Cannes 2024 – Conoce a los ganadores de la edición 77

Como pocas veces, el Jurado de la edición 77 del Festival de Cannes, presidido por la realizadora y actriz Greta Gerwig, otorgó lo que a mi juicio han sido los mejores premios en años recientes. Estados Unidos es el país que más veces ha recibido la Palma de Oro en Cannes (un total de 14) y este año le fue concedida a Anora de Sean Baker (1971), un realizador norteamericano cuya obra se caracteriza por retratar con empatía y sin emitir juicios el universo de los sexo servidores. De hecho, en su discurso de agradecimiento, Baker les dedicó su Palma de Oro. Títulos previos como Tangerine, The Florida Project y Red Rocket revelan una gran sensibilidad para retratar a estos seres marginales que muchas veces son ignorados por la industria de Hollywood.

Según Baker, Anora es una versión sui generis de Cenicienta, en la que una joven stripper en NY, Ani (diminutivo de Anora), magistralmente interpretada por Mikey Madison, conoce a un encantador y jovencísimo cliente Ivan (Mark Eydelshteyn), proveniente de una familia de oligarcas rusos. Después de una primera noche juntos, Ani se asegura de que Ivan tenga su número telefónico y así da inicio a una intensa relación en la que Mickey, a cambio de 15 mil dólares, le ofrece su compañía exclusiva por una semana en la mansión familiar en la que naturalmente los padres se encuentran ausentes. Ivan es un joven apenas dos años menor que Ani, pero generoso, inocente e inexperto que piensa que está enamorado y le propone matrimonio intempestivamente. Ani, por su parte, siente que tiene la mejor de las suertes y accede a la propuesta, no sin antes mostrar sus propias dudas sobre la viabilidad de la unión.

Después de celebrar su matrimonio exprés en una capilla de Las Vegas, regresan al domicilio del novio. Hasta aquí termina el cuento de hadas que hemos visto en incontables historias de romances en Hollywood, en los que una pareja que proviene de orígenes muy diferentes debe enfrentar obstáculos para vivir felices para siempre. Lo que sigue a continuación es la colérica reacción de los padres que emprenden el viaje de regreso a NY para anular el matrimonio, contando con la ayuda del padrino armenio de Ivan, Toros (Karren Karagulian) y de dos rufianes que entran a la fuerza a la mansión para intentar disolver la improbable unión de los jóvenes. Baker cambia el tono de la película con el caos brillantemente orquestado que sigue a continuación y mantiene al espectador en un vilo sin saber lo que sucederá después. ANORA es una extraordinaria película que presenta una visión clara y profundamente empática sobre el trabajo sexual que ha sido denostado repetidamente en la historia del cine.

Siguiendo con los premios principales, el de Mejor Director le fue otorgado con justicia al gran cineasta portugués Miguel Gomes (1972) por Grand Tour, una cinta encantadora y sofisticada que narra las hazañas de un funcionario del Imperio Británico en Burma en 1918, Edward (Gonçalo Waddington), que huye de su prometida Molly (Crista Alfaiate) el día en que ella llega a reunirse con él en un barco para casarse. Esta premisa podría parecer una historia con ecos coloniales del escritor inglés Somerset Maugham, pero Gomes, que escribió el guion original con Mariana Ricardo, Telmo Churro y Maureen Fazendeiro nos presenta un delirante diario de viaje atemporal desde Singapore hasta Tibet en la primera parte dedicada a Edward, en tanto que la segunda parte está dedicada a la carismática Molly que sigue sus pasos sin darse por vencida. Gomes yuxtapone los lugares, los idiomas y el tiempo de manera lúdica, presentando escenas en blanco y negro que se alternan con escenas contemporáneas a color de muchos de los lugares del continente asiático que incluso ya han cambiado de nombre desde el siglo pasado. Al igual que el gran maestro portugués Manoel de Oliveira, Gomes muestra un extraordinario talento para abordar el cine desde una apertura plural y refrescante.

Uno de los grande sucesos del 77 Festival de Cannes fue la presentación en competencia de Emilia Perez del realizador francés Jacques Audiard (1952), ganador de la Palma de Oro en 2015 por Dheepan. Este año Audiard recibió el Premio del Jurado por esta cinta y sus magníficas actrices, Karla Sofia Gascón, Zoe Saldaña, Selena Gomez y la mexicana Adriana Paz, recibieron en conjunto el Premio de Mejor Actriz, un honor que recae por primera vez en un histrión de nuestro país. Audiard se inspiró en la novela “Ecoute” del editor francés Boris Razon para explorar el tema de la identidad: ¿qué sucedería si un capo del narcotráfico decidiera convertirse en mujer? La premisa de Emilia Perez resulta implausible, pero el guion y la valiente dirección de Audiard, un cineasta al que le gusta explorar siempre universos diferentes, tienen un resultado sorprendentemente efectivo.

La acción sucede en México y el personaje principal, el temible capo Manitas del Monte (Karla Sofia Gascón en un doble personaje trans) contrata a Rita (Zoe Saldaña), una abogada frustrada con el sistema de justicia para ayudarle en el proceso de fingir su muerte y cambiar de sexo, convirtiéndose así en la mujer que siempre ha deseado ser: Emilia Pérez. Rita también le ayuda a establecer cómodamente a su esposa Jessie (Selena Gomez) y a sus dos hijos en Suiza. Luego de vivir varios años encubierta en la máxima secrecía en el extranjero, Emilia decide volver a México y trasladar a su familia sin descubrirles la verdad y haciéndose pasar como una prima de Manitas que es muy amorosa con sus hijos y los recibe en su casa. Gracias también a Rita, Emilia Pérez encuentra la forma de tratar de reparar el daño que le ha hecho a miles de personas al establecer la fundación “La Lucecita¨ que ayuda a buscar a los desaparecidos de las guerras del narco. Finalmente se da la oportunidad de enamorarse de nuevo de Epifanía (Adriana Paz), una mujer víctima de la violencia a la que conoce a través de su trabajo altruista. Audiard toma grandes riesgos al presentar un melodrama musical “mexicano” que fue filmado enteramente en sets en Francia y con actores extranjeros (con la única excepción de Adriana Paz) que seguramente dividirá opiniones, y sin embargo nos hace cuestionar la naturaleza y la necesidad de los cambios para mejorar nuestra sociedad.

Una de las películas más esperadas de la competencia fue sin duda The Seed of the Sacred Fig del cineasta iraní Mohammad Rasoulof (1972) que recibió el Premio Especial del Jurado. Al ser seleccionado este título para la edición 77 del Festival de Cannes, Rasoulof fue sentenciado por la República Islámica a 8 años de prisión, a una multa y a un castigo corporal de latigazos. Esta no es la primera vez que el director ha tenido conflictos con el gobierno iraní, ya que desde 2010 que ha sido perseguido y encarcelado por su obra subversiva que ha triunfado en los mejores festivales del mundo. Afortunadamente pudo huir de su país y encontró asilo antes de llegar a Cannes para presentar su última cinta que se filmó de manera clandestina. The Seed of the Sacred Fig narra la historia de Iman, un juez investigador de la Corte Islámica Revolucionaria de Teherán (Misagh Zare), la misma que sentenció a Rasoulof precisamente, que está a punto de ser promovido en su trabajo.

Su devota esposa Najmeh (Soheila Golestani) lo ve como una bendición, ya que esta nueva posición les permitiría tener una vida mejor al lado de sus dos jóvenes hijas. Uno de los requerimientos, por supuesto, es que la familia del juez tenga una conducta irreprochable, lo que significa utilizar correctamente el hijab y no tener contacto alguno con las redes sociales, lo cual es especialmente difícil de acatar por las dos chicas en un momento histórico en que hay grandes manifestaciones en Teherán por el fallecimiento de la joven Mahsa Amini que rehusó cubrirse la cabeza, cuando se encontraba custodiada por la policía.

Esta tensa situación empeora cuando una amiga de las hijas es golpeada brutalmente por la policía, por lo que las chicas y su madre la ayudan a pesar del riesgo que corren. En medio del caos, desaparece la pistola del juez en su casa y ante el temor de perder su anhelada promoción, el juez manda interrogar a su esposa y a sus hijas siguiendo técnicas policiacas. Todo ello va erosionando la confianza familiar hasta el punto en que el padre se enfrenta a su esposa y a sus hijas en una casa de campo a las afueras de Teherán, quizá en un desenlace excesivo de la historia. Esta alegoría que retrata en un microcosmos familiar la situación política y social de Irán en el que el poder patriarcal y religioso aniquila a las mujeres en su “intento de protegerlas”, es una cinta necesaria para comprender las consecuencias trágicas de la intolerancia.

No cabe duda de que uno de los realizadores más prominentes actualmente de la industria cinematográfica es Yorgos Lanthimos (1973) que luego del éxito fenomenal de Poor Things, ganadora de el León de Oro de Venecia en 2023 y de once nominaciones al Premio Oscar (su musa, la actriz Emma Stone ganó la estatuilla), regresó a Cannes con Kinds of Kindness. Lanthimos apostó por volver a sus raíces, de manera que volvió a trabajar con el guionista de Dogtooth (2009), Efthimis Filippou, película con la que ganó el premio de Un Certain Regard en Cannes, para filmar un tríptico surrealista con un magnífico elenco que se repite en cada episodio: Emma Stone, Willem Dafoe, Joe Alwyn, Hong Chau, Margaret Qualley y Jesse Plemons, éste último ganador del Premio de Mejor Actor en Cannes. Es difícil ver un común denominador en las tres desconcertantes historias, pero podría decirse que en todos los casos vemos al personaje principal teniendo el temor de ser rechazado por una figura a la que le tiene reverencia.

En la primera parte, un sumiso empleado (Jesse Plemons) que está obsesionado con la aprobación de su jefe (Willem Dafoe) trata de tomar control de su vida cuando recibe instrucciones para probar su fe ciega que ponen en peligro la vida de alguien más. En la segunda historia, un oficial de policía (Plemons) sufre por la desaparición de su esposa (Emma Stone), una reconocida oceanógrafa que reaparece muy cambiada después de haber sido encontrada en una isla desierta y entonces surge la duda en el marido sobre si se trata de la misma persona. En la última parte, dos miembros de un culto (Plemons y Stone) buscan a la mujer de una profecía que tiene el poder de resucitar a los muertos. Kinds of Kindness es una valiente exploración sobre el control y el consentimiento en el trabajo, el matrimonio y el mundo espiritual en una apuesta que seguramente generará polémica, pero que confirma el poder de Lanthimos para desafiar siempre las expectativas.

La película rumana Three Kilometers to the End of the World del actor y cineasta rumano Emanuel Parvu (1979) obtuvo la Queer Palm, un premio fundado desde 2010 por el periodista francés Franck Finance-Madureira y concedido de manera independiente. El jurado estuvo presidido por el excelente cineasta belga Lukas Dhont (Girl, Close). Desde hace 20 años, el cine rumano ocupa un lugar muy destacado en el ámbito internacional gracias al trabajo de Cristian Mungiu, Cristi Puiu, y Radu Jude por citar algunos ejemplos. Parvu inició su carrera como actor y en ésta, su tercera película, aborda el tema de la homofobia en un bello pueblo en el Delta del Danubio. Adi (Ciprian Chiujdea) es un adolescente, hijo único, que está pasando las vacaciones de verano en la casa familiar y una noche tiene un encuentro romántico con un turista.

Cuando regresa a su casa vemos que ha sido salvajemente atacado, pero se rehúsa a decirle a sus padres (Bogdan Dumitrache y Laura Vasiliu) en qué condiciones se dio la agresión. Esta situación hace que el padre, un pescador, insista en llevar el caso a la policía, ya que sospecha que el hombre rico del pueblo, Zentov (Richard Bovnoczki) al que le debe dinero, haya golpeado a su hijo como una advertencia para pagarle. Sin embargo, los hijos de Zentov admiten este crimen de odio ya que fueron testigos del encuentro amoroso de Adi y el turista. La policía interviene de la peor manera posible, ya que prefiere que el caso no salga a la luz para no “ensuciar” la imagen del pueblo.

Adi se ve en la obligación de admitir su homosexualidad ante los horrorizados padres, que incluso en un afán de “curarlo” le piden ayuda a un sacerdote para que exorcice a su hijo, con lo cual se desata una histeria colectiva que tiene como desenlace la huida de Adi del pueblo y su separación definitiva de los deleznables padres. Parvu, siguiendo claramente el estilo cinematográfico de Mungiu, nos presenta una historia en la que el tema central no es el trauma de Adi, sino cómo este incidente revela las complejidades sociales y morales en una comunidad homofóbica y corrupta.

La edición 77 del Festival de Cannes no contó con el deslumbrante programa de 2023, pero al menos los premios otorgados fueron muy justos y reflejan como siempre la impresionante diversidad de propuestas que se reúnen anualmente en el festival de cine más prestigiado del mundo.

Daniela Michel Desde 2003 es directora del Festival Internacional de Cine de Morelia, del cual es fundadora. Ha sido jurado de festivales como el de Cannes –en su sección Una Cierta Mirada y en la Semana de la Crítica–, el Venecia, Sundance, Locarno, San Sebastián y Berlín.