Raya y el último dragón: ¿Cómo hacer una película de Disney desde casa?
Así fue crear a la princesa Raya y a su mundo... desde casa.
La pandemia de COVID-19 llegó justo después del proceso de preproducción de Raya y el último dragón. La cuarentena obligó al equipo detrás a descubrir si era posible hacer una cinta de este tamaño lejos de las oficinas de Disney. “Prácticamente completamos toda la animación desde casa”, nos dice Amy Smeed, la líder del departamento de animación de la cinta. Realizar un proyecto de este tamaño a distancia implica considerar muchos factores tecnológicos y logísticos, desde resolver una conexión a internet lenta en casa hasta aplicar horarios claros para evitar el cansancio. Directores, productoras, guionistas, cabezas de departamento y la actriz Kelly Marie Tran platicaron con nosotros sobre el complicado proceso detrás de Raya y el último dragón, película animada que toma lugar en Kumandra, un mundo acosado por siniestros monstruos que representan la división de su gente. Raya, su heroína, tratará de encontrar al último dragón (en realidad, una dragona) para restaurar su nación.
La creación de Kumandra
Antes de irse a casa por la pandemia, el equipo de Walt Disney Animation Studios realizó una necesaria investigación sobre las culturas en las que se basaría el mundo ficticio de Kumandra: culturas del sureste de Asia que inspiraron muchos de los elementos de su mitología, calles, paisajes, colores y alimentos. “Un grupo de nosotros viajamos varias veces a Vietnam, Laos, Cambodia, Indonesia e incluso hasta Tailandia”, recuerda Paul Briggs, codirector.
En ocasiones anteriores, el estudio ha sido criticado por estereotipar o unificar diferentes culturas que tienen poco que ver entre sí. Con esto en mente, el mundo de Kumandra presentaba un primer problema: ¿cómo tomar inspiración de diferentes regiones de forma respetuosa? Para lograrlo, Disney hizo lo mismo que con Moana, la cinta de 2016 basada en una amalgama de culturas polinesias. En ese entonces, para evitar que dicha unificación resultara torpe, Disney reclutó por primera vez a una serie de expertos nativos del Sur del Pacífico para asesorar al equipo. Lo mismo sucedió esta vez con Raya y el último dragón: se creó un South East Asian Story Trust que ayudó a la producción a mantener un retrato respetuoso de las culturas.
«Yo la veo más como una película de fantasía». Fawn Veerasunthorn, cabeza del departamento de Historia (encargado de la escritura de la aventura en imágenes, en la forma de storyboards), nos explica el razonamiento y proceso detrás de la creación de Kumandra. «Vemos todas las culturas de Asia del sureste y tratamos de entender la historia detrás de ella. Tenemos gran ayuda de un arquitecto y de antropólogos visuales para entender el significado detrás de las cosas. No estamos basándonos en ninguna religión en específico, tenemos nuestra propia cosmogonía. Si ves una tela, podrías pensar: ‘oh, eso se ve como de Asia del sureste’, pero en realidad no es tomada directamente. Sin embargo, mantenemos esos patrones que se repiten porque creemos que en Kumandra, con el mismo material y tecnología, la gente haría esa tela de la misma forma».
La investigación cultural que hicieron impactó tanto en la forma en la que los personajes están animados hasta en la iluminación y cinematografía de la cinta. Amy Smeed ahondó en algunos ejemplos: «Nos reunimos con el South East Asian Story Trust y aprendimos sobre la forma en la que un personaje se sentaría, cuándo hacen contacto visual y cuándo no, expresiones faciales, a no señalar y no mostrar las plantas de los pies».
Rob Dressel, director de cinematografía en el área de layout, complementa la respuesta: «Tenemos que estar familiarizados con las condiciones climáticas de Asia del sureste: cómo se comporta el sol, dónde está en el horizonte, cómo afecta la atmósfera a la paleta de colores. Desde un punto de vista de diseño, debemos saber cómo los diseños evolucionaron. Por ejemplo, el diseño de una casa en Asia del sureste evolucionó de esa forma por una razón en particular, así que debemos tener en cuenta cómo la forma en la que la gente se adaptó a su entorno motiva el diseño de nuestra película».
Los esfuerzos de investigación también influyeron en la acción de la cinta. “Raya y el último dragón es una película de acción. Aunque es una historia de fantasía, no queríamos que las peleas fueran de fantasía. No hay bolas de fuego. Todo golpe y patada está basada en física real, y los estilos de pelea están basados en artes marciales tradicionales de la región”, nos cuenta Qui Nguyen, escritor de la cinta.
Fawn reflexiona sobre las influencias más allá del tema cultural: “Siento que la mitad de nuestro equipo creció con Indiana Jones como su pasión principal, y la otra mitad creció con anime. Así que esta película es como la mezcla de las dos”.
Disney, por su parte, busca protegerse del argumento de la apropiación cultural con la representación detrás y en frente de las cámaras. A pesar de que no hay personas de Asia del sureste en el departamento de dirección, sí las hay en otros puestos creativos. La propia Fawn Veerasunthorn es de Tailandia; la escritora Adele Lim es de Malasia y el escritor Qui Nguyen es de Vietnam. En el reparto encontramos una variedad de actores con raíces asiáticas, como Gemma Chan, Daniel Dae Kim, Benedict Wong y Sandra Oh, encabezados por Kelly Marie Tran, quien es vietnamita-americana. Qui habla de lo que significa esta cinta para la representación de Asia del sureste: «Constantemente, cuando hay personajes que se ven como yo, siempre son retratados de forma estoica y seria, obsesionados con traer honor a su familia. Me emociona mucho que Raya se ve como Fawn, Adele, mis hijos y yo, pero que es alguien que también suena como nosotros. Es divertida, ingeniosa e inteligente; un personaje que me daría orgullo ver a mis hijos emular».
