Mi papá es un peligro – Crítica de la película

De vez en cuando, las comedias son necesarias para todos. Nada se compara con la sensación de disfrutar una encantadora historia y acompañar la experiencia con muy buenas risas. Desafortunadamente, hay de comedias a comedias. Algunas verdaderamente cumplen su cometido, otras se quedan a medias con sus buenas intenciones, y unas más prometen demasiado, pero terminan por decepcionar a la audiencia. ¿En qué categoría encaja la película Mi papá es un peligro, con Robert De Niro?

Un día, Sebastián le dice a Salvo, su padre, un inmigrante italiano chapado a la antigua, que tiene intención de pedirle matrimonio a su novia estadounidense, Ellie. Pero antes de dar su aprobación, Salvo exige conocer a la novia y a su familia. Cuando Salvo se da cuenta de que la familia de la novia es de Estados Unidos, el choque cultural es sencillamente inevitable.

Lo primero que vale la pena destacar de esta comedia es su inspiración en la vida real. De acuerdo con Sebastian Maniscalco, protagonista y coautor del guion de la película, Mi papá es un peligro se basa vagamente en la relación que él tuvo con su padre. Dicho lo anterior, es evidente que algunas situaciones fueron exacerbadas con el propósito de ganar risas de la audiencia. Desgraciadamente, el cometido no se cumple, pues sacan al espectador de lo que pudo ser una comedia agradable.

Si algo sobresale en los 89 minutos de duración es la química entre Maniscalco y Robert De Niro, quien da vida a su padre. Juntos protagonizan los pocos momentos del filme que sí generan risas genuinas y se nota que la pasaron bien durante la filmación. Sin embargo, De Niro no sobresale en lo absoluto por sí mismo. Su interpretación parece una calca del trabajo que realizó en Mi abuelo es un peligro, junto a Zac Efron, aunque menos vulgar.

En cuanto al guion, éste es prácticamente inexistente. Cumple con las funciones básicas de presentarnos a los personajes y establecer la rutina de Sebastián y su padre, pero no va más allá. Ahora, pertenecer a un género como la comedia no es pretexto, pues otras producciones, aun con sus fallas, han hecho un mejor trabajo en ese sentido. Básicamente, es como ver una serie de viñetas que, sí, pueden ser chistosas, pero resultan intercambiables y las hemos visto en numerosas ocasiones.

Peor aún: la poca historia que se cuenta es absolutamente predecible. Hay discusiones entre padre e hijo, entre consuegros, malentendidos, problemas con los protagonistas y los ya obligados momentos de unión familiar. Resulta interesante pensar qué tanto ocurrió en la vida de Maniscalco, pues el 90% de los gags se sienten completamente inverosímiles.

Al final, Mi papá es un peligro termina por convertirse en una comedia decepcionante del montón y que perfectamente pudo haber llegado directo a plataformas de streaming. Cuenta con sólidos valores de producción y química entre sus protagonistas, pero cuando la anécdota es tan básica, no hay algo que motive la experiencia de verla en una sala de cine.

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Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.