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Cine

El hombre invisible – Crítica

29-02-2020, 7:55:19 AM Por:
El hombre invisible – Crítica

El hombre invisible es un ejemplo de buen terror: excelentes actuaciones, riqueza temática, imaginación, destreza técnica y un guion redondo.

Cine PREMIERE: 4.5
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El terror más interesante refleja miedos reales. Tal vez esta afirmación se pueda extender a cualquier género: las películas más interesantes son aquellas que hablan de realidades con las que empatizamos, sin importar lo inverosímiles que sean sus premisas. Pero el terror tiene una habilidad especial para llevarlo un paso más allá. Alien y la violación, Dawn of the Dead y el consumismo, Get Out y el racismo. El mejor terror es aquel que maquilla un miedo real.

En El hombre invisible, Cecilia (Elisabeth Moss) huye de su novio abusador y él comete suicidio. Después de su muerte, Cecilia comienza a ser aterrorizada por algo que nadie puede ver, así que ella inevitablemente piensa que se trata de esta persona que le hizo tanto daño. La cinta no es sutil con el miedo real que retrata, pero vaya que lo hace con una destreza admirable y un ingenio que da gusto ver en una cinta así de comercial. Por supuesto también ayuda tener a Elisabeth Moss. Su interpretación está llena de sutilezas. En todo momento le hace justicia al miedo de alguien que acaba de pasar por algo así de traumático. Transmite paranoia, culpa, duda y enojo con un gesto; Moss está excelente como siempre.

Además de tener mucha riqueza temática, El hombre invisible es realmente hábil técnicamente. El director Leigh Whannell hace un trabajo brillante con la cámara. Es una cinta en la que cada movimiento se siente significativo. Resaltamos, por ejemplo, varios momentos en los que la cámara se mueve lejos de un personaje hacia un encuadre vacío y permanece ahí el tiempo necesario, inmóvil, con propósito, resaltando la amenaza que yace en la nada. Ése es sólo un ejemplo de las soluciones extremadamente simples pero realmente lógicas y efectivas a las que llega Whannell para jugar con la invisibilidad de su amenaza. Construye tensión de lo que no ves con una elegancia y sutileza casi minimalista. Muchas decisiones son tan sobrias y claras que parecen evidentes, casi obvias. Eso es sencillamente buen trabajo de dirección.

El guion no está libre de pequeños errores de lógica. También se toma a sí mismo muy en serio, lo cual en contadas ocasiones llega a ser involuntariamente cómico (hay algo inherentemente ridículo en un hombre invisible interactuando con el mundo visible). Pero nada de eso debería distraernos de lo impecablemente construido que está. Es de esos guiones que no desperdicia nada, porque todo lo que siembra lo cosecha. Su estructura es muy redonda y por lo mismo ninguna escena se siente fuera de lugar o innecesaria. Todos sus detalles y matices son aprovechados. No se olvida de nada: si le pone atención a algo, puedes confiar en que tendrá su satisfactoria razón de ser antes de que todo acabe.

El hombre invisible funciona, en la superficie o a profundidad. Todo lo que acabamos de comentar colabora a un objetivo: tener una atmósfera de terror bien planteada. Dar miedo, sencillamente. Lo logra. Resulta que además de cumplir con lo más básico, también tiene una voz con algo importante que decir y un buen gusto en todas sus decisiones creativas. Aquí hay un ejemplo de ese terror que maquilla miedos reales hasta que tienen forma de monstruos, zombies y hombres invisibles.

autor Apasionado de la animación y el cine de romance. Mi director favorito es David Fincher. Y me gusta el rap.
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