REVIEW ANIME: Crayon Shin-chan la película: Mi historia sobre la mudanza –El ataque de los cactus gigantes–
La primera película de Shin-Chan en cines mexicanos es un anime “infantil” que se convierte en road trip, película de zombies y hasta seinen kaiju . ¡Divertida!
Crayon Shin-chan la película: Mi historia sobre la mudanza ~El ataque de los cactus gigantes~ es la película número 23 de la longeva saga Kureyron Shin-chan. Curioso, porque a pesar de estar dirigida a una demografía seinen (adultos varones), en varias regiones del mundo es considerada como un kodomo del que mayormente disfruta el público infantil (con todo y el constante “baile del trasero” del pequeño irreverente de 5 años).
Así, por primera vez en la pantalla grande en 8 ciudades de México y gracias a los esfuerzos de un grupo de jóvenes entusiastas que luchan por compartir con cinéfilos mexicanos la maravillosa cultura japonesa, llega Shin-chan en su idioma original –echando de menos a la gran Laura Torres– y con la película más apropiada para debut, aunque quizás para algunos extremistas, políticamente incorrecta. ¡Shinnosuke se muda a México (al menos durante 104 minutos)!
La nueva aventura trata sobre la transferencia de papá Hiroshi al pueblo de Cuernatoro (ajá, como Cuernavaca pero con tintes de Peña de Bernal, Guanajuato y hasta un poco de Tijuana) debido al descubrimiento de una deliciosa fruta de nopal que su empresa quiere exportar y comercializar. Todo parece miel sobre hojuelas –una vez que Misae y los niños se convencen de la mudanza– pero al llegar… bueno, las cosas no son como decía el catálogo promocional. Además del impacto cultural, la denodada familia Nahara pronto descubre que el delicioso descubrimiento se torna en una terrible amenaza que pone en peligro sus vidas y las de los habitantes de Cuernatoro por el inesperado ataque de cactus mutantes.
El estilo visual de Ora no Hikkoshi Monogatari Saboten Dai Shūgeki! es al que estamos acostumbrados en la saga del fallecido Yoshito Usui, con un uso moderado y adecuado de animación por computadora a la animación tradicional de los estudios. Es hermoso (a nivel otaku) saber que gracias a la distribución directa del filme –cosa que sucede con las seis películas y cortos que exhiben Cinépolis y Konnichiwa!– se nos permite disfrutar de un anime sin censura alguna, y aunque el impacto cultural podría impedir que entendamos poquísimos gags (aunque si son muy clavados a la cultura nipona, sí entenderán el cameo de Nippon Erekiteru Rengou), la experiencia general resulta intacta y muy disfrutable.
Por ese mismo detalle, lamentamos por un lado la ausencia de los grandes del doblaje que han hecho de Shin-chan un éxito en Latinoamérica, pero hay que entender que esto es parte de la Primera Semana de Cine Japonés: la idea es disfrutarlo tal cual, así que con todo y la poco ingeniosa manera de justificar que en México también se habla japonés (si ponen atención cuando Shinnosuke llega a su nuevo kinder, lo captarán).
Quiero destacar la excelente labor del escriba Ueno Kimiko y la dirección de Masakazu Hashimoto al mostrar una imaginaria pero noble versión de México. Irreverente, pero jamás ofensiva. Agradables “cameos” de personajes como Antonio Banderas (Mariachi) y Danny Trejo (Luchador) dan el sazón correcto a la historia, sin caer en estereotipos ofensivos y hasta con una divertida “presencia de marca” con Aeroméxico. ¿Cómo le hicieron? ¡Quiero el OST con esas canciones de mariachi en japonés!
Crayon Shin-chan la película cumple con creces la misión de divertir y como padre de dos pequeños, me atrevo a decir que su clasificación B no es impedimento para que la disfruten sin mayor riesgo. Para mi fue un seinen que comienza como kodomo, se convierte en un road trip, luego en una película clase B de zombies y culmina con una batalla kaiju. ¡Así es la saga, y durante su entera duración la historia se permite todos estos lujos! La trama parece atorarse en un par de momentos, pero es compensada con una gran resolución y epílogo durante los créditos finales.
Lo único que me resta decirles es que la Semana de Cine Japonés ya inició, y los insto a que revisen la cartelera Cinépolis: si esta y las otras películas del bloque están en su ciudad, ¡no duden en acudir a verlas! Es con nuestro apoyo como aficionados a la cultura japonesa que impulsaremos la continuidad de estas excelentes iniciativas (como el caso de Boruto). ¡Viva Japón y su anime, y gracias Konnichiwa por tan noble esfuerzo!