Amor por contrato
Una película que además de entretener dejará pensando a más de uno: ¿se puede comprar la felicidad?
Steve y Kate tienen una familia modelo. El Sr. Jones (David Duchovny) es un padre y esposo amoroso, quien no tiene que preocuparse por el dinero. Su mujer (Demi Moore) es atractiva, atenta, impecable, una madre ejemplar con sus hijos Jenn y Mick (por supuesto, guapos), quienes siempre están a la última moda y con lo más nuevo en tecnología.
Cuando se mudan a un nuevo vecindario, los Joneses causan sensación; y al poco tiempo todos quieren ser como ellos. Esta obsesión llega a tal grado que compran la misma ropa, los mismos autos, todo para conseguir la perfección que promete esta familia con su maravilloso estilo de vida, aun cuando tengan que recurrir a medidas extremas.
Conforme va avanzando la cinta, nos damos cuenta que los Joneses no son tan perfectos como parecen: ocultan un gran secreto que, de saberse, acabaría con esa imagen ideal que tanto procuran.
Derrick Borte debuta como director con esta entretenida cinta que critica a una sociedad consumista que vive de las apariencias. No es la primera vez que se juega con ese concepto, pero en este caso, Amor por contrato logra cuestionarnos de una manera inteligente, sin caer en los típicos clichés. Definitivamente lo mejor del filme son las actuaciones de David Duchovny y Demi Moore (de lo mejor que ha hecho la actriz últimamente) como la pareja modelo. Además de tener buena química en pantalla, sus personajes no se sienten forzados, simplemente se dejan llevar por la historia.
Lo único que podría criticarse es que en la segunda mitad del filme el ritmo decae. Borte pudo tomar más riesgos y aprovechar todo el potencial que ofrecía una historia como ésta. Aún así, Amor por contrato es una película que además de entretener dejará pensando a más de uno: ¿se puede comprar la felicidad? y ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar para pagar el precio?
–Andrea Adame
