Phineas y Ferb: Candace contra el universo – Crítica de la película de Disney Plus
Un regreso más que bienvenido para personajes que ya hacia falta volver a ver y, además, una propuesta que viene con un gran mensaje de unión familiar y autoestima.
Han pasado ya nueve años desde que se emitió en televisión la primera aventura en formato fílmico de los hermanastros más creativos. Ahora, en la película Phineas y Ferb: Candace contra el universo, los jóvenes y toda su pandilla regresan después de una larga ausencia para hacer lo que mejor se les da: sacarle provecho al verano con mucha imaginación, pero, sobre todo, con toda la diversión posible. La buena noticia es que, a pesar de haber estado mucho tiempo fuera de las pantallas con nuevo material, no han perdido su esencia.
En su primera cinta, que llevó el título de A través de la segunda dimensión en fabuloso 2D, se nos presentaba a los chicos embarcándose en la que, en ese entonces, era su misión más ambiciosa: liderar una resistencia para luchar contra los habitantes de una realidad alterna donde reinaban el aburrimiento y la tiranía. Si bien ese proyecto prometía bastante, el resultado fue decepcionante, pues, aunque en ese punto la serie principal ya contaba con dos temporadas y media transmitidas, el intento por alejar a los protagonistas de sus habituales capítulos de 22 minutos de duración se sintió apresurado y poco inspirado.
No obstante, para esta nueva entrega, el descanso que se le dio a la propiedad jugó un papel fundamental en la planeación de la historia. Aquí, es claro que, después de haber estado 13 años al aire, los creadores ya están en total control de todo y, por ende, nos presentan una mezcla de “grandes éxitos”, una compilación altamente funcional y efectiva de todos los mejores elementos que caracterizan al show original: ya sea con hilarantes números musicales que –como de costumbre– interrumpen abruptamente los eventos de la narrativa o con chistes meta que hacen alusión a otras franquicias aclamadas de la cultura pop, se vuelve evidente que el objetivo era complacer a toda esa generación de niños que, como un servidor, crecieron expectantes por saber qué invento presentaría cada semana el dúo de chiquillos con rostros geométricos.
Y es que, ¿acaso hay algo que pueda salir mal cuando los parientes titulares y sus amigos visitan el espacio exterior? Cuando en 2014 se presentó el episodio crossover con Star Wars, la sorpresa fue grata. Parecería que no, pero se produce cierta magia –y risas– al ver a Luke Skywalker cantar sobre lo monótona que es su vida en Tatooine mientras los hermanos se deshacen en elogios hacia el emocionante estilo de vida que les supone vivir entre vaporizadores y arena.
En la película Phineas y Ferb: Candace contra el universo hay más de esas inverosimilitudes que uno ya ni siquiera detecta de primer momento, precisamente por lo bien escritas que están y por la forma en la que se insertan dentro de los eventos. En esta ocasión, el par titular se prepara para rescatar a Candace, su efusiva y energética hermana mayor, de una abducción alienígena. Obviamente, en su travesía los acompañarán sus inseparