Shang Chi y la Leyenda de los Diez Anillos – Crítica de la película

Marvel actualmente disfruta de un segundo aire. Su ambicioso universo cinematográfico está en su cuarta fase, la realidad es que, desde que concluyó la Saga del Infinito, todo apunta a que las reglas del juego pronto cambiarán. Es cierto que con proyectos como Guardianes de la Galaxia y Capitana Marvel ya se percibían bienvenidos intentos por desviarse de lo conocido. No obstante, aún resulta complicado asegurar que las entregas comandadas por James Gunn, Anna Boden y Ryan Fleck se desprenden completamente de la estructura superheroica. Por el contrario, la película Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos rompe con lo establecido a lo largo de más de diez años. Esto es posible gracias a su enfoque humanista que se apoya en elementos fantásticos, sin abusar de estos para ganarse a la audiencia.

Precisamente, la efectividad del conjunto radica en que, por las decisiones que se tomaron con respecto a tono y dirección, la historia que se cuenta no es la de un héroe con poderes magníficos que se dispone a vengar con fuerza bruta todos los males del universo. Aquí, el protagonista no es un dios ni un extraterrestre ni un científico superdotado. Es una persona como cualquier otra. Él no necesita de sueros o armaduras para estar al nivel de las y los mejores integrantes del MCU.

Mucho se ha dicho sobre si un personaje menos “extraordinario” tiene cabida en un equipo en el que abundan las habilidades espectaculares, así que si por algo destaca este filme es porque demuestra de manera fehaciente que se puede tener un gran desarrollo narrativo sin sacrificar la capacidad de asombro del público.

Sería un gran error no reconocer que lo anterior se debe al involucramiento de Destin Daniel Cretton como director. Este es que otro factor que marca una diferencia entre ésta y la anterior etapa. Se está dejando brillar a cineastas que, ante todo, resaltan los sentimientos y la vulnerabilidad.

El responsable de Short Term 12 (2013) aprovecha cada oportunidad que tiene para integrar su estilo naturalista a un entorno que, con afán de mantener la sensación de familiaridad y continuidad con entregas previas, no deja mucho lugar para la experimentación.

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En este sentido, no se puede esperar que Shang Chi y la leyenda de los diez anillos deje de ser una película comercial. Su objetivo es entretener. Aunque hay momentos contemplativos – y la fotografía se siente menos artificial y saturada que en otras cintas similares, debido al trabajo de William Pope–, jamás deja de hacerse evidente que estamos ante una respuesta a la creciente pasión por la cultura popular.

Así, se tiene que todo aquello por lo que Marvel se ha hecho famoso aquí hace acto de presencia. Desde dos escenas poscréditos, hasta tres cameos centrales que conectan con largometrajes de otros personajes del MCU. Hay que decir que de estas apariciones “sorpresa” sólo dos son verdaderamente emocionantes, mientras que otra es algo inútil. Además, la manera en la que se replantea una controvertida falla de Iron Man 3 (2013) es realmente ingeniosa.

En cuanto al elenco, cada integrante es excelente. El hecho de que se haya optado por fichar a nuevas caras, así como también a intérpretes experimentados, es un acierto. Simu Liu es perfecto como Shang-Chi. No sólo captura de manera creíble la dualidad que requiere el rol, al interpretar a alguien que no teme al usar su destreza física cuando la situación lo demanda, pero que no por eso deja de ser carismático ni tampoco pierde fortaleza. Es sencillo identificarse con él.

Asimismo, las intervenciones de Awkwafina son nada menos que maravillosas. Ella demuestra de nueva cuenta su facilidad para adaptarse a todo tipo de proyecto. Aquí se le da un viaje entrañable que se siente independiente a las vivencias del estelar. Además, queda suficiente espacio para que la comediante nos haga soltar carcajadas con su genial sentido del humor y chistes bien colocados.

Sin embargo, es Meng’er Zhang quien eleva la aventura a niveles extremadamente disfrutables. En su primera actuación para cine, tiene la oportunidad de sobresalir aún más que Liu. Con un arco argumental redondo y acciones con buena justificación, su interpretación como Xialing merece todas las palmas. Es seguro que su involucramiento será mayor en las inminentes secuelas.

Quizá el único aspecto que puede resultar un tanto decepcionante es que ésta no es una cinta de artes marciales. Algo contrario a lo que se promovió por mucho tiempo.

Sí hay escenas que se apoyan en enfrentamientos de este tipo –particularmente una muy emocionante que toma lugar en un autobús–, pero la acción no depende de ese recurso. Lo anterior no significa que el ritmo sea lento, pues casi en todo momento nos encontramos al filo del asiento. Esto no por los combates cuerpo a cuerpo, sino por la edición firme, la explosiva paleta de colores brillantes y la sutileza con que la cámara se mueve. Nada de esto es motivo de alarma para los aficionados a la adrenalina. Todas y cada una de las coreografías –algunas realizadas como homenaje al tradicional subgénero wuxia– son un absoluto deleite para los sentidos.

La película Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos no es una historia de origen, puesto que el héroe titular ya sabe quién es cuando se presentan los eventos que conforman a la trama. Aún así, es imposible negar que el resultado final sienta las bases de un nuevo comienzo para una de las franquicias mejor conocidas del cine basado en cómics.

Este es un gran ejemplo de lo que se debe hacer al adaptar propiedades intelectuales. Desde su creación y debut impreso, Shang-Chi no estuvo exento de estereotipos desafortunados. Su llegada a la pantalla lo perfila como uno de los integrantes con mayor potencial para el porvenir del MCU.

Más que un hito en representación, esta es una celebración de la cultura asiática. Además, es una confirmación de que, con una visión fresca –como sucedió con Cate Shortland y Black Widow, o Ryan Coogler y Black Panther– se puede crear algo poco olvidable.

Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos ya está disponible en Disney Plus.

José Roberto Landaverde Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los "Philly Steps" y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.