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Cine

Extraordinario (Wonder) – Crítica

15-12-2017, 2:00:04 PM Por:
Extraordinario (Wonder) – Crítica

Las buenas actuaciones de Julia Roberts, Owen Wilson y Jacob Tremblay, en el tercer acto la película cae en complacencias que le hacen tambalear.

Cine PREMIERE: 2.5
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R.J. Palacio escribió el bestseller en el que se basa la película Extraordinario (Wonder) después de que un día se topó con una niña con deformidad facial. Sus hijos se asustaron, uno de ellos comenzó a llorar y ella, en lugar de acercarse a platicar con la pequeña y ponerles un ejemplo de que era una persona más, aunque luciera diferente, no supo qué hacer y los retiró de la escena. No obstante, alcanzó a escuchar a la mamá de la niña que decía en tono calmado: “creo que es momento de irnos”.

La experiencia marcó tanto a la autora que comenzó a escribir la novela que ahora se ve cristalizada en una producción hollywoodense sobre un niño enfrentado a un mundo que no sabe cómo lidiar con él. Jacob Tremblay es el encargado de interpretar a Auggie Pullman, un chico nacido con el Síndrome de Treacher Collins sometido a numerosas cirugías para tener una apariencia normal que no ha conseguido del todo. Ante la crueldad del mundo, su madre –interpretada por Julia Roberts– lo educa en casa hasta el momento en que finalmente va a la escuela por primera vez para enfrentarse a otros niños que, definitivamente, no lucen como él ni tienen una experiencia de vida que les permita comprender por lo que ha pasado el protagonista.

Aunque dentro de la comunidad de personas con el mismo gen que Auggie se desató una controversia porque un niño sin esta condición interpretara al personaje central, lo cierto es que el carisma de Tremblay y su compromiso con el rol son notables, más allá del hecho de que contactó a niños con el síndrome a modo de preparación. Tras el éxito de La habitación, el joven actor constata sus tablas para llevarnos por los altibajos emocionales del joven Pullman, quien pese a su aparente fragilidad también posee una fuerza descomunal y aleccionadora –claro que monumentalmente exacerbada a hacia el final–. Él es el corazón del filme.

Por su parte, Roberts es perfecta como una madre acongojada y aterrorizada por lanzar a su hijo a un mundo que puede ser despiadado; mientras que Owen Wilson como su esposo, Nate Pullman, retoma su experiencia cómica para diluir un poco el drama que engloba la historia, pero llega un momento en que su antídoto es insuficiente ante todo lo que ocurre a su alrededor. En general las actuaciones son esencialmente humanas y entre ellas hay un pequeño cameo de la estrella brasileña Sonia Braga, pero Izabela Vidovic, quien interpreta a la hermana de Auggie, es el personaje que más sufre al ser llevada al melodrama puro –llora la mayor parte de la película– por su supuesta invisibilidad dentro de una dinámica familiar volcada sobre el pequeño protagonista.

Plagada de ingeniosas y divertidas referencias warsies que caen como fresco bálsamo (y muy atinado, pues se estrena el mismo fin de semana que Los últimos Jedi), la episódica cinta –se divide en capítulos que nos permiten conocer más a los personajes jóvenes–navega acertadamente durante los primeros dos tercios; sin embargo, el empeño porque las circunstancias embonen y el drama inicial se desvanezca hasta tener un argumento empalagoso hacen del tercer acto un producto rosado y tambaleante. De esta manera, Extraordinario se distancia por completo del anterior filme de Stephen Chbosky, el equilibrado drama Las ventajas de ser invisible, que igualmente presenta a un protagonista con problemas para interactuar socialmente solo que en su caso se desprende de un conflicto emocional. En aquella película el director consiguió un tono más mesurado y realista. Wonder, en cambio, pisa de lleno el terreno de la feel good movie hasta un punto excesivo y complaciente.

autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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