Diario de un chico en apuros
Una cinta cuyo personaje principal no causa ningún tipo de empatía, causando que nos preguntemos por qué nos importa saber sobre él.
Basada en la serie de libros infantiles de Jeff Kinney, el filme se enfoca en las aventuras de Greg Heffley (Zachary Gordon), un niño de 12 años que recién ingresó a la secundaria. Él, aunque nervioso, está seguro que será el más popular de su escuela… y es aquí donde la audiencia inicia la travesía en la vida de uno de los personajes más ilusos de la pantalla grande.
En la industria siempre recomiendan no trabajar ni con niños, ni animales, y esta película refuerza el primer consejo. La teatralidad que el elenco infantil imprime a sus actuaciones queda de sobra, un claro error en la dirección de Thor Freudenthal. Pero para cada regla hay una excepción y en este caso se agradece que en el elenco estén Chloe Moretz (Kick-Ass) –aunque con un papel desechable– y Robert Capron, quien interpreta al mejor amigo del protagonista.
Antes de entrar al gran tropiezo de la cinta, vale la pena recalcar uno de sus puntos más positivos: la integración de los conceptos del libro al live-action. Diversos elementos animados aparecen a lo largo de la película, sin sentirse invasivos y como homenaje al material original. Como contraparte, el problema esencial de la cinta recae en el desarrollo del personaje principal. Es difícil identificarse con él, y lo peor, no es un rol que simpatice con la audiencia. De ahí que podamos llegar a cuestionarnos: ¿por qué ver la vida de alguien así durante 94 minutos?