Rosario Tijeras, temporada 2: Visita al set

Después de casi dos horas en viaje en carretera llegamos a Villa de Tezontepec, en Hidalgo, ahí tienen lugar los últimos días de filmación de la segunda temporada de Rosario Tijeras. En una casa con un espacio abierto, verdosa vegetación, gallos cantores y un perrito polizón dormido a la sombra, ya se encuentran los protagonistas Bárbara de Regil y José María de Tavira quienes están por filmar la cuarta escena del día aunque apenas pasan de las 10:00.

A diferencia de lo que ocurre en un set cinematográfico, donde las escenas se repiten una y otra vez hasta que el realizador está satisfecho, aquí eso es imposible. El director Chava Cartas (El Dandy) teme que cambie la luz. Además, la culminación del rodaje está a la vuelta de la esquina y no hay tiempo que perder. “Después de esto sólo faltan las escenas de acción y terminamos”, nos cuenta en la carpa donde supervisa todo desde los monitores donde también observamos aquello que la cámara registra.

Lo más sorprendente es que en la siguiente hora y media filman cinco escenas al hilo. En la primera de ellas un sujeto con camisa de mezclilla se aproxima a una puerta para escuchar a alguien que toca la batería, mientras se acerca la cámara lo sigue por detrás y cuando se para en el marco ésta se detiene también.

De pronto tocan a la puerta. Rosario y Antonio arriban sigilosamente a la casa donde nos encontramos y, pistola en mano, le advierten a su inquilino que nadie los vio llegar al pueblo. Acto seguido tratan de convencerlo de que les ayude. “Nadie te va a acusar con Ángel y ésta es tu oportunidad para estar en paz con tu conciencia”, dice las mismísima Rosario Tijeras, quien porta una gorra verde, pantalón negro a la cadera y una chamarra beige.

Una vez que Cartas está complacido, los actores ensayan la siguiente escena, un té cae de la mesa. El trío se sienta en unos troncos de madera bajo un techo de paja y mientras repasan sus diálogos, Bárbara bromea con un rostro solemne y le dice al hombre de la camisa azul: “Yo te prometo por la Virgen que no te va a pasar nada. Tú vas a llegar a la temporada final”, lo que causa risas entre los técnicos, actores y miembros de la prensa.

Según nos cuenta Bárbara de Regil mientras se prepara la siguiente escena, en la segunda temporada habrá mucha más acción, lo cual podrá comprobarse el 27 de agosto cuando vuelva a las pantallas. “Rosario evoluciona muchísimo, deja de ser la sicaria de barrio y empieza a aprender mucho más. Se vuelve más fuerte”.

A partir de ese momento todo se desenvuelve con velocidad. Lo siguiente a registrar es cuando Rosario y Antonio desayunan quesadillas; posteriormente se encuentran en el patio para ponerse de acuerdo sobre el plan a ejecutar. Él quiere hacer las cosas velozmente, ella le propone pensar, tal como Antonio le ha aconsejado a lo largo de la historia. Lo más sorprendente es que, a pesar de la premura, el ambiente no se siente pesado. Hay tiempo para bromear y reírse, todo ello gracias a la relajada actitud de Cartas.

Pese a las críticas que este tipo de series ha recibido por enaltecer el mundo del narco o mostrarlo desde una perspectiva apologética, de Regil cree que “Rosario es una mujer poderosísima. Ama muchísimo, perdona, dice las cosas de frente, lucha por estudiar. La vida la lleva a otra situación como muchas personas. Es un buen ejemplo de mujer por la humanidad que tiene”. En esta segunda temporada esa humanidad se verá especialmente reflejada con las mujeres, porque ella las defenderá; el hecho de que sea sicaria es simplemente un recurso para generar más acción.

José María de Tavira apoya la moción, para él lo que diferencia a este programa de otras historias como Rosa Salvaje es que la protagonista no busca ser rescatada ni sacada de la miseria, más bien arrastra al príncipe con ella. “Yo creo que ése es el mayor éxito de Rosario Tijeras, que le dijo a las chavas: ‘No, tú no tienes que salirte de tu mundo para ser una chingona, en tu mundo puedes serlo’. Eso sí me parece un valor importante sobre las desigualdades sociales y las desigualdades de género. La mujer no es la que se tiene que corregir, es el mundo el que tiene que corregirse”.

Mabel Salinas No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!