Spring Breakers Viviendo al límite
Del autor de Kids, vidas perdidas, Harmony Korine, llega un provocativo viaje astutamente filmado y protagonizado por Selena Gomez y Vanesa Hudgens.
La razón por la que probablemente ubiquen al director, Harmony Korine, es por su trabajo como guionista en Kids, vidas perdidas, cinta que impactó a las audiencias en su momento por la cruda demostración que hizo de la juventud descarrilada. Pero así como aquel filme de 1995 dividió a los críticos por su abuso del shock value, Spring Breakers logra explorar lo trágico de la cultura adolescente actual –cayendo en algunos lugares comunes–, pero sin irse al completo extremo como lo hiciera Korine con Kids.
Esta historia de 4 amigas que deciden robar un café para poder pagar sus vacaciones, sin duda es más de lo que parece. Aunque su arte promocional y trailers la hacen parecer una cinta juvenil “divertida”, la realidad es que termina siendo bastante aterradora, pero realista.
Su narrativa es posiblemente lo más interesante: contada casi a manera de dèja vú (se usan diálogos en off de momentos que sucederán y luego se repiten), la película se siente bastante novedosa y original. Por su parte, el complemento perfecto está en el estilo visual, idóneo para adentrarnos en el mundo en el que se embarcan estas cuatro chicas. Su acertado uso de colores neón en conjunto con una propuesta de sonido verdaderamente desesperante hace que estemos ansiosos el 100% de su duración. Pero el verdadero momento de genialidad está en la escena del robo, astutamente dirigida y narrada de una forma que permite que sea un elemento recurrente dentro de la cinta sin sentirse gastado.
Mención especial a las sólidas actuaciones de todo el elenco, resaltando a James Franco, pero sin descartar a las jóvenes actrices: Rachel Korine, Ashley Benson, Vanessa Hudgens y Selena Gomez, que se salen de su zona de confort para probar que son más que parte del Mickey Mouse Club. Que, hablando de ello, el filme cuenta con un momento musicalizado por Britney Spears que confundirá a más de uno. En suma: una grata y muy inesperada sorpresa, al menos para esta espectadora.