El proyecto de la bruja de Blair: ¿Por qué sus actores aún viven un relato de horror?
Ser parte de un fenómeno no les hizo la vida más fácil, sino todo lo contrario. Los actores siguen sin cobrar las regalías que merecen por su participación en el proyecto.
En 1999, el mundo conoció el terror de primera mano. Una leyenda local inspiró a un grupo de cineastas para adentrarse en el bosque y conocer si la leyenda de la bruja de Blair era real. Nunca se supo qué pasó con ellos, pero sí se encontró la cámara con que filmaron y el material recopilado. Bajo esa premisa llegó a los cines El proyecto de la bruja de Blair, una película sin actores profesionales, con apenas $35 mil dólares de presupuesto, y un fascinante uso del found footage.
Creando el miedo
Millones de espectadores en todo el mundo resultaron aterrorizados creyendo que se trataba de una historia real. Sin embargo, pronto se supo la verdad: Heather Donahue, Michael C. Williams y Joshua Leonard, los protagonistas, hicieron su debut como intérpretes en esta película. Nadie los conocía, y por ello era fácil que la audiencia creyera la autenticidad del relato. A nivel mediático, su vida no fue la misma. Mientras tanto, en términos de beneficios por El proyecto de la bruja de Blair, los actores seguían en lo mismo: Donahue vio cómo su vehículo —un Toyota Celica de 1984— se descompuso bajo un cartel de la película; Williams aún trabajaba con muebles a pesar de tener una portada de revista, y Leonard seguía atendiendo a su representante. Los actores siguen sin cobrar las regalías que creen merecer por su participación en el proyecto.
Gran parte de que la cinta sólo costará $35 mil dólares se debió a la falta de una gran producción. Al filmarse con cámara en mano, fueron los actores quienes aprendieron a usar las cámaras y el equipo de sonido necesarios. Pronto se adentraron en el bosque con algunos detalles de la historia como única herramienta para improvisar el resto de la trama. Todos se tomaron muy en serio el asunto de que los protagonistas eran estudiantes desaparecidos, y nadie podía hacer apariciones públicas, mucho menos revelar que eran actores o, simplemente, que estaban vivos.
El proyecto de la bruja de Blair se presentó en el Festival de Cine de Sundance de 1999. Artisan Entertainment compró sus derechos de distribución por $1 millón 100 mil dólares, y todos tenían las mejores expectativas. La engañosa campaña de marketing hizo de este largometraje, dirigido por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, un fenómeno pocas veces visto. El boca a boca creció a lo grande, las salas de cine estaban llenas de gritos, y las cuentas bancarias de los realizadores no hacían más que acumular más y más dinero. En compensación por cruzar los $100 millones de dólares (MDD) en la taquilla mundial, Donahue, Williams y Leonard recibieron una canasta con fruta.
“Fue ahí cuando se hizo evidente que no conseguiríamos nada. Nos estaban cortando de algo en lo que nos involucramos íntimamente para crear”, relató Donahue para Variety. “Mi agente me preguntó qué carajos estaba haciendo (cuando le servía). Y le dije: ´Sabes que no he ganado nada de dinero´. Todos teníamos problemas para pagar la renta”, aseveró Leonard.
Al final, la cinta cerró su corrida comercial con casi $250 MDD recaudados en todo el mundo. Es, hasta nuestros días, uno de los títulos más independientes más exitosos en la historia del cine. No obstante, para sus protagonistas hay una sensación de estancamiento; es como si nunca pudieran librarse del horror del bosque. La única diferencia es que, para ellos, la mala experiencia sigue haciendo estragos. Sus finanzas dan aún más miedo que la película misma.
Un anuncio que cayó como balde de agua fría
Durante la CinemaCon de 2024, Lionsgate y Blumhouse anunciaron la realización de una nueva película centrada en la leyenda de la bruja. No es la primera vez que la cinta original se expande, pues ya hubo una secuela estrenada en 2000, y una de 2016. Sin embargo, ninguna obtuvo el mismo tipo de éxito crítico o comercial. De hecho, la última cinta resultó una mala experiencia para el público, especialmente para los fanáticos.
Dar a conocer una nueva historia sobre la bruja de Blair no tendría nada de malo, pero muchos involucrados en la cinta original aún sienten que, a 25 años de la cinta original, su trabajo sigue sin ser valorado. No les dieron el reconocimiento necesario, y tampoco se les ha contactado para algún tipo de colaboración o idea en la nueva entrega.
