Tren bala – Crítica de la película y dónde ver
El viaje adolece constantemente de varios males, pero es el elenco quien conduce el Tren Bala sano y salvo a su destino.
El tren de alta velocidad está considerado como el medio de transporte más seguro del mundo. A pesar de la impresionante velocidad con la que avanza, el pasajero puede cómodamente reposar en su interior sin ninguna clase de agitación o turbulencia. La película Tren bala del director David Leitch podría ser una elaborada analogía de aquello. A pesar de su relato trepidante, excesivo y repleto de personalidades, el espectador bien puede no enterarse de nada y en su lugar recargar la cabeza en el cristal para cerrar los ojos y descansar.
En ocasiones el cine bebe de otras muchas influencias. Se puede notar la mano de algún mítico director, el estilo visual de alguna escuela de cine, o los caminos de un género bien establecido. Por lo general estos elementos permiten que el autor en turno construya algo propio al reinventarlos. Pero la verdadera tragedia es cuando se tiene todo aquello a la mano y el resultado es sólo un confuso collage de figuras conocidas. La película Tren bala adolece de aquel mal. Habrá quienes reconozcan en sus dos horas de duración el estilo de Quentin Tarantino; o las secuencias de pelea del cine de Jackie Chan. Sin embargo, todo aquello está presente sin un propósito novedoso más que el de repetir fórmulas.
Definir el argumento de la película es complicado cuando difícilmente existe uno. Su historia parece que se construye sobre la marcha y, cuando no existen las explicaciones suficientes, se usa a la comedia como muletilla. En ésta Brad Pitt interpreta a un sicario de nombre clave Catarina (Ladybug). Él tiene la misión de robar un maletín lleno de dinero que se encuentra en un tren que va de Tokyo a Kyoto.
A bordo también están «Los Gemelos» Mandarina y Limón (Aaron Taylor Johnson y Brian Tyree Henry), quienes deben llevar al hijo de un peligroso jefe de la mafia de vuelta a casa, junto con el mencionado maletín. Además, otras figuras prominentes hacen aparición: el jefe de un cartel mexicano en busca de venganza (Benito Martínez Ocasio, «Bad Bunny»); una sociópata disfrazada de colegiala (Joey King); un padre que busca a la persona responsable de accidentar a su hijo (Andrew Koji); y otros muchos jugadores y cameos innecesarios.
Para contar las historias de cada uno se hace uso del flashback aderezado con comedia y letreros en neón que dejan en claro el nombre de cada uno. Un recurso que lastimosamente recuerda a la Suicide Squad (2016) de David Ayer. Razón de que el guion escrito por Zak Olkewicz, adaptado a partir de la novela de Kotaro Isaka, exhiba continuamente la falta de técnicas narrativas más audaces. Dicho ir y venir entre el pasado y el presente; el rompimiento constante de la cuarta pared; las escenas de charlas largas y absurdas a la Tarantino; o las explicaciones excesivas de puntos importantes de la trama en voz de los propios personajes, resultan cada vez más cansinos conforme el tren avanza.
Tren bala continuamente pide al espectador que no se tome en serio lo que tiene frente a la pantalla. Sin embargo, carece de la elegancia de autores como Tarantino y de la astucia de sus guiones para, a través de nimiedades, desarrollar a sus personajes, o enriquecer la historia. En su lugar, el absurdo es uno que realmente daña la experiencia de ver la película. Se percibe más como un fanático del mencionado director que quisiese hacer algo similar a través de alguna plataforma como TikTok.
A falta de una buena jugada sobre la mesa, la comedia pretende ser aquella botana que permita que el interés sea constante. Pero la realidad es que la sobremesa es agradable gracias a su elenco. Mientras el tren viaja a un ritmo poco agraciado, es el carisma de todos los actores lo que sostiene todo el espectáculo. Quizá lo más interesante de este filme sea aquel reparto coral que busca la interacción de cada uno de sus actores en situaciones que van desde lo emocionante, hasta lo absurdo.
En ese sentido, Tren bala es ese tipo de película que carece de un interés profundo por la historia o sus personajes, pero que recompensa con creces en sus secuencias de acción. Cuenta con la particularidad de contar con un director que por muchos años fue coordinador para escenas de riesgo. Razón de que entienda con imágenes los movimientos físicos y la violencia. Aunque aquí no hay un llamativo planosecuencia, como lo había en Atómica (2017), sí hay una variedad de peleas que se distinguen entre sí. Desde peleas cuerpo a cuerpo capturadas en planos abiertos; o combates con los brazos contenidos tan sólo en las butacas de un tren; e incluso grandes explosiones o enfrentamientos con espadas.
Leitch se las ingenia para buscar espectacularidad a cada momento, a pesar de que los espacios que ofrecen las cabinas del tren sean tan reducidas. Y para que todo resulte entretenido la labor de los histriones es esencial. Aún cuando Brad Pitt se percibe como el protagónico, son especialmente el dúo conformado por Aaron Taylor Johnson y Brian Tyree Henry los que se roban la película. Mención honorífica a la participación del cantante puertorriqueño Bad Bunny, quien probablemente protagonice la mejor secuencia de flashbacks sin diálogos y con un buen desarrollo de personaje.
A final de cuentas Tren bala se distingue por su gran cúmulo de oportunidades perdidas. Toma el carril equivocado hacia el camino de lo convencional y tiene un tipo de comedia que con facilidad se ganará al espectador menos exigente. Su irreverencia en ciertas ocasiones se siente como excesiva y por ende cansina. El ritmo adolece constantemente, pero es el elenco quien conduce el tren con firmeza para que al final el público pueda llegar sano y salvo a su destino.
¿Dónde ver Tren Bala?
Tren Bala llega a HBO Max el 2 de diciembre de 2022.