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Cine

Wicked – Crítica de la película

20-11-2024, 9:48:54 AM Por:
Wicked – Crítica de la película

El director Jon M. Chu entrega una correcta adaptación del aclamado musical de teatro que resulta espectacular… cuando permite a sus estrellas brillar sobre su errático apartado visual.

Cine PREMIERE: 3.5
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Adaptar un musical del escenario a la pantalla trae consigo una amplia gama de retos. Además de traducir el lenguaje teatral al cinematográfico, el caso particular de la película Wicked se enfrenta a la extensa duración del material original, además de una reputación y una base de seguidores que son, en potencia, un arma de doble filo: alejarse tan sólo un poco de lo establecido, incluso en nombre de la originalidad o la innovación, puede ser un riesgo comercial ante las expectativas de la tan volátil figura del fan.

Para su esperadísima adaptación de la aclamada obra musicalizada por Stephen Schwartz y escrita por Winnie Holzman, el director Jon M. Chu (Locamente millonarios) y la guionista Dana Fox (Cruella) cuentan como ventaja las espectaculares y emotivas composiciones musicales de Schwartz. Y además, parten de un material con una limpia división dramática en dos actos, ideal para evitar los desequilibrios típicos de las adaptaciones en varias entregas.

Los cimientos, de origen, ya son interesantes: en la novela revisionista Wicked: Memorias de una bruja mala, escrita a la vez como homenaje y crítica a El maravilloso mago de Oz (1900) de L. Frank Baum, el autor Gregory Maguire desmonta los particulares conceptos de bien y mal presentados en el clásico relato infantil. Para los no familiarizados, la novela, el musical y ahora película reinventan a la villana de Oz, la Bruja Malvada del Oeste, como una mujer cuyas circunstancias la convierten en una figura trágica, y cuya complejidad trasciende tales simplificaciones polarizadas.

Es decir que la versión cinematográfica posee, de facto, suficientes argumentos para ser, al menos, una adaptación correcta. Para la película Wicked, Chu y compañía tenían que triunfar en dos puntos clave: el casting para la pantalla, y la ejecución audiovisual de la producción. En términos generales, sobra decirlo, en el primero cumplen la tarea con creces.

Película Wicked, dónde ver y crítica

Cynthia Erivo (Harriet) protagoniza como Elphaba, una mujer que nace con la trágica combinación de vibrante piel verde y temibles poderes mágicos desatados por sus emociones, motivos para una infancia de negligencia paterna y discriminación. El destino la lleva a coincidir en la Universidad de Shiz con la popular, vanidosa y elitista Galinda (Ariana Grande, No miren arriba). Su enemistad inicial se convierte en una amistad, condenada por sus eventuales destinos: convertirse, respectivamente, en la “Bruja Malvada del Oeste” y “Glinda la buena”, fuerzas oponentes en la tierra de Oz.

Lo dicho, es una adaptación correcta. Salvo muy ligeras modificaciones y pequeñas adiciones, todo lo que ha definido y popularizado al musical de Broadway está aquí. En lo narrativo, no habrá sorpresas para quienes conozcan el relato –y sus fenomenales piezas musicales– al derecho y al revés.

Lo cual no es un demérito en sí mismo, dado que la obra ni está en perpetuo tour mundial, ni es tan amable con el bolsillo para quienes deseen verla. La existencia de una versión en película de Wicked es, en papel, sinónimo de una versión más accesible de la misma historia grandiosa y emotiva para todo el mundo. El punto es: ¿qué tan bien lograda resulta la traducción del escenario a la pantalla?

El diseño de producción es lo que podría esperarse si pensamos que, como casi cualquier otra adaptación, secuela o spin-off de El mago de Oz, ésta también le debe demasiado de su identidad visual al clásico de 1939 con Judy Garland. Salvo minucias de vestuario y maquillaje pensadas para lucir más en primer plano (o exaltar a los artistas que adornan), nada se sale de la norma: ni los atuendos de Elphaba, ni de Glinda, ni los uniformes de Shiz. Los decorados –prácticos o digitales– son variaciones de cánones establecidos en tantas otras versiones (¿qué más se le puede hacer a la Ciudad Esmeralda?). De nuevo, en principio, esto no es algo negativo, pues tampoco hay que arreglar lo que no está roto. Pero dejemos la ejecución para dentro de un par de párrafos.

