El juego perfecto
Una típica cinta de deportes que puede resultar agradable para algunos o una comedia involuntaria para otros.
Mientras los deportes pueden tener resultados sorpresivos, sus filmes suelen ser todo lo contrario, al abordar fórmulas que hemos visto en infinidad de ocasiones y sin embargo, parecen no desgastarse. El juego perfecto no es la excepción a esta regla, en donde un grupo de niños beisbolistas se enfrentan a toda clase de dificultades durante su participación en la liga infantil. En el camino, surgen toda clase de clichés, como el entrenador y su fracaso deportivo, las faltas de respeto de los rivales superiores y el favorito de todos: una gran jugada final –presentada desde diversos ángulos para agregar dramatismo– por parte de la estrella del equipo. A esto súmese una elevada dosis de religiosidad por parte de los jugadores, actuaciones flojas de algunos miembros del elenco y una peculiar muestra de “spanglish”.
Aún así, El juego perfecto puede resultar agradable para las audiencias, pues aunque no marca diferencia en el género, arrancara algunas sonrisas ante los pequeños actores y sus accidentados momentos cómicos. Al final, los más exigentes no sabrán si vieron un drama, un homenaje o una comedia involuntaria, mientras que el resto podrá conformarse de haber visto lo que se esperaba de este filme, nada más.
–Luis Miguel Cruz