7:19

Han pasado más de tres décadas desde aquella destructiva mañana
del 19 de septiembre de 1985 que dejó una profunda herida en la historia de
nuestro país. Desde entonces, han sido muy pocas las veces en las que el cine
ha retomado este acontecimiento. Una de ellas llega ahora protagonizada por Héctor
Bonilla y Demián Bichir y bajo la dirección de Jorge Michel Grau (Somos lo que hay).

Se trata de 7:19,
una cinta mexicana que tuvo su estreno mundial en la 19ª edición del Festival
Internacional de cine de Guanajuato (GIFF), y cuya historia nos presenta a dos
personajes que quedan atrapados bajo los escombros de un edificio. La película inicia con un plano secuencia en el que se presentan a todos los
trabajadores de este lugar que, inusualmente, son citados muy temprano ese día
a trabajar. Durante su llegada, es cuando el suelo comienza a moverse
violentamente y en unos pocos segundos, escuchamos al edificio colapsarse.

A partir de la siguiente escena, ya estamos bajo los
escombros. Es gracias a la casi nula iluminación y el aspect ratio utilizado que, desde este punto, se comienza a construir una ambientación de claustrofobia para el espectador. Ahí vemos a Bichir, quien interpreta a un poderoso político que, atrapado por una viga sobre
sus piernas, verá que muy cerca de él, está el velador del edificio (Héctor
Bonilla) quien está entre su escritorio y el suelo. Incapaces de moverse, ambos
personajes tendrán que acompañarse en este dura batalla por sobrevivir. 

La última vez que vimos juntos a estos dos grandes actores
en la pantalla grande fue en la legendaria cinta Rojo amanecer de Jorge Fons. Han pasado muchos años (y muchas
cosas) desde aquella cinta, y todo ello ha provocado que en 7:19, ambos actores entreguen una de sus
más destacadas actuaciones en los últimos años.

Ambos interpretan a dos personajes muy bien definidos en un
guion que en todo momento nos recuerda que estamos viendo a un velador y a un
alto funcionario en las mismas condiciones. Con o sin poder, dinero o
influencias, ambos están atrapados y tienen las mismas posibilidades de sobrevivir.
Es por ello que durante toda la cinta vemos momentos entre ambos en los que
bien pueden discutir y odiarse a muerte, o sentir empatía y cariño por el otro;
hay escenas también en donde ambos explotan y lanzan diálogos mordaces y en
otras en donde, tan sólo con la mirada, lo dicen todo.  

Esto nos lleva también a otros elementos fundamentales en la
cinta que se convierten en un personaje más de la historia: la cámara y el
sonido. Como ya comentamos, el manejo de la cámara y el aspecto que presenta la
imagen ayudan a construir un ambiente claustrofóbico en el que el diseño sonoro
juega un papel determinante. Y es que, a lo largo de todo el filme, sólo vemos
a Bichir y a Bonilla en pantalla, pero hay otros personajes más atrapados en
algún otro lugar del edificio y cuyas voces están presentes todo el tiempo.
Además, nunca dejamos de escuchar al edificio moverse. Esos efectos sonoros de
las paredes quebrándose o de la estructura crujiendo, en una sala de
cine, con el sonido distribuido en distintos canales de audio, te erizan la
piel.

Hay también que reconocer y aplaudir el trabajo que la
producción realizó para construir el lugar en donde 7:19 se lleva a cabo. Como este edificio en ruinas es el lugar en
donde vemos a estos dos personajes durante hora y media, el lugar debía verse
verosímil; tenía que convencer al público de que lo que se estaba contando, y
lo logran. El público experimentará esta sensación de estar ahí, enterrados
junto a ellos.

Como mencionaba al principio, éste suceso dejó una huella
profunda en la historia de México. Y en nuestro país, tristemente hay una larga
lista de eventos que nos han lastimado y marcado como sociedad. El cine no los ha
abordado tanto como debería, pero cuando lo ha hecho, los resultados han sido
muy destacados. 7:19 se une a esta
pequeña lista y ojalá marque un precedente para que estos momentos que nos han
golpeado sean llevados a la pantalla grande. De alguna u otra manera, el cine
siempre ha sido un importante agente de cambio, que toca corazones y que abre
conciencias.

Arturo Magaña Arce Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.