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Cine

La noche del demonio 4: La última llave – Crítica

05-01-2018, 10:29:41 AM Por:
La noche del demonio 4: La última llave – Crítica

La nueva entrega de la franquicia le da a la saga un sentido del que carecía el Capítulo 3.

Cine PREMIERE: 3
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Es fácil olvidar que muchos de los clásicos del horror son secuelas. Por ejemplo, La novia de Frankenstein era ya la segunda de no menos de siete entregas entre 1931 y 1948, que –de la mano de vampiros, momias y hombres lobo– habrían de hacer de Universal Pictures la original casa del terror fílmico… de manera no muy distinta a New Line Cinema en los 80 y 90 –“la casa que Freddy construyó”, le decían–. La verdad es que la historia del cine de terror está construida sobre franquicias. Sin duda alguna, hoy la mayor casa de los sustos en el cine es la Blumhouse, productora de éxitos como Fragmentado y ¡Huye! y de las franquicias de Actividad paranormal, El conjuro y la que nos ocupa. Y casas de los sustos son, de hecho, lo que mejor saben hacer. La noche del demonio 4: La última llave es a un tiempo una suerte de precuela de la cinta original y continuación también de Capítulo 3, en el que la Dra. Elise Rainier se unía a esos dos cazafantasmas aficionados, Tucker y Specs, que se convertirían así en sus fieles acompañantes en la lucha con lo sobrenatural. En esta ocasión, el primer caso del equipo resulta ser no sólo el más aterrador sino, también, el más personal para Elise, quien habrá de regresar a la casa en la que creció para enfrentar al demonio que ahí habita… entre otros horrores de su niñez.

Interpretada por la veterana actriz Lin Shaye, la Dra. Elise se convierte así al fin en la verdadera protagonista de esta saga: la única presencia constante a lo largo de las cuatro cintas, Shaye ha dotado al personaje de la humanidad y la empatía que le caracterizan, y que sirven de contrapunto a los espíritus y demonios que enfrenta película tras película. A diferencia de Freddy o del propio Jigsaw, la protagonista de esta franquicia resulta así en una entrañable heroína, lo que la coloca por encima de otras películas del género.

Por supuesto, el éxito de la franquicia se debe antes que nada a James Wan, responsable también de Saw: El juego del miedo –al igual que de El Conjuro y de la original La noche del demonio, y de sus respectivas secuelas–; se dice que Wan se empeñó en dirigir él mismo La noche del demonio: Capítulo 2 al ver en lo que se habían convertido las secuelas de Saw. Habiéndole cedido ya el Capítulo 3 a su guionista Leigh Whannell, sin embargo, la dirección de esta nueva entrega queda en manos de Adam Robitel, actor de carrera y director también de The Taking of Deborah Logan (2014) y quien, sin poseer la destreza de Wan –o del propio Whannell, que además de escribir las películas interpreta a Specs– logra mantener el tono y estilo de sus antecesoras.

Claro, la cinta adolece de algunos de los problemas de toda franquicia que llega a su cuarta parte: el espantajo en turno resulta algo genérico, no tan amenazador como los de otras entregas de la serie, y la conexión con aquellas comienza a sentirse forzada. Al igual que con El conjuro, La noche del demonio y sus secuelas de pronto se sienten más como una antología de historias que tienen lugar en ese universo. A pesar de todo, La última llave le da a la saga un sentido del que carecía el Capítulo 3 y, si bien no habrá de convertirse en clásico alguno, como cine de franquicia continúa siendo de lo más disfrutable que ofrece el género hoy en día.

autor Periodista y cineasta, es colaborador de Cine PREMIERE desde el año 2002, conductor de Horroris Causa en UAM Radio 94.1 FM y miembro del equipo de Mórbido: Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror. Actualmente imparte las materias de Narrativa, Guionismo y Géneros Cinematográficos en SAE Institute Mexico, así como talleres de guion para cortometraje.
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