Mini espías 4 y los ladrones del tiempo
Una caricatura en vida real con todo lo bobo, simplón, "jalado" y heroico que eso significa.
Permítanme empezar este comentario aclarando –por si alguien tiene duda de ello– que ésta es una película para niños, que no es lo mismo que “para toda la familia”. No es una cinta para llevar a tu pareja en esa cita especial. No es una que debas analizar en clase de semiótica y, definitivamente, no es la película adecuada para que invites a tu vecino pretensioso y cínico que cree que el cine debe ser siempre una meditativa exploración de la condición humana expresada en planos secuencia de cinco minutos del amanecer. Tampoco es una película para niños con sutiles dobles significados para la diversión de los adultos en el público. No.
Esta es una cinta sobre un villano que se roba el tiempo del mundo y los espías que deben detenerlo antes de que destruya el mundo. Nada más. ¿Siguen conmigo? Bien, asumo entonces que tienen un gusto particular por las historias de aventuras infantiles o alguna hija, hijo, sobrino o personita en su vida y están averiguando si ésta es la película para llevarlos a ver. Lo es. Como ya lo ha demostrado en cintas pasadas, Robert Rodriguez sabe entretener al público y su pasión por transmitir esa diversión y emoción por las películas esta presente en cada fotograma. Desde los gadgets absurdos, a los chistes inocentes y rivalidad fraternal de los dos niños titulares, hasta las expresiones exageradas y diálogos de Jessica Alba, Joel McHale y Jeremy Piven, es claro que cada elemento de Mini espías 4 y los ladrones del tiempo está diseñado para mantener a los pequeños emocionados e interesados durante la hora y media que dura.
En esencia, lo que Rodriguez hizo, fue una caricatura en vida real… con todo lo bobo, simplón, "jalado" y heroico que eso significa.
Ve el trailer de Mini espías 4 y los ladrones del tiempo.