – Crítica de la película mexicana
Ni tuyo, ni mía es una película que se siente fresca por tratar de subvertir las fórmulas de las comedias dramáticas y románticas.
Al analizar el panorama actual, caemos en cuenta de que las comedias y dramas románticos son dos de los subgéneros más sobreexplotados por el cine nacional que recibe exposición masiva en salas comerciales. Dicha sobreexplotación ocasiona que, como espectadores, tengamos la sensación de que siempre nos están contando la misma historia. Sin embargo, de vez en cuando, debutan producciones como Ni tuyo, ni mía, que intentan subvertir las fórmulas de ambos géneros para entregarnos una película que, aunque con tropiezos, se siente fresca. Tiene un elenco sólido y es una invitación para seguir la conversación afuera de la sala. Una charla sobre nuestros propósitos de vida y el sentido de nuestras relaciones interpersonales.
Filmada en la Ciudad de México, Ni tuyo, ni mía sigue la historia de Roberto (Tony Dalton) y Amanda (Alejandra Barros). Ellos son una pareja adinerada, víctima de la monotonía cuya rutina cambia cuando Roberto se enamora de Lía (Prakriti Maduro), una bailarina de flamenco. Cuando Amanda descubre la infidelidad, forma una alianza con la persona menos pensada: Diego (José Fors), un músico callejero y pareja de Lía. Diego y Amanda buscarán mil maneras de reconquistar a sus respectivas parejas, sin sospechar que en el camino formarán una gran amistad; al tiempo que descubren nuevas formas de vivir y amar.
A primera vista pareciera que la ópera prima de Sandra Solares -productora experimentada de cintas como La ley de Herodes; El infierno y La dictadura perfecta– es un relato más sobre traiciones amorosas e intrigas, cuyo tercer acto nos anticipa un desenlace violento. Lo que hace que Ni tuyo, ni mía destaque y se sienta, hasta cierto punto, diferente, es que el drama de la infidelidad sólo es un pretexto que abre paso a un abanico de situaciones. Éstas nos empujan a reflexionar sobre las relaciones humanas, la vida en pareja y ese erróneo sentido de pertenencia; la introspección personal, la empatía hacia el otro y los lazos entrañables que podemos desarrollar a partir de una amistad.
Otro punto a favor de la película es el reparto coral de actores y actrices. Prakriti Maduro, Tony Dalton, Alejandra Barros y José Fors -líder de la banda de rock mexicana Cuca y diseñador en Cronos y Hellboy, de Guillermo del Toro-. Éste último luce gracias a su naturalidad. Pese a ser su debut actoral en cine, logra imprimirle a Diego, parte de su experiencia con la música. Nos da una muestra de lo que se refiere a personajes metaficcionales. Su presencia en pantalla tampoco se desaprovecha para protagonizar un acústico musical, cosa que sus fans agradecerán.
Aunque al cuarteto de personajes se les trata de dar la misma importancia dentro de la historia; son Alejandra Barros y José Fors, quienes tienen mayor química y flujo en la historia. Esto gracias a la construcción dramática de sus personajes. Son opuestos complementarios que pretenden caerse mal cuando apenas se conocen, pero se dan cuenta de que tienen más cosas en común de las que imaginaron. Situación que, por cierto, no logra la misma magnitud entre Tony Dalton (Roberto) y Prakriti Maduro (Lía).
También podría interesarte: Ni tuyo, ni mía – Estreno, reparto y trailer de la película
Eso no quiere decir que la película no tenga sus tropiezos. De hecho, la relación amistosa que forjan Amanda (Barros) y Diego (Fors) tiene sus contras a raíz del humor o comicidad que quieren imprimirle a sus diálogos, cuyo resultado es un entramado de chistes forzados, ineficientes e irrisibles para el espectador. Por otra parte, Ni tuyo, ni mía peca, por momentos, respecto a la representación social: clasismo y estereotipos entre ricos y pobres, pero se agradece que no sea la columna vertebral de la cinta. Por último, la innecesaria participación de algunos personajes secundarios: los compañeros de trabajo de Amanda y la hija adolescente de Amanda y Roberto. Sin duda, prescindir de ellos no hubiera alterado el fondo y forma de la película.
Ni tuyo, ni mía sí encuentra su esencia entre toda la oferta de comedias y dramas románticos del cine mexicano por lo inesperada que es. Así, la traición de las parejas románticas que plantea la película es sólo un eslabón para que los personajes de esta historia y el público se replanteen el sentido de pertenencia (de ahí el título de la película), la fragilidad de las relaciones monógamas y las relaciones humanas, pero sobre todo para hacer un ejercicio de autodescubrimiento sobre lo que realmente queremos en nuestras relaciones y en nuestra vida misma con un poco de humor y música de fondo para pasar un buen rato.
Debido a la crisis sanitaria por COVID-19, en Cine PREMIERE te recomendamos revisar con las autoridades de salud las medidas sanitarias necesarias (especialmente el Lineamiento general para la mitigación y prevención de COVID-19 en espacios públicos cerrados) antes de acudir al cine a ver una película.