Paranoia angelina: El misterio de Silver Lake
En el nuevo filme de David Robert Mitchell (Está detrás de ti) la paranoia y las teorías de conspiración están a la orden del día.
Al comienzo de la conferencia de prensa oficial de El misterio de Silver Lake en el Festival de Cannes en 2018, se le preguntó al escritor y director David Robert Mitchell sobre el génesis de su historia. «Mi esposa y yo estábamos mirando las casas en las colinas sobre nosotros y nos preguntábamos qué pasaría realmente allí», dijo. «Comenzó con esa conversación. En ese momento estaba bebiendo una cantidad intensa de café y el relato me vino de repente como una especie de sueño febril. Lo escribí muy rápido. Mi idea era hacer mi propia versión de una historia noir o de misterio en Los Ángeles. Fue eso, mezclado con la idea de lo que podría realmente estar sucediendo por allá».
¿Tuvo éxito? La película desató una polémica curiosa cuando se estrenó en Cannes. El filme provocó críticas extremas tanto positivas como negativas. El pasado filme de Mitchell, la cinta de suspenso de 2015 Está detrás de ti (considerada por Rotten Tomatoes como la mejor película de terror de Estados Unidos en casi tres décadas) es más accesible. Aquella acaparó 41 nominaciones en los certámenes de cine y 25 victorias en festivales, incluido el Premio Deauville Critics. De la misma forma, su primer largometraje, The Myth of the American Sleepover, fue más fácil de definir que su nueva cinta.
En contraste, El misterio de Silver Lake es un filme extenso, desordenado y definitivamente muy difícil de definir. La crítica se ha mostrado indecisa. ¿Es Lynchiana o Hitchcockiana? ¿Serpenteante o convincente? ¿Se parece a David Foster Wallace o a Raymond Chandler? Mitchell fue citado recientemente en Vulture de la siguiente manera: “La película es un misterio y hay misterios dentro de ese misterio, de hecho algunos de los personajes podrían ser considerados misterios en sí mismos. ¿Yo explicaré alguno de ellos? No”. Pero no hay que desanimarnos, pues El misterio de Silver Lake sí se ha hecho de fanáticos e incluso ha alcanzado (quizás debido a la controversia) un estatus de culto en algunos mercados. Al respecto, el crítico del Los Angeles Times, Owen Gleiberman, escribió que la película está «llena de secuencias hipnóticas y fascinantes».
El personaje de Andrew Garfield, Sam, es un perdedor misógino que no tiene trabajo, le acaban de confiscar su auto, está cerca del desalojo y (seamos sinceros) no es el tipo más amable. Todo esto, sin embargo, fue parte de lo que atrajo al actor –quien acababa de interpretar a un sacerdote jesuita en Silencio y a un objetor de conciencia en Hasta el último hombre– al papel. Sam, un tipo propenso a las teorías de conspiración y a encontrar patrones improbables acerca de la vida que lo rodea, rápidamente se obsesiona con el misterio de lo que le sucedió a su nueva vecina Sarah (Riley Keough) y a todas sus pertenencias.
Su desaparición no es notable de ninguna manera, pero cuando Sam encuentra una revista en su apartamento llamada Under the Silver Lake que aborda el submundo de Hollywood y luego descubre un símbolo enigmático en la pared de su habitación, su imaginación despierta y en ella surge un caleidoscopio de posibilidades y de presentimientos. Como espectador, uno tiene que prepararse para el viaje y disfrutar de una especie de crítica irónica a la obsesión paranoica en la sociedad moderna. Si hay una moraleja en esta historia, ésta podría ser que no todo tiene que encajar de forma ordenada y definida, ni siquiera en un argumento cinematográfico.
Vera Anderson Es escritora, fotógrafa, cineasta y vive en Hollywood con su esposo y su traviesa cachorrita Airedale. Promete estar más activa en Twitter y espera que el guión que escribió con su hermano se convierta en película.
