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Cine

¿Qué pasó ayer? Parte II

26-05-2011, 9:16:30 AM Por:
¿Qué pasó ayer? Parte II

Todo es a mayor escala, pero no es astuta ni divertida como la original.

Cine PREMIERE: 2
Usuarios: 2.5
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La crisis de originalidad mediática está cada vez peor; todo es reboot, secuela, precuela, remake… y aunque hay muchos casos en que las historias dan para más e incluso rompen el viejo dicho de que “segundas partes nunca fueron buenas” sucede con más frecuencia que el adagio sea cierto. Lamentablemente, éste es el caso de ¿Qué pasó ayer? Parte II.

Después de haber disfrutado en demasía la cinta original, la idea de una segunda parte no era de mi agrado, pues la primera película se sintió genuina y original –situación enormemente bienvenida– y el hacer otra, evidentemente le quitaría eso. Y es que, después del éxito rotundo de ésta –pasando los $450 millones de dólares en todo el mundo– el movimiento obvio era hacer una más (y en algún punto se habló hasta de una trilogía).

La historia es un déjà vu: la “manada” se reúne un par de años después, ahora para celebrar la boda de Stu (Ed Helms), que sucederá en Tailandia. Claramente, una noche previa al matrimonio, suceden demasiados eventos que son imposibles de recordar a la mañana siguiente. En esta ocasión no hay un tigre, pero sí un mono; no es Doug (Justin Bartha) el que se pierde, sino el cuñado de 16 años de Stu; no es un diente perdido, es un tatuaje; no es Las Vegas, pero sí Bangkok… y así sucesivamente, sólo que aquí, las situaciones van escalando hasta llegar a puntos extremos.

El decir “más de lo mismo” se queda corto en este filme, tanto que llamarle secuela es extraño pues se siente como un remake en otra locación y con chistes mucho más vulgares y burdos. Y aquí está el punto más negativo de la película, pues la primera sí tenía una comedia gráficamente fuerte, pero lo gracioso de ella siempre fue su genialidad cómica; en esta ocasión esa genialidad se ve cambiada por chistes de verdad grotescos y mucho, mucho más de lo mismo.

Parece que el director Todd Phillips prefirió irse por lo shockeante en esta ocasión, en vez de la astuta y divertida comedia que fue ¿Qué pasó ayer? No hay mucho que decir de las actuaciones, pues permanecen en buen nivel, la dirección es lo que se puede esperar –sólo que con tomas de mucho más presupuesto, aunque irrelevantes a la trama–, la música sigue al pie de la letra la pauta de la primera parte y el guión no es tan gracioso y como ya se dijo, se cuelga de los chistes de la primera parte, pero sí tiene giros originales. Técnicamente está muy bien, las locaciones se sienten muy bien aprovechadas y logran un necesitado cambio en los escenarios. Al final, su problema más grande es que, siendo justos, cuando se le compara con la predecesora, sin duda, sale perdiendo.

Y así, lo que pasa en Bangkok mejor que se quede en Bangkok… preferimos quedarnos con Las Vegas.

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