El defensor
Matthew McConaughey carga con el peso de la película con su talento.
¿En qué momento Matthew McConaughey se convirtió en buen actor? Tal vez su talento es inversamente proporcional al tiempo en aparece sin camisa dentro sus comedias románticas. Desde hace muchos años, quizás desde Tiempo de matar (Joel Schumacher, 1996), que este actor no demostraba el carácter, compromiso y soltura para interpretar un papel.
En El defensor, curiosamente vuelve a encarnar a un abogado, Mick Haller –alter ego del autor Michael Conelly, y protagonista de su serie de best-sellers–, cuya especialidad es defender criminales declarados culpables de los barrios más bajos de Los Ángeles. Su moral es nula, opacada por el número de ceros que puede obtener de un nuevo cliente; por eso cuando le ofrecen defender a Louis Roulete (Ryan Phillippe), un millonario playboy de Beverly Hills acusado de intentar asesinar a una prostituta, Heller acepta el caso. Sin embargo, sus fantasmas comienzan a perseguirlo: existen demasiadas coincidencias entre este incidente y un asesinato ocurrido años atrás, por el cual Heller mandó a la cárcel a un hombre inocente.
Bajo esta premisa puedes augurar los clichés del cine-de-jurados: abogados aguerridos, fiscales corruptos, traiciones y un clímax que culmina con el veredicto. Sin embargo, el ritmo que maneja director, Brad Furman, es ejemplar: utiliza flashbacks para mostrarnos las versiones de las víctimas (en lugar de simples narraciones), y también manifiesta convicción en su dirección de actores secundarios (Marisa Tomei, William H. Macy y Bryan Cranston). El trabajo de su cámara es precavida, dotando de tensión algunos instantes del filme, mientras que otros simplemente se aleja, y deja que los abogados hagan su trabajo. Otro punto interesante a nivel técnico es la fotografía de Lukas Ettlin, sus tonos obscuros o plagados de luces neón dignos de cualquier bar californiano, no sólo crean un ambiente, también una forma de involucrarnos en el mundo que investiga Heller, un pequeño universo del cual nunca somos parte, porque Furman no permite empatía con su protagonista: siempre nos recuerda su calidad ética.
Aunque es cierto, El defensor peca de telegrafiar demasiado los giros de tuerca de la historia ?dejando algunos huecos y nudos sin atar?, perdonas estas fallas porque el Sr. McConaughey carga con el peso de su película por primera vez con su talento, y no con su abdomen.
En ciertas ocasiones, los héroes no son míticos vikingos con martillos, ni hombres llenos de esteroides que conducen a 180km/h, sino simples hombres en busca de la redención y justicia.
Ve el trailer de El defensor.
Clara Itzel Hernández Valladares Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com
