6 películas mexicanas que hablan sobre la expropiación petrolera

El petróleo, un símbolo indudable de riqueza y poder, no sólo ha sido objeto de diversas contiendas políticas. También conocido como “oro negro”, dicho recurso se ha convertido en protagonista de varias historias en el cine. La expropiación petrolera de 1938 en México, un acto de valentía y nacionalismo, no podía ser la excepción. Diversos directores, guionistas y actores han unido su talento para narrar lo ocurrido hace casi nueve décadas desde todas las perspectivas posibles. A continuación, te presentamos las películas que han hablado sobre la expropiación petrolera.

NOTA: Las producciones se presentan en orden cronológico de estreno.

Los millones de Chaflán (Dir. Rolando Aguilar, 1938)

Chaflán vivía feliz en su rancho hasta que un par de compañías petroleras se interesaron en comprárselo. El hombre consiguió un buen trato con ambas, por lo que de la noche a la mañana incrementó su fortuna. Con su esposa e hijos, así como con un amigo, Chaflán se va a la ciudad y comienza una nueva vida. Entre las calles y el caos, todos descubren que esa vida no es tan fácil.

Esta película parte de una visión no tan dramática sobre lo que implica el descubrimiento del petróleo para las estructuras sociales. La riqueza repentina de Chaflán permite que se juegue con la comedia, pues nos muestra los excesos de alguien cuya vida cambió y no sabe cómo responder a ello. Hay choque de culturas, malas influencuas, la corrupción que no puede faltar al hablar de un recurso tan importante, y un reflejo de las tensiones que surgieron cuando el petróleo ganó aún más notoriedad.

¿Dónde ver? Claro Video.

Gran casino (Dir. Luis Buñuel, 1947)

Gerardo Ramírez y Demetrio García, dos prófugos, entran a trabajar al servicio del argentino José Enrique Irigoyen, propietario de pozos petrolíferos. Cuando Irigoyen desaparece, su hermana Mercedes llega a Tampico para hacerse cargo del negocio. Aunque sospecha que Gerardo y Demetrio pueden estar involucrados en la desaparición de su hermano, surge una gran atracción por el primero.

Más allá de dichos sentimientos, el ambiente petrolero permite mostrar cómo son las dinámicas de poder y la influencia del “oro negro” en las altas esferas. Buñuel agregó pinceladas de crítica social para hacer eco sobre la explotación de los recursos naturales y cómo estos generan tensiones para los empresarios. También se refleja una época de crecimiento, y en la que existe espacio para la ambición, el melodrama y las intrigas. La historia de Gerardo, Demetrio y Mercedes muestra también cómo el petróleo se considera una forma de poder.

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El niño y la niebla (Dir. Roberto Gavaldón, 1953)

Martha es una mujer con familiares esquizofrénicos, por lo que se niega a tener descendencia para evitar transmitir la enfermedad a sus hijos. Cuando su novio le propone matrimonio, huye de la ciudad de México con un ingeniero de Pemex quien ha encontrado trabajo en un campo petrolero. Años después, el antiguo novio de Marta llega a Poza Rica a supervisar una modificación técnica que el esposo de la protagonista, y todo se complica en lo personal y profesional.

Este título llegó en una época donde la industria petrolera ya jugaba un rol crucial para la economía del país. Su efecto ya se notaba en los paisajes, las comunidades y los cambios en estas. Para lograr un mejor reflejo, la cinta se filmó en Poza Rica, Veracruz, donde ya había gran movimiento respecto al tema. Sus protagonistas son un ejemplo de las dinámicas que cambiaron por el crecimiento de la industria petrolera, así como de otros problemas como la obsesión y la locura. Entre amores frustrados, miedo y petróleo, fue un proyecto muy aclamado para su época. Incluso formó parte de la Selección Oficial del Festival de Cannes en 1954.

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La rosa blanca (Dir. Roberto Gavaldón, 1961)

Jacinto Yáñez vive en una hacienda que se encuentra en terrenos de compañías petroleras extranjeras. Él se dedica a las cosechas y al cuidado de las tierras que con tanto esmero pudo hacer crecer. Pronto, los directivos de las empresas quieren deshacerse de él para explotar el petróleo bajo sus tierras; entre ellos se encuentra Robert G. Kollez, un xenófobo al que sólo le interesa lo que pueda sacar de México.

Situada en la década de los 30, esta obra de Gavaldón evidencia cómo las compañías estadounidenses hacían uso de los recursos petroleros a manos llenas. Hay una férrea lucha por el control del petróleo, representada por empresas que ejercían presión y utilizaban diversos medios para conseguir (por las buenas o por las malas) las tierras que les interesaban. Hay un fuerte nivel de denuncia sobre las injusticias que se cometían en contra de los mexicanos, y Jacinto (interpretado por Ignacio López Tarso) es el mejor ejemplo de ello. Conforme avanza la trama y el hombre sufre sólo por las tierras que tiene, los abusos, la corrupción y la disparidad del poder se hacen más que evidentes.

Hablar tan intensamente del tema provocó que el gobierno mexicano censurara este título. Por ello se exhibió formalmente hasta principios de los años 70.

Esperanza (Dir. Sergio Olhovich, 1988)

Exiliado, el ruso Vladimir Olhovsky llega a México junto a dos jóvenes que conoce durante el viaje. No tiene dinero, ni sabe español, pero consigue trabajo en una mina. Años después, ya conbertido en profesional, descubre petróleo y se convierte en pieza clave para que la industria se nacionalice en la década de los 30.

Aunque gran parte de la trama ocurre en torno a la industria petrolera, el pasado del personaje también permite ahondar en conflictos fuera del país, como los movimientos sociales rusos. Esperanza es un homenaje del director a su padre, quien fungió como ingeniero petrolero hace varias décadas; por ello hay una estética y elementos más calidos de lo que se podría esperar. Hay realismo a la hora de tocar la vida de los trabajadores petroleros, pero también cuando se habla sobre la defensa de los recursos en México. Si bien, se desarrolla dentro de un contexto muy específico, su director la ve como una obra capaz de inspirar aprendizaje y pensamientos.

¿Dónde ver? Nuestro Cine MX.

1938: Cuando el petróleo fue nuestro (Dir. Sergio Olhovich, 2025)

A lo largo del año de 1938, el Presidente Lázaro Cárdenas, enfrenta la decisión más difícil de su mandato: expropiar la industria petrolera. Poderosas empresas extranjeras no están dispuestas a permitirlo; la resolución implica además indemnizarlas para evitar un conflicto internacional de grandes magnitudes. Es aquí donde el pueblo mexicano se une para aportar lo que puede con tal de que el petróleo regrese a las manos de la nación.

Tras años de no ponerse tras las cámaras (o tocar el tema de la industria petrolera, el realizador de Esperanza puso manos a la obra en un proyecto que permitiera conocer a las figuras centrales de la expropiación. 1938: Cuando el petroleo fue nuestro tardó dos décadas en realizarse, pues se necesitó una extensa investigación con familiares cercanos a los personajes que se retratan. Se partió de un argumento basado en acontecimientos históricos ya conocidos, y después hubo un acercamiento a los detalles específicos. Incluso Petróleos Mexicanos (PEMEX) apoyó en la realización de la cinta, y el gobierno de México facilitó que se filmara en Palacio Nacional (entre 2021 y 2022). Sus realizadores la describen como una oportunidad para recalcar cómo se consiguió la verdadera soberanía ansiada desde el inicio de la Revolución Mexicana.

¿Dónde ver? Actualmente en cines de México. 

Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.