Animación hecha en casa
Una vez realizada la investigación, llegó el momento de la animación, proceso que se complica cuando cada quien está trabajando desde su casa. “No es fácil hacer revisiones en tiempo real, porque todo está desincronizado”, comenta la productora Osnat Shurer. “Otro problema que no esperábamos es el ancho de banda en las casas de cada persona, pues a veces no soportaban su trabajo”. Adolph Lusinsky, director de cinematografía en la parte de iluminación, nos dio un ejemplo: “La mayoría de los artistas de iluminación no podían reproducir imágenes en resolución 2K en tiempo real, porque sus velocidades de internet debían ser muy rápidas. Tuvieron que depender de alguien más para que les dijera que todo se ve bien al reproducir las imágenes en esa resolución. Tuvimos que generar canales para que la gente le pudiera pedir a otros artistas que vieran su trabajo y les dieran notas. Fue como una especie de crowdsourcing para ver sus propias tomas”.
La consideración más importante, de acuerdo con todas las personas a quienes entrevistamos, es la falta del ambiente de creatividad que hay en las oficinas de Disney. “Lo más difícil de replicar en una reunión de Zoom es una conversación casual”, responde Don Hall, director de la película junto con Carlos López Estrada. “No puedes tenerlas. En el momento en el que inicias una reunión, estás ahí por algo y lo haces. En un día cualquiera en el edificio, andas por todos lados. Siempre te estás moviendo, y eso nos pone en contacto con personas de una forma no organizada. Te encuentras a alguien y tienes una conversación casual, a veces de trabajo y a veces no. Eso se fue con Zoom. Así que a veces les decía que se quedaran por 15 minutos después de la reunión a simplemente hablar. No tiene que ser de la película, puede ser desahogarse o lo que sea, pero era una forma de tener un poco de esa camaradería casual”.
Raya y el último dragón no sólo es la primera película de Walt Disney Animation Studios hecha a distancia, también será la primera que saldrá al mismo tiempo en cines y en casa a través de Disney+. «Creo que el razonamiento es que queremos que la gente ya vea la película. Es actual, significativa y ya está lista», explica la productora Osnat Shurer. En México, es la primera cinta en la modalidad de Disney+ Premier Access. Estará disponible por dos semanas y el precio de Premier Access en México es menor comparado al de Estados Unidos: $329 MXN contra $30 USD. Funciona como una compra digital, es decir, podrás verla cuantas veces quieras una vez contratado el servicio. Si prefieres esperar a que esté disponible sin costo adicional, la fecha es el 23 de abril.
El lugar de Raya en el mundo de Disney
Además de ser una guerrera, Raya es la hija del jefe de Kumandra, lo cual la convierte en una princesa. Eso también hace de Raya y el último dragón la segunda cinta de princesas Disney que no es un musical, después de Valiente. “Muy al principio, cuando empezamos a explorar esta historia, una aventura con acción, nos dimos cuenta que no es el tipo de película en la que queremos que nuestros personajes se paren a cantar”, reflexiona Osnat Shurer, productora. “Sabíamos que no queríamos un musical, pero que sí debería ser una princesa, porque eso le agrega una capa de responsabilidad de arreglar el mundo”.
Qui Nguyen, por su parte, encuentra la similitud de Raya con el resto de las princesas: “Lo que tienen en común todas las princesas de Disney es que son personajes a los que un niño quiere aspirar, ya sea Blanca Nieves con el tema del amor o Moana con la valentía; con Raya es sobre la confianza. Creo que esa tonalidad y ADN básico sigue siendo evidente. Aunque sea una guerrera, mantiene la esencia de las princesas en ese aspecto”.
Kelly Marie Tran, quien da vida a Raya, se siente muy feliz de formar parte del legado de Disney, sobre todo con un personaje así, con el que se identifica: “Yo también hago artes marciales. Es broma, no es cierto, ya quisiera. Creo que es un personaje muy valiente. Es alguien a quien le pasa algo cuando es muy joven y eso hace que vea el mundo de una forma muy específica. Le tiene miedo al mundo, en realidad, y no confía en nadie. Piensa que todos están en su contra y que no puede dejar entrar a nadie en su vida. A través de la película, está tratando de ver el bien en las personas y confiar de nuevo. Creo que todos podemos identificarnos con eso”.
Tras sufrir acoso y racismo por su papel como Rose en The Last Jedi, la actriz regresa más fuerte que nunca. Así lo anunció ella misma en un artículo del New York Times: “Toda persona que existe en este mundo ha experimentado trauma de alguna forma. La batalla se convierte en decidir si ves al mundo desde el punto de vista de que nada importa y todo es horrible, o de que todavía hay esperanza y luz. Siento que toma valentía el sólo existir, toma mucha energía y coraje. Creo que debemos celebrarnos por el simple hecho continuar. Yo estoy trabajando en eso».