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Cine

Yo, Tonya – Crítica

23-02-2018, 3:52:49 PM Por:
Yo, Tonya – Crítica

Margot Robbie logra una de sus mejores actuaciones a la fecha, con Tonya Harding consigue darle una profundidad a un personaje crucificado por los medios en Estados Unidos.

Cine PREMIERE: 3.5
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Uno de los escándalos deportivos norteamericanos más mediáticos de finales de los 90, fue el drama entre las patinadoras Tonya Harding y Nancy Kerrigan. La historia (supuestamente) real, es ahora es llevada a la pantalla grande a través de la versión de la vencida: Harding.

Margot Robbie produjo y alzó este proyecto que, a pesar de tener una distribuidora nueva (Neon, cuya primera película fue Ingrid Goes West con Aubrey Plaza), logró obtener tres nominaciones al Oscar: Margot Robbie a Mejor actriz, Allison Janney a Mejor actriz de reparto, y Mejor edición.

La cinta nos presenta la versión de los hechos desde la perspectiva de los personajes más folclóricos del escándalo. Es así que tenemos no sólo a la propia Harding –interpretada por una Margot Robbie agresiva, de carácter fuerte pero vulnerable cuando se trata de patinaje–, sino a su su madre, LaVona Golden (Allison Janney), una mujer amargada que busca en su hija la perfección. Esta presión por la perfección, sin embargo, no es presentada bajo el tono de un filme como Cisne negro. Más bien estamos ante una madre que ve en su pequeña hija aquello que tanto odia: un rencor escondido que sólo ella conoce.

Mientras en otra de las películas mencionadas en esta temporada de premios, Lady Bird, tenemos una conflictiva pero honesta relación madre e hija, en Yo, Tonya lo que vemos es uno de los lados más oscuros de aquellas relaciones. Esto no sería posible sin el duelo de actuaciones que entregan sus protagonistas.

La trama nos va presentando el “plan maestro” de las personas alrededor de Harding. Nuevamente –como hemos visto en producciones como La gran apuesta (2015) o War Dogs (2016)– estamos ante una aproximación cómica, es decir, a partir de lo real vemos lo absurdo. Sin duda alguna las interpretaciones están a la altura de lo que podríamos esperar ante tal evento.

Una de las cosas que destaca a Yo, Tonya sobre las otras cintas basadas en hechos reales con toques de comedia, es su nivel edición. La cinta es rápida y cada corte nos recuerda al cine de Paul Thomas Anderson (específicamente Boogie Nights) o Martin Scorsese en Buenos muchachos. En aquellas, la esquizofrenia provocada por las drogas es reflejada en el lenguaje audiovisual, mientras que en Yo, Tonya lo que se representa a través de las edición es el carácter explosivo de todos y cada uno de sus protagonistas.

Sin embargo, es en el nudo del segundo acto donde la película se inclina hacia el lado del melodrama. Aquí su director, Craig Gillespie, aborda el lado más vulnerable de Harding y Robbie logra darle una dimensionalidad con la que los espectadores podemos empatizar.

El apoyo que da el soundtrack a muchas de las escenas es fundamental y nos lleva a través de este viaje de nostalgia que además sirve como rutina de patinaje para la misma Tonya Harding.

Muchos patinadores profesionales se han lanzado en contra de la película al ser un objeto que enaltece a Harding (la villana del cuento para todos los atletas), pero no debemos olvidar que, al final, fue uno de los eventos mediáticos más comentados en Estados Unidos antes de la llegada de internet. En aquel entonces se crucificó a Harding frente a nuestros ojos, mientras ella lo único que deseaba era patinar y ser la mejor.

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autor Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
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