She-Hulk y su inesperado homenaje a Pixar – Crítica del Episodio 5
Esta semana She-Hulk reflexiona sobre los derechos de autor, la indumentaria de los superhéroes y hace un inesperado homenaje a uno de los personajes más queridos de Pixar.
She-Hulk llega a su episodio número 5 con un tono ya establecido y sus intenciones de sólo querer hacer reír a su audiencia para nada ocultas. Si bien los fans del MCU están acostumbrados a establecer conexiones y encontrar en cada producto la pieza de un rompecabezas mucho más grande, esta serie protagonizada por Tatiana Maslany, al parecer, busca escapar de dicho molde.
En este episodio nos introducimos de nuevo en procesos y dramas legales. Decir drama es exagerado porque el show se aboca por completo a la comedia. Desde su estructura narrativa simplista en donde un gag muy evidente da paso a la introducción de otra secuencia igual de absurda. O incluso en ese diseño de producción modesto que contradice el supuesto presupuesto de esta producción.
Sin embargo, de todo aquello ya hablamos en críticas anteriores. She-Hulk sobre todo traza su plan en enfocarse en aquellas cosas un poco más aterrizadas y comunes que el mundo de los superhéroes parece obviar o simplemente dejar de lado. Ya se habló del peso de la identidad, la situación sexual y romántica de los superhéroes, e incluso cuestionó de dónde provienen sus ingresos y soporte de vida.
El episodio 5 de She-Hulk ahora analiza la identificación mediante un nombre y los asuntos legales que pueden existir detrás de él. Dentro de este universo el nombre de un superhéroe es algo que el público decide. Pero el poder mediático sin duda también lo convierte en una marca. ¿Qué pasaría si un superhéroe olvida registrar su nombre y alguien más decide aprovecharse?
Jennifer Walters tendrá la mala fortuna de contestar a tal interrogante. La influencer de redes sociales y YouTube -y también persona con superpoderes-, Titania (Jameela Jamil), ha registrado el nombre de She-Hulk. Lo utiliza para nada menos que una marca de cosméticos y productos para el cuidado de belleza. Probablemente nuestra protagonista no tendría problemas con ello, de no ser porque la creadora de contenido le ha puesto una demanda por los derechos de autor.
A partir de allí la serie explora los procesos que existen detrás del nombre de una persona, registrado como marca. Cuando Walters menciona que Doctor Strange o Thor no tuvieron que registrar su nombre, su abogada le hace ver que ellos usan sus nombres reales. El episodio pone sobre la mesa reflexiones interesantes, tales como, ¿qué tan divertido es perder la libertad de la identidad cuando el público te ha convertido en un elemento de propaganda? ¿Es justo para Jennifer o para cualquiera?
Nuestra querida She-Hulk tendrá que pisar la corte, pero no como defensora, sino como contrademandante. La resolución de todo el conflicto es una de las cosas más divertidas de la serie. Una que demuestra que los guionistas están tan dispuestos a burlarse de todo tipo de personas y grupos sociales, así como de su propia heroína. Un golpe bajo para el autoestima de la protagonista.
Desde luego la serie no pierde oportunidad de meter aquí y allá algún chiste o burla hacia ciertos grupos. Por un lado condena la cultura del influencer, bajo argumento de que son un grupo que aprovecha las creaciones de otros para erguir a partir de aquello una popularidad sin ninguna clase de esfuerzo evidente. Igual inserta un chiste muy gracioso sobre aquellas personas (sobre todo masculinas) que son coleccionistas enfermizos de objetos como sneakers. O también condena el mundo de la moda en donde la apariencia de la ropa otorga algún valor. El clásico «como te ven te tratan».
Justamente en la cuestión de la ropa es en donde el episodio 5 de She-Hulk hace un inesperado homenaje a uno de los personajes más célebres de Pixar. Nikki (Ginger Gonzaga) concerta una cita para su jefa con un diseñador de moda especializado en superhéroes. Tal personaje es un eco de otra famosa película de Disney y Pixar. No diremos su nombre, pero probablemente ya lo adivinaron sin nuestra ayuda.
Aquí el programa creado por Jessica Gao indaga en otra cuestión que pocos se había preguntado en el MCU: ¿Quién confecciona la ropa de los superhéroes? Además utiliza la lógica cuando sugiere que tal indumentaria debe ser adecuada a las habilidades de su portador. En este caso Jennifer necesita ropa que pueda expandirse y contraerse sin dificultad. Y desde luego dicho uniforme debe tener también una marca registrada y un creador.
Es en esta narrativa en donde la serie aprovecha para introducir, justo al final, el primer vistazo de un personaje que todo el mundo está esperando. Un movimiento inteligente que consigue amarrar a un público que regresará gustoso la próxima semana.
Aunque a decir verdad, no existe la necesidad de mostrar a otros personajes o insertar referencias para que la audiencia se quede gustosa a la función. Aquellos espectadores menos cínicos seguro ya encontraron en She-Hulk esa sitcom refrescante que coquetea con el mundo de los superhéroes. Un show que se sostiene por sí mismo, sin necesidad de ningún universo. Le basta solo la creatividad de sus guionistas, sus atinados (y graciosos) comentarios sociales y la actuación tan atractiva de Tatiana Maslany.
Los nuevos episodios de She-Hulk: Defensora de Héroes llegan todos los jueves.