Película Wicked, dónde ver y crítica

La dirección de Chu es, por lo general, efectiva y (una vez más) correcta. La expresividad grandilocuente del teatro cede el paso a voces en suspiro o expresiones de rostro sutiles, capturadas por las posiciones de cámara adecuadas: planos largos para la acción, más cercanos para la emoción, y demás. Es aquí donde las estrellas de la película Wicked brillan y logran añadir matices expresivos que ni Idina Menzel, ni Kristin Chenoweth ni las demás actrices del teatro han tenido oportunidad de aportar en un escenario, porque es imposible.

Haciendo a un lado los considerables e incontestables talentos vocales de su elenco, Chu logra aprovechar a sus artistas no sólo en la música, sino en la imagen, tanto en momentos de grandiosidad visual como de quietud. Ariana Grande se mueve con gracia en escenas que alternan dinámicas tomas cenitales y montajes dancísticos en vistosos pasillos. Mientras tanto, y aún más formidable si es posible, Cynthia Erivo llena la pantalla con sutil pero palpable melancolía en el rostro durante las escenas más dolorosas (algunos diálogos incidentales también aluden al casting de una actriz negra como un personaje definido por su color y en proceso de descubrir su poder, pero al menos esta primera parte no lleva esta idea más lejos que la obra).

El gran tropiezo de la película Wicked, uno que debería ser imperdonable dado el material de origen, es que a veces puede ser francamente… fea a la vista. Y es una pena decirlo, dado el notable esfuerzo para construir decorados reales. Sin embargo, un gran problema que arrastra el cine digital desde hace tiempo (esta película se filmó con una Arri Alexa 65), es que la corrección de color puede dar como resultado imágenes vibrantes y espectaculares si sale bien, o turbias y grisáceas “a la Marvel” si sale mal. En algunas de las secuencias con luces exteriores, el hecho parece haber sido enmascarado con una fea iluminación difusa y saturada. El gran número musical de Fiyero (Jonathan Bailey) es un ejemplo particularmente incómodo de lo anterior, pero no el único.

Película Wicked, dónde ver y crítica

Lo anterior es quizá la mayor ofensa visual de una indulgencia por hacer cinematográfico lo teatral que, sin embargo, también tiene otra desafortunada instancia: los efectos especiales digitales. Hay elementos que logran ser creíbles, como los animales parlantes. Pero resulta triste que, en el poderoso clímax musical de este primer acto (no es en realidad un spoiler, es la secuencia acompañada por el tema insignia de la obra teatral), la enorme interpretación de Cynthia Erivo sea opacada por cuestionables decisiones creativas que redundan en una desfavorable ejecución digital. A Hollywood le urge aprender que, a veces, menos es más, a riesgo de lucir como un pobre spin-off de Harry Potter para streaming.

Esta primera parte de Wicked es, en resumen, una satisfactoria adaptación cinematográfica, espectacular para los neófitos si se ignoran sus peores excesos visuales, y sin sorpresas para los conocedores fuera de la grandiosidad interpretativa de Erivo, Grande, Bailey y compañía para ejecutar lo ya establecido. El arco dramático de Elphaba, de la marginación al empoderamiento, la coloca en el predeterminado (y espinoso) camino del ostracismo, radicalización y tragedia. Habrá que ver si, para la conclusión en 2025, Chu y equipo han corrido algún riesgo en lo narrativo y discursivo, además de pulir el apartado visual. Por lo mientras, tómese como un trabajo en progreso. 

autor Este no es el droide que estás buscando. Crítico y periodista de cine, actual editor en jefe de Filmelier en México y Brasil. También edita el blog de Film Club Café.
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