Tini: El gran cambio de Violetta

La película basada en la serie de Disney, Violetta, cuenta una agradable y muy alentadora historia que conoce bien a su público.
No lo podemos negar: Disney es el rey entre los teens. Canciones, bailes, adolescentes enamorados y un argumento que impulsa el creer en uno mismo, es lo que vemos en casi todas sus series y películas dirigidas al público juvenil. Desde High School Musical, hasta Camp Rock. Y como era de esperarse, Tini: El gran cambio de Violetta no es la excepción.
La cinta dirigida por Juan Pablo Buscarini (El inventor de juegos) logra ser distinta por dos razones: el idioma –buenos talentos en español que demuestran que hay mucho más allá de Zac Efron y Demi Lovato– y las maravillosas locaciones, pues buena parte fue filmada en Sicilia, Italia.
Tini: El gran cambio de Violetta es la culminación de la famosa serie argentina de Disney Channel Violetta, protagonizada por Martina Stoessel. Regresando de un largo y agotador viaje, Violetta se enfrenta a la falta de inspiración para escribir música y al rumor de que su novio León (Jorge Blanco), quien se encuentra grabando un disco y videoclips en Los Ángeles, ya tiene otra pareja. Desilusionada, Violetta se retira de la música y viaja a una paradisiaca isla en el Mediterráneo donde hay una escuela para jóvenes prometedores en distintas disciplinas. Ahí, acompañada de nuevos amigos, una experimentada guía y un encantador chico italiano (Adrián Salzedo), Violetta se descubre a sí misma.
La película cumple su función y encantará a los fanáticos tanto de la serie, como de Martina, a quien vemos madurar y pasar de su personaje adolescente a una artista mucho más completa. Para quienes no son fans –incluso para aquellos que no sabían de la existencia de Violetta- la cinta es amena pues encontrarán excelentes coreografías, voces agradables al oído y varios elementos estéticos, desde la belleza de la isla hasta la cuidadosa selección del vestuario de Martina.
Sin duda, Violetta es el mayor fenómeno latino de Disney y es agradable ver a jóvenes dando mensajes positivos a las audiencias. Aunque la cinta está llena de frases comunes y clichés, como el galán a caballo y el amigo raro, lo cierto es que consigue emocionar –a varios les sorprenderá el tener “ojito Remi”– y nos deja una sensación agradable al salir del cine. Y a veces se necesita que una película haga únicamente eso, ¿o no?
