Resident Evil El huésped maldito – Crítica
Una mediana cinta de acción y terror que apenas sobresale como película proveniente de un videojuego.
Las adaptaciones de videojuegos al cine siempre han sido el punto débil de Hollywood y con Resident Evil El huésped maldito, el director Paul W.S. Anderson demuestra que su película pudo haber salido mejor… aunque, seamos honestos, también peor.
Tenemos entonces un escenario apocalíptico que hemos visto cientos de veces, sin embargo esto no demerita el tratamiento que quiera darle el director. Milla Jovovich es una sobreviviente que desconoce lo que sucedió a su alrededor. Un grupo militar la rescata junto con otro par de sobrevivientes y se dirigen hacia las instalaciones de The Hive, la punta del iceberg de la Corporación Umbrella, al parecer la culpable de todo el caos.
Con un inicio lento, que se toma su tiempo para desarrollarse y presentar su universo, Milla Jovovich se apropia del papel como una mujer que va recobrando lentamente la memoria, todo ello mientras comienzan a aparecer los primeros zombies que, aunque aterradores y fieles al género, son un tanto lentos.
Aunque avanzamos en la trama, el segundo acto se convierte en un camino empedrado en donde el espectador obtiene dosis de acción, pero si estas secuencias se eliminaran, nadie las extrañaría.
Por otro lado, los efectos visuales lucen muy plastificados hacia su final, sobre todo donde conocemos a la criatura mutante. Y esto, aunado a diálogos estereotipados, no hacen más que caricaturizar lo que sería el momento de más tensión en la película de Resident Evil.
Con un cliffhanger que deja un escenario para una secuela con mayor acción, Resident Evil El huésped maldito queda a deber como película en cuanto a proponer un camino fresco al género zombie. Sin embargo, no resulta una decepción como película adaptada de un videojuego… aunque sí, pudo ser mucho mejor.