Ninfomanía – Segunda parte
Nymphomaniac: Vol. II de Lars von Trier tiene una conclusión poco satisfactoria.
Lars von Trier nunca se ha caracterizado por hacer historias simples. El shock es una de sus mejores herramientas y, al parecer, el autor danés no tiene filtros. Ninfomanía, en sus 2 volúmenes, parece comprobarlo y eso se traslada a la pantalla en maneras tanto positivas como negativas.
Al contrario de Ninfomanía – Primera parte, que va subiendo en todo momento, aquí la historia va en picada –a pesar de que esta entrega cuenta con los encuentros sexuales más recios, como todas las secuencias del profesional sadomasoquista interpretado por un Jaime Bell, que intriga y asusta. Ninfomanía – Segunda parte (Nymphomaniac: Vol. II) inicia fuerte, gracias a los cimientos de las primeras 2 horas, y continúa con la exploración de un personaje complejo, a través de sus diferentes etapas, la más interesante siendo la de madre –no se pierdan el autohomenaje que se hace el realizador.
Charlotte Gainsbourg, quien ahora toma la pantalla tanto en los flashbacks como en el presente, logra conmovernos a través de su interpretación honesta de una mujer que no puede reprimir quien es. Es interesante, desgarrador y un golpe para la audiencia.
Sin embargo, después de eso, la película se cae, pierde ese humor tan ácido que hace sobresalir a la primera parte. Se introduce una trama que se desvía y pierde cordura, el tono de comedia obscura se diluye –pese a la participación de Willem Dafoe, como un kingpin matón. Ahora, sabemos que los terceros actos de Lars von Trier no son recordados por su sanidad, pero siempre van de acuerdo a la línea de lo estipulado en la premisa. Para ser más concretos, se extravía el sentido y la conclusión –tras 4 horas de historia– no se siente satisfactoria.
Casi sobra decir que técnicamente Ninfomanía – Segunda parte lo tiene todo: una fotografía provocadora y profunda. Música perfecta para crear un ambiente específico y, ante todo, actuaciones interesantes y con matices. Pero a eso ya nos tenía acostumbrados el danés. Aun con la simplicidad de sus métodos, el autor logra transmitir mucho. }
Ninfomanía es un reflejo de la obscuridad que vive en la mente de una persona que, desde los inicios de su carrera, ha brillado por ser complicado. Y aunque siempre va a ser interesante ver películas de Lars von Trier, la innovación que lo caracteriza parece faltar aquí.