«De hecho, estaba esperando con ansias el 25º aniversario. Habíamos reservado un par de convenciones. Es bueno escuchar cosas buenas de los fanáticos y ver a los muchachos. Fue una sensación muy dulce por primera vez en toda la historia de esto. Y luego, boom, llega este anuncio y es como: ´Hijos de pu..´”, agregó Heather.
En su momento, Leonard también se mostró molesto. Uno de los medios que reportó la noticia utilizó un still de la cinta original donde se ve su rostro. Irónicamente, su participación se seguía explotando para vender el proyecto, pero él sólo recibió una canasta de fruta como compensación por el éxito. Un amigo le hizo saber de la nueva película y él no tardó en mostrar su descontento.
“Estoy muy orgulloso de nuestra pequeña película de punk-rock, y AMO a los fans que mantienen las llamas encendidas. Pero en este punto, son 25 años de faltas de respeto por parte de las personas que se han embolsado la mayor parte de las ganancias de NUESTRO trabajo, y eso se siente tan asqueroso y sin clase”, escribió en Instagram.
Un proyecto llamado justicia
Es probable que el siguiente capítulo de la franquicia también tome como base los rostros de este trío. Por ello, Heather Donahue, Michael C. Williams y Joshua Leonard emitieron una carta abierta a Lionsgate, solicitando ser considerados en caso de que se usen tanto sus caras como sus nombres. También pidieron pagos residuales retroactivos y futuros por la película.
“Estos deben ser equivalentes a la suma que se habría asignado a través de SAG-AFTRA (sindicato que protege a los actores), si hubiéramos tenido un sindicato o representación legal adecuada cuando se hizo la película. Se ha reiniciado dos veces, y ambas fueron una decepción. Como los trabajadores que creamos La bruja de Blair… ¡somos su arma secreta más grande, pero hasta ahora no utilizada!
De igual manera, el trío solicitó en su carta una subvención anual de $60 mil dólares para “un cineasta de género desconocido, o aspirante, y que esto le ayude a realizar su primer largometraje”. Un representante de SAG-AFTRA aseguró que ya hay contacto entre los actores y Lionsgate, y argumentó sentirse esperanzado de que los artistas obtengan una compensación.
“Me avergüenza haber dejado que esto me pasara”, dice Williams. “Tienes que dejar esas cosas a un lado, porque eres un jodido perdedor si no puedes salir adelante. Porque todo el mundo se pregunta qué pasó, tu esposa está en la fila del supermercado y no puede pagar ya que un cheque fue rechazado. Estás en la película independiente más exitosa de todos los tiempos y no puedes cuidar de tus seres queridos”.
Las letras chiquitas
Antes de que comenzara el rodaje, Haxan Films, la compañía productora fundada por los creadores de la cinta, y por Gregg Hale, Ronin Cowie y Michael Monello (productores), les dio a firmar un memorándum de página y media con una clausula peculiar. Si la cinta le daba a Haxan más de $1 millón de dólares, el trío protagónico tendría derecho a participaciones del 1%. Además, había otro apartado especial, donde ellos autorizaban a que se usaran sus nombres reales para hacer todo mucho más auténtico. Ellos no prestaron atención y se enfocaron en preparar sus habilidades para filmar la cinta.
La producción les mintió al decir que su material filmado sólo se editaría en 10 minutos para crear un documental de ficción sobre sus personajes. Un año después, Heather, Michael y Leonard descubrirían que hicieron una película entera. Luego comenzó la promoción del largometraje, y entre polémicas declaraciones, ataques a Heather (por la actitud de su personaje), y el enriquecimiento del estudio a su costa, todo se complicó.
A finales del verano de 1999, los tres recibieron un bono que no superó los cinco dígitos y tampoco les dio para mucho. No recibieron un dólar más por la mercancía de la película, y mucho menos cuando se usó su identidad para la secuela, estrenada un año después. De acuerdo con The New York Times, Haxan y sus inversionistas ganaron entre $35 y 40 MDD por la película, pero sus actores sólo recibieron $300 mil, y esto tras una demanda. Como resultado, ni Artisan (estudio responsable de la entrega original), ni Lionsgate (actual poseedora de los derechos) pueden usar los nombres de los actores.
¿Qué ha sido de los actores en El proyecto de la bruja de Blair?
