El aprendiz de brujo
Los efectos especiales son deslumbrantes, excelentes para acompañar con palomitas y refresco.
En los años recientes las películas sobre magos han invadido la salas de cine. Harry Potter, Stardust, El ilusionista y El gran truco pueden citarse como ejemplos. La fórmula funciona: hay romance, entretenimiento y un final feliz. Algunas de estas historias cristalizan las fantasías del espectador: ver en la pantalla a un aparente mortal que súbitamente adquiere poderes por designio divino. Algo así como ganarse la lotería. Es el caso de El aprendiz de brujo. Dave (Jay Baruchel) es un joven que descubre por voz de Balthazar (Nicolas Cage) que es heredero del mago Merlín y el único con la posibilidad de destruir a la maléfica Morgana y salvar al mundo. Ni más ni menos. Su recompensa será dejar atrás al nerd que ha sido toda su vida y conquistar a la encantadora Becky (Teresa Palmer). Pero alguien quiere impedirlo: Maxim Horvath (encarnado por Alfred Molina). La cinta fusiona recursos argumentales de Transformers y El señor de los anillos. Sin embargo, tiene un fallo tremendo: Monica Bellucci, esa mujer espectacular, aparece muy poco. Los efectos especiales son deslumbrantes, excelentes para acompañar con palomitas y refresco. Ah, sí, el director es Jon Turteltaub.
–Abel Cervantes