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Cine

Suspiria – Crítica

11-01-2019, 12:09:36 PM Por:
Suspiria – Crítica

El trabajo de Luca Guadagnino al frente de Suspiria no debe verse como un remake, sino como un filme que busca sostenerse fuera de la sombra de Dario Argento.

Cine PREMIERE: 4.5
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La realización de un remake siempre será una labor desafiante, pues además de enfrentar los retos propios de cualquier película, la producción debe decidir su nivel de apego a la obra original. La situación era aún más compleja para la nueva versión de Suspiria, ya que el filme de Dario Argento no es sólo un clásico, sino todo un referente del giallo. Bajo esta premisa, no sorprende que las audiencias temblaran ante la elección de Luca Guadagnino al frente del proyecto, ya que nunca había mostrado ningún interés en replicar las características del sangriento subgénero.

Tal y como se esperaba, el director de Llámame por tu nombre no enfrenta la misión con una simple imitación de la fórmula vista en 1977. En su lugar, toma las bases de la historia –una joven recién ingresada en una academia de danza dominada por un aquelarre– y las adapta según sus necesidades para ofrecer una exploración más profunda a nivel narrativo y simbólico.

Las alteraciones más evidentes incluyen los renovados orígenes de Susie Bannion, personaje central que ha sido convertida en estadounidense, amish y dueña de un pasado que detonará su partida a Alemania. También está la exploración más profunda de la posguerra, que permite una mayor crítica sociopolítica a través de la escuela y la figura del psiquiatra, aquí rebautizado Josef Klemperer y dotado de una dolorosa experiencia durante el conflicto bélico. Guadagnino manifiesta su interés en este personaje desde los minutos iniciales, pues aprovecha su consulta con Patricia –una chica aterrada por el secreto tras la institución– para iniciar su relato, olvidándose así de la emblemática noche lluviosa que abriera las acciones del filme original.

Dakota Johnson Suspiria

A esto sumemos las modificaciones estéticas con las que el realizador se separa casi completamente de la original. Esto no significa que la cinta carezca de brutalidad, sino que recurre a métodos menos explícitos para alcanzarla. El mejor ejemplo es la secuencia de la estudiante condenada tras desafiar a las brujas y sacrificada a través de una danza macabra que le da una muerte lenta, tortuosa, pero elegante y visualmente hermosa.

Más sutiles, pero no menos importantes son las adiciones simbólicas, con las que Guadagnino busca dotar al filme de su propia esencia. Para lograrlo, se apoya de lleno en el mito de las brujas para abordar temas como el feminismo, la maternidad, el poder y la compasión. El resultado es una Susie que, a diferencia de la encarnada por Jessica Harper, nunca luce como víctima, sino como una mujer ansiosa por escapar de las cadenas que alguna vez le aquejaron para forjar su propio camino. No menos destacado es el caso de Madame Blanc, que parte como antagonista hasta que deja atrás los estereotipos y termina emulando a una segunda madre, no sólo para el personaje central, sino para todo el aquelarre que requiere de su liderazgo –sus acciones en beneficio de la academia son reiteradas en numerosas ocasiones–, aun cuando sus integrantes se nieguen a aceptarlo conscientes de que esto representaría ceder el poder. Finalmente, el ya mencionado psiquiatra termina convirtiéndose en la auténtica víctima de la historia, cuya vida y redención depende completamente del género femenino. Este rompimiento con viejas fórmulas machistas –o misóginas– se evidencia aún más con la ironía de que el único personaje masculino en toda la historia sea interpretado por una mujer.

Tilda Swinton Suspiria psiquiatra

Las actuaciones de Dakota Johnson y Tilda Swinton son fundamentales para lograr estos resultados. La primera se olvida de cualquier controversia alrededor de su casting para ofrecer un trabajo redondo físico y emocional, así como una gran seguridad que se manifiesta hasta en las secuencias más desafiantes. La segunda reitera su posición entre las actrices más talentosas y polifacéticas de la actualidad, con una triple interpretación que merece ser ubicada entre las más memorables de su carrera: una refleja su fuerza con su mirada y presencia física; otra se caracteriza por la carga emocional alcanzada aún por encima de numerosas capas de maquillaje; la tercera es una auténtica encarnación del mal que bien podría tener cabida en las peores pesadillas del propio Argento. Incomprensible el ninguneo de la actriz en la presente temporada de premios.

Ambas interpretaciones se ven beneficiadas por un memorable diseño de vestuario que imita la sangre y los ritos paganos, pero también el puritanismo de siglos pasados.

Tilda Swinton Suspiria

Los cambios anteriormente mencionados no significan que el realizador se olvide completamente del material original, ni el género al que pertenece. Prueba de ello es el cameo de Jessica Harper quien protagonizara la primera cinta o la manera en que el cineasta reserva algunos elementos visuales del giallo para el tercer acto, lo que le permite disparar los horrores en el momento climático. La única omisión absoluta radica en el plano sonoro, ya que el creativo nunca emplea sonidos o temas discordantes y recurre a una banda sonora que no siempre corresponde con lo que vemos en pantalla, lo que reduce el impacto de algunas de las secuencias más memorables.

Aunque controvertidas y posiblemente insatisfactorias para quienes esperaban una réplica lo más exacta posible, todas estas alteraciones resultan fundamentales para los objetivos de Guadagnino y muy oportunas para la era contemporánea. Más allá de las etiquetas, es evidente que el cineasta nunca quiso hacer un remake y el verla como tal sólo evitará su disfrute. En su lugar, se trata de una reinvención, que si bien respeta la premisa, tiene vida propia fuera de la sombra de Argento. El creativo cumplió con su cometido, al grado que su Suspiria bien merece un lugar entre los grandes –y no menos incomprendidos– exponentes del terror contemporáneo como La bruja (The Witch) y El legado del diablo (Hereditary).

autor Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.
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