En 2016, cuando Lionsgate realizó una secuela de la cinta original, los guionistas crearon un hermano ficticio para Heather. El estudio le consultó la posibilidad de usar su nombre, pero ella les recordó el acuerdo de la demanda. No quiso tener nada que ver con el proyecto, y simplemente se alejó de la industria del entretenimiento en aras de vivir como cualquier persona. Hace algún tiempo, la película Tár, protagonizada por Cate Blanchett, utilizó el audio de uno de sus gritos más icónicos en la cinta. Heather avisó a Lionsgate, y el estudio demandó, pero buscando sus propios intereses. Ella tuvo que hacer lo mismo, pero desde su trinchera y con sus recursos.
Michael C. Williams también le dijo adiós al mundo del espectáculo, y ahora es consejero escolar en una preparatoria. Cuando Lionsgate se le acercó por la película de 2016, él no tuvo más remedio que aceptar el ofrecimiento a cambio de usar su nombre. Su casa había quedado en terribles condiciones por una inundación. Él y su familia vivían en un departamento pequeño, así que el dinero le cayó de forma inmejorable.
Joshua Leonard, por su parte, ha continuado como actor y cineasta en pequeñas producciones. Ahora sabe, de primera mano, cómo funciona la industria y el poder de los estudios, pero no tiene miedo a hablar públicamente sobre el terrible comportamiento de quienes le dieron su primera “gran” oportunidad. “No necesito que Lionsgate me quiera. No me importa que sepan lo que pienso de su comportamiento tan reprensible”, afirma.
¿Qué opina Lionsgate?
Ante la polémica, a la que ya varios medios han hecho eco, el estudio se mantiene callado. El acuerdo al que se llegó hace un par de décadas complica que Lionsgate pueda hablar mucho del tema, pero sí emitió un comunicado donde fija una postura:
“25 años después, ¿quién hubiera pensado que todavía estaríamos hablando de El proyecto de la bruja de Blair, una película realizada por un grupo de personas totalmente ajenas a Hollywood? Tenemos la esperanza de que Heather, Joshua y Mike encuentren una conclusión satisfactoria a sus conversaciones con Lionsgate. Para nosotros, este aniversario brinda una oportunidad emocionante para celebrar la película y su legado con los fanáticos”.
Más allá de las cámaras
Aunque los tres protagonistas de El proyecto de la bruja de Blair reclaman regalías por el proyecto que hicieron bajo algunos engaños, también hay miembros del equipo de producción pidiendo ser escuchados. Ante el anuncio de la nueva película, Ben Rock, diseñador de producción en la cinta primigenia, afirma que tanto él como los involucrados se sienten desplazados por no ser tomados en cuenta para ningún aspecto de la secuela. Hasta el momento, tampoco les han solicitado el más mínimo consejo para la próxima entrega, y esperan que eso cambie en los próximos meses.
Para él, fue la visión del equipo original lo que dio pie a tantos millones de dólares. Pero tras perder a los directores, y a sus tres actores, la conexión con el público o los críticos también se fue. Recibir una llamada para fungir como consultores podría hacer que Heather, Michael y Joshua reciban algún tipo de beneficio económico por su aportación a la franquicia. En su momento, Rock ganó $300 dólares a la semana por su labor.
“Creo que, lo que ha sucedido dos veces, es que se pasó por alto a los creadores originales y se trajo a otras personas, todas las cuales eran buenas. Pero ninguna de las secuelas conectó con el público de la forma que ellos querían. Por eso, al menos valdría la pena hablar con algunos de los creadores originales”, dijo a The Hollywood Reporter.
Afortunadamente, los creadores de la cinta de 1999 también apoyan a los protagonistas. Myrick y Sánchez emitieron un breve comunicado en el que comentaron lo siguiente:
“Como los rostros literales de lo que se ha convertido en una franquicia, las imágenes, voces y nombres reales de los actores están inseparablemente ligados a El proyecto de la bruja de Blair. Celebramos el legado de nuestra película, e igualmente creemos que los actores merecen ser celebrados por su asociación duradera con la franquicia”.
Han pasado más de dos décadas desde que el público se «dejó engañar» por una campaña de marketing. Pero entre las profundidades del bosque, tres talentos, aún más engañados, aún piden justicia por ayudar a crear uno de los éxitos más influyentes en su género.
El proyecto de la bruja de Blair está disponible a través de MGM Plus.
