Rush Pasión y gloria

La Fórmula 1 no es uno de los eventos deportivos que más se exploten en el mundo cinematográfico, si bien existen decenas de documentales sobre ello –siendo Senna uno de los más recientes–, los largometrajes brillan por su ausencia, con contados casos como Gran Prix de John Frankenheimer. Por lo que una película sobre un capítulo de la Fórmula 1 dirigida por Ron Howard (Apollo 13, Una mente brillante, Frost/Nixon) y protagonizada por Chris ‘Thor’ Hemsworth, resultaba ya en el papel emocionante.

¿Cumple entonces Rush Pasión y gloria con las expectativas? La respuesta es un contundente SÍ. La película logra capturar perfectamente los 2 perfiles deportivos que encontramos en cualquier disciplina. Por un lado tenemos al rebelde, aquél que no acata las reglas, sucio, engreído, el niño malo del deporte, que en este caso es James Hunt (Chris Hemsworth). Y por otro lado está el disciplinado que trabaja 4 horas extra, que se queda tarde para perfeccionar su técnica, que no tiene escándalos en la prensa, y ese es Niki Lauda (Daniel Brühl).

Ron Howard logra que sintamos empatía por ambos personajes aunque nunca los glorifica, ni James Hunt es el malo que hace trampa, ni Niki Lauda es toda perfección y bondad. Cada protagonista tiene su momento de héroe y villano, donde al final son sólo humanos que se olvidan del mundo cuando pisan el pedal.

Las películas de autos –ya sea F1, NASCAR u otra– siempre tendrán un valor agregado a comparación de otros dramas deportivos: el aspecto técnico. Mientras una escena de futbol americano, béisbol o box tiene trepidantes secuencias, las carreras aprovechan una cosa que las otras no pueden: el audio, y es que el sonido de un Fórmula 1 no lo supera nada. Es así que tenemos un sonido envolvente y trepidante, tomas que nos adentran al diseño de un bólido, literalmente al casco de los pilotos, y una fotografía que evoca el cine de los 70 con grano y colores reventados.

Para los amantes del automovilismo, la historia de la rivalidad en la pista entre Niki Lauda y James Hunt es conocida, pero para quien no, poco debería preocuparle este asunto, Rush Pasión y gloria aborda este capítulo de una forma sólida que atrapa desde sus primeros minutos. Básicamente desde el segundo acto estamos en la temporada de 1976 de la Fórmula 1, sin duda los meses más decisivos en la vida de Lauda y Hunt.

Como toda biopic, Rush Pasión y gloria toma algunas libertades para exaltar ciertos momentos, principalmente en la supuesta rivalidad de Lauda y Hunt, porque sí, aunque efectivamente fueron rivales en la pista, fuera de ella y durante sus primeros años como profesionales, compartían departamento para solventar los gastos y tenían una normal. Quizá éste sea uno punto negativo a la hora de la veracidad de la cinta, aunque nuevamente, si queremos una fidelidad al 100%, es mejor ver un documental.

Para todo aquel que haya visto una carrera de la Formula 1, podrá darse cuenta que Rush Pasión y gloria recoge perfectamente la adrenalina que hay en la pista con la precisión de cada segundo. Para aquellos que sean ajenos a esta actividad, verán en las actuaciones de Chris Hemsworth y Daniel Brühl una aproximación natural y sobre todo humana, a 2 de los mejores enemigos que haya visto el deporte.

Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.