El planeta de los simios (R)evolución
Una trama que cautiva y sumerge a la audiencia dentro de la historia.
Hay historias que deben ser contadas más de una ocasión. El hijo que se rebela y traiciona al padre, el científico obsesionado con una fórmula y el planeta que perece por culpa de todos los anteriores. Algunos de estos argumentos fueron conjurados por primera vez en 1963 por Pierre Boulle, escritor francés que tuvo a bien imaginar un universo dominado por simios con humanos-esclavos que atienden todos sus caprichos. Sin embargo, ¿cómo fue que inició el reinado de estos primates de inteligencia superdotada?
El director y guionista Rupert Wyatt tomó al toro por los cuernos y se dio a la labor de filmar un guión original que nos explica los primeros años de vida de Caesar, el simio líder que, al más puro estilo del emperador romano Julio César, organiza al primer clan de lo que eventualmente se convertirá en el planeta de los simios. La trama, aunque sencilla y salpicada de clichés, cautiva al espectador y lo sumerge en esta refrescante épica en la que los simios luchan por su libertad y los humanos cuestionan su propia naturaleza. Los cinéfilos encontrarán guiños a la saga setentera que los emocionarán y que además otorgan a esta cinta un justo lugar dentro de la mitología del planeta de los simios.
El filme cierra con broche de oro esta temporada veraniega gracias a su acertadísimo casting—es un deleite ver a Serkis, maestro consumado del motion capture, apropiarse de esta cinta y compartir la pantalla con Franco y Lithgow—así como por su sutil pero continuo despliegue de efectos especiales, dando vida a una franquicia que otorga nuevos bríos al cine de ficción especulativa. Sólo pedimos que las películas venideras se mantengan fieles a este afán por contar una historia clásica de una forma fresca e impactante.
