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Cine

Amor en línea – Crítica de la película

29-09-2017, 1:16:27 PM Por:
Amor en línea – Crítica de la película

Aunque la película garantiza carcajadas intermitentes, de su conflicto se desprenden clichés muy vistos en torno a mentiras, secretos, enredos y corazones rotos.

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Stéphane Robelin es un director con un marcado interés por explorar cómo se puede vivir dignamente la ancianidad e incluso alegrarla gracias a algunos inesperados chispazos de Cupido. Su segundo filme ¿Y si viviéramos todos juntos? muestra a un grupo de amigos que sobrellevan la vejez al vivir en comunidad mientras lidian con cuestiones pasadas. Aquella cinta de 2011 liderada por Geraldine Chaplin también sumó a sus filas a Jane Fonda y al joven Daniel Brühl, quien servía de contrapunto y para infligir vitalidad al grupo protagonista. Un sexenio más tarde, el cineasta francés nos trae, con la película Amor en línea, otra historia en la que nuevamente el miembro de una generación adentrada en edad conecta con un chico que bien podría ser su nieto, en tanto explora el romanticismo aún necesario en los últimos años de la vida, tema sazonado con el uso de la tecnología.

Pierre Richard, actor cómico de culto famoso por hacer dupla con Gérard Depardieu en La cabra, Dos fugitivos y Los compadres, todas dirigidas por François Perrin, encarna a su homónimo Pierre, un viudo de 75 años —aunque el actor ya tiene 83—, recluido en su hogar y renuente a establecer contacto con el exterior. Su hija contrata al novio de la nieta del gruñón hombre, un joven llamado Alex (Yannis Lespert, hermano del actor y director Jalil Lespert) para que le enseñe a usar la computadora e internet. Ni tardo ni perezoso, como anticipa la sabiduría popular, Pierre usa una foto de su instructor para crear un perfil falso y buscar el amor en sitios de citas. Aunque su iniciativa comienza como una actividad para combatir su soledad, al final concierta un encuentro con una joven (Fanny Valette) y espera que Alex asista, ingenuo ante el hecho de que es el novio de su nieta.

Aunque la película Amor en línea garantiza carcajadas intermitentes, obviamente de su conflicto se desprenden las ya muy revisadas situaciones cargadas de mentiras, secretos, enredos y corazones rotos, pues al teatro que montan estos hombres en algún punto se le debe bajar el telón. Robelin, igualmente autor del guion, ofrece un argumento conservador, de lugares comunes. Vemos el surgimiento de un romance “épico” exprés, el descubrimiento de la mentira que ocasiona la separación de los amantes y el clásico triángulo amoroso que aquí enfrenta una excepción: uno de los Romeos es un anciano. Lo que queda en el aire es si el filme será lo suficientemente osado para que Flora elija a Pierre, si optará por quedarse sola, o si seguirá los convencionalismos de toda la película y preferirá a Alex.

Richard es una delicia en la pantalla, es en quien reside el corazón de la historia filmada en París, Bruselas, Ostende y Colonia, pero también hay algunas incongruencias en su personaje que no son su responsabilidad, sino que se desprenden del fantasioso guion que abusa de la elipsis. Todo aquel que en algún momento haya intentado enseñarle los mecanismos de la red a su abuelito, sabrá que es un proceso paulatino, de dos pasos adelante y cuatro hacia atrás. Sin embargo, Pierre es capaz de dominar el arte del clic, del mundo de las citas online tras unas cuantas lecciones ¡y hasta es capaz de subir una foto él solo! Detalles realistas como éste son soslayados y amplifican que la película Amor en línea sea una comedia bien intencionada que, al igual que el documental Aquí sigo, opta por desmitificar la vejez y revitalizarla, mostrarla como una etapa de inicios y contentamiento, pero no le alcanza para ofrecernos un fondo enriquecedor.

autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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