Sé natural: La vida de Alice Guy-Blaché – Crítica del documental
Si bien queda a deber en ciertos aspectos, esta película sigue siendo un proyecto sumamente enriquecedor y de ritmo trepidante; uno que escarba las profundidades de la historia, motivado por la necesidad de homenajear y reivindicar el rol de una directora, guionista, productora y empresaria enfrentada injustamente al olvido.
La lucha continúa. A la fecha, las mujeres siguen reclamando los espacios que por largo tiempo les han sido negados dentro de la industria fílmica, por no mencionar otra infinidad de sectores. Es una revolución que poco a poco ha ido cosechando triunfos pero en definitiva aún queda muchísimo camino por recorrer. Dentro de este contexto, se antoja más que pertinente explorar el papel de la mujer en los anales del séptimo arte: un recorrido a través de los años donde lamentablemente han prevalecido situaciones de injusticia y descarada omisión. Esto se ejemplifica en un minucioso documental de 2018 sobre Alice Guy-Blaché, quien resulta ser una de las pioneras en el cine de ficción, además de que —a pesar de la escasa divulgación de su inmenso trabajo— actualmente es considerada la primera mujer cineasta de la historia.
Sé natural: La vida de Alice Guy-Blaché es la ópera prima de la neoyorquina Pamela B. Green, quien además de dirigir, ha laborado durante más de quince años en áreas relacionadas al diseño gráfico de casi doscientas películas y series de televisión. No extraña entonces que su vasta experiencia, por ejemplo, con los motion graphics haya dictado el aspecto visual del documental, de principio a fin. La pura secuencia inaugural es un exquisito aprovechamiento de este recurso, donde por medio de un vertiginoso collage animado, el espectador atestigua la evolución de Hollywood aunque de reversa: desde la actualidad hasta sus inicios con figuras como Charles Chaplin. Los mismos gráficos finalmente conducen a París de finales del siglo XIX, cuando el cinematógrafo de los Lumière fue revelado a un selecto grupo de personas; entre ellas, una joven de 22 años con un grandioso porvenir.
Se sostiene que, todavía hasta años recientes, los aportes de Alice Guy-Blaché eran desconocidos incluso por personalidades destacadas dentro del ámbito cinematográfico. Por ende, el objetivo del largometraje consiste en descubrir quién es la mujer detrás de aquel enigmático nombre mediante un exhaustivo proceso de investigación, el cual se desmenuza en pantalla, no conforme con únicamente evidenciar los resultados. En ese sentido, el documental Sé natural: La vida de Alice Guy-Blaché se desenvuelve parcialmente a modo de pesquisa, donde la clave es seguir la pista de un sinnúmero de documentos y filmes vinculados al legado de aquella cineasta francesa. Para esto, los gráficos en movimiento juegan un rol didáctico e ingenioso de enorme relevancia, en aras de no confundir ni aburrir al público. Así se consigue, por ejemplo, que el rescate de una valiosa cinta dañada asemeje visualmente a una carrera contrarreloj.
Como es de esperarse, otro elemento prioritario del documental es la exposición de datos biográficos en torno al personaje titular. Se trata de un torrencial de información enciclopédica ante la que el espectador quizá se sienta culpable de no estar tomando notas. Para bien o para mal, Sé natural: La vida de Alice Guy-Blaché llega a percibirse como una detallada línea de tiempo donde nombres, años y eventos arremeten contra el público sin concederle ni el mínimo respiro. Ayuda que la cautivadora voz de Jodie Foster (con una impecable pronunciación del francés) funja como la narradora de la película, pero la sensación persiste respecto a que hizo falta una mayor depuración de todo ese raudal de información que indudablemente emergió de una extensísima investigación de gabinete.
En materia de testimonios, la debutante realizadora Pamela B. Green presenta un mosaico conformado por un centenar de personalidades que fueron entrevistadas en virtud del largometraje. Resulta plausible que el proyecto presuma tales alcances pero ciertamente gran parte de esas intervenciones a cámara —al ser variadas y excesivas— estuvieron obligadas a ser demasiado breves y, en consecuencia, poco o nada sustanciosas. El espectador puede adivinar que detrás de las escuetas apariciones en pantalla de Patty Jenkins (Mujer Maravilla) o Ava DuVernay (Selma), entre otras, hubo conversaciones más profundas que lamentablemente no llegaron al corte final. Por momentos, deviene inevitable pensar que la directora del documental Sé natural: La vida de Alice Guy-Blaché prefirió cantidad por encima de calidad en lo referente al testimonio de renombrados cineastas y especialistas en el medio.
Dentro de los terrenos del audiovisual, por supuesto no existe una receta inquebrantable en aras de realizar un buen documental. Es perfectamente válido que la tirada de Pamela B. Green para su ópera prima haya ido más encaminada a la variante meramente expositiva del género, tan frecuente en el ámbito de la enseñanza. Sin embargo, algunos cinéfilos quisquillosos, o aquellos carentes de un interés particularmente académico, al ver esta película quizá queden insatisfechos en su búsqueda de una memorable experiencia estética o narrativa. Pero ojo: no por ello es un título que deba pasarse por alto.
Si bien queda a deber en ciertos aspectos, Sé natural: La vida de Alice Guy-Blaché sigue siendo un proyecto sumamente enriquecedor y de ritmo trepidante; uno que escarba las profundidades de la historia, motivado por la necesidad de homenajear y reivindicar el rol de una directora, guionista, productora y empresaria enfrentada injustamente al olvido. Además, el documental ofrece títulos y vistazos de diversos filmes de Guy-Blaché que dan fe del proceso de restauración y preservación al que afortunadamente ha estado sujeto parte de su herencia cinematográfica. Ojalá pronto su nombre sea tan reconocible como el de Georges Méliès y sus aportes sean ampliamente difundidos en las escuelas de cine. A fin de cuentas, ella fue una de las primeras personas en imaginar y llevar a la práctica hasta las más atrevidas posibilidades de la imagen en movimiento.
Sé natural: La vida de Alice Guy-Blacé se encuentra disponible en la Cineteca Nacional y algunas salas de Cinemex.
Debido a la crisis sanitaria por COVID-19, en Cine PREMIERE te recomendamos revisar con las autoridades de salud las medidas sanitarias necesarias (especialmente el Lineamiento general para la mitigación y prevención de COVID-19 en espacios públicos cerrados) antes de acudir al cine a ver una película.