Una loca película de vampiros
La gente que disfrute de estas películas pasará un buen rato. No nos engañemos, sabemos a lo que vamos.
Para estas películas, nadie te tiene que advertir; tú sabes a lo que vas y por lo que estás pagando: humor cien por ciento gringo, chistes del momento desechables, y referencias dirigidas a pubertos y adolescentes inmiscuidos en cultura pop.
Tomando en cuenta esto, no podemos criticar tanto Una loca película de vampiros. Tiene típicos chascarrillos y menciones a Lady Gaga, Las Kardashian o los Black Eyed Peas; y lo demás, es una copia calca de Crepúsculo (2008) y Luna nueva (2009), que, en ese sentido funciona muy bien. Está bien hecha, con fotografía muy parecida, elementos idénticos y sobre todo, el reparto que realmente se puso a estudiar los movimientos de los actores originales.
Sobresale Jenn Proske, quien da vida a Becca Crane, y es impresionante cómo copia el estilo de Kristen Stewart. Por su parte Matt Lanter (Edward) recae más bien en la magia del maquillaje (que curiosamente, es mejor que el de las cintas originales), pero que logra bien la cara de compungido; y Chris Riggi (Jacob), que es una versión mejorada de Taylor Lautner.
El público que gusta de estas películas, se reirá en grande; y el que no soporta chistes prefabricados, pero es fan de la saga de Crepúsculo, puede pasar el rato comparando ambas, que es lo que más vale la pena. Sin embargo, se extraña mucho la inclusión de Eclipse (2010), aunque ponen algunos spoilers del libro Amanecer.
Evidentemente ésta es sólo una película para seguidores de las historias de Stephenie Meyer. Quienes esperan encontrar parodias de todas las demás cintas y productos vampíricos se decepcionarán al hallar sólo una mención a True Blood, una a Buffy y una Vampire Diaries. Olvídense por completo de productos anteriores.