Réplicas – Crítica

Réplicas es un relato demencial sobre un científico brillante que desarrolla una investigación para transferir la memoria de una persona a una memoria artificial, para a su vez transferirla a un androide con semejanzas a los de El hombre bicentenario (1999) con el descenso de la vida orgánica a la condición mecánica que conlleva o, por qué no, a un cuerpo creado a fuego lento y en sus propios jugos en cápsulas que remiten a La mosca (1986) o incluso a La forma del agua (2017).

Este relato demencial es sobre un científico brillante presionado por sus amenazantes nuevos empleadores que lo han llevado a Puerto Rico junto con toda su familia para que pueda desarrollar a cabalidad su talento y potencial que en cada una de las pruebas ha tenido un éxito efímero acorralándolo ante la posibilidad de la cancelación del proyecto. Este científico brillante, amoroso pater familia, decide pasar unos días con esposa e hijos navegando en una embarcación prestada por su colega y amigo a la que nunca llega porque la lluvia torrencial en la isla se lo impide provocando la volcadura de la camioneta y el fallecimiento de todos menos él.

Réplicas intenta insertarse en la dinámica de los relatos morales sobre la corrección ética de la ciencia despachando las posibilidades de profundidad con dos o tres diálogos insignificantes y un acartonamiento solamente posible gracias a la ineficacia actoral de Keanu Reeves, además productor del filme.

El relato demencial de Réplicas es sobre la pérdida que conduce a medidas extremas que precipitan la caída al abismo pero desatando las capacidades intelectuales al máximo y, de paso, sorprendiendo al dar el peso adecuado al accidente en la experimentación científica.

Relato demencial primero disfrazado de interesante thriller de tintes científicos para luego mostrarse sin adornos como lo que es: un anodino relato cienciaficticio más cómico que trágico, inteligente o ya de menos interesante, pero eso sí inverosímil en su maniqueísmo discriminante.

Relato demencial que parece inclinarse hacia la historia del científico loco vuelto todopoderoso revivemuertos trastornado por la pérdida pero que luego se inclina hacia la vena del padre de familia que busca salvar a su familia de un peligro mortal ocasionado por él mismo y sus irresponsables decisiones y que finalmente se inclina por volverse involuntariamente en una comedia graciosa sólo porque no lo quería ser.

Relato demencial dirigido sin rumbo fijo por Jeffrey Nachmanoff, guionista de cintas como El día después de mañana y director de series como Homeland o Chicago PD, que aquí se muestra sobrio aunque sin ideas ni sustancia y que guía con absurda simpleza las actuaciones de Alice Eve, Emily Alyn Lind y Emjay Anthony luego de su despertar. Y que pone al borde del ridículo a John Ortiz en su papel de malévolo jefazo.

Relato demencial que en su título tiene alusiones que le quedan muy grandes.

Javier Pérez Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".