El Padrino Parte II

El dicho popular reza que «segundas partes nunca fueron buenas» y aunque se trata de una premisa que se cumple en muchos casos, existen contadas ocasiones en las que una secuela logra igualar o incluso superar la calidad de la original. Tal es el caso de El Padrino II (The Godfather Part II), una cinta brillantemente construida que complementa a la perfección la mitología de los Corleone.

En su momento algunos consideraban que el filme estaba destinado al fracaso, ¿pues cómo podría alguien igualar la grandeza de una cinta como El Padrino? Sin embargo la dupla conformada por el director Francis Ford Coppola y el escritor Mario Puzo volvería a hacer gala de un enorme talento al llevar a buen puerto este ambicioso proyecto que conjunta en una misma historia el pasado y presente de la familia criminal. Ambos se verían apoyados por una excelsa producción, la eterna música de Nino Rota y un exquisito trabajo de todo el elenco, destacando siempre la labor de Al Pacino y Robert De Niro.

El primero enfrentó uno de los mayores retos histriónicos de toda su carrera al dejar atrás al joven soñador de El Padrino para convertir a Michael en un hombre maduro, solitario y dispuesto a todo por mantener a los suyos en el poder. Esta situación le llevará a enfrentar algunos de los mayores dolores de su existencia –las revelaciones de su exesposa Kay son más hirientes que cualquier arma– y a tomar algunas de las decisiones más difíciles de su vida, recordando siempre que ninguna de ellas fue por motivos personales, sino estrictamente por negocios.

Por su parte Robert DeNiro nos deleita con una actuación de leyenda en el papel de un joven Vito Corleone, un inmigrante obligado a adentrarse en una vida de violencia sólo para garantizar la seguridad de su familia, lo cual le valdría el respeto de su comunidad y un inminente ascenso al poder. Se trata de una interpretación magistral que complementa perfectamente al personaje encarnado por Marlon Brando en el filme original y que ilustra de manera fascinante la ideología de la mafia italiana de la época. Quizá el mejor ejemplo de ello sea el asesinato de Don Fanucci, ejecutado con una enorme frialdad que alcanza sus niveles máximos cuando abandona el cadáver ensangrentado para acudir a los brazos de su familia como si nada hubiera pasado.

¿Es esta secuela mejor que El Padrino? Imposible decidirlo. Lo único que nos queda claro es que se trata de una obra de arte hermosa, violenta, pero sobre todo imperdible por todos aquellos que se consideren amantes del cine. Por su parte los aficionados de los Corleone se encuentran ante una oportunidad única de ver una de las más memorables piezas de la cinematografía mundial en pantalla grande: definitivamente una oferta que nadie debe rechazar.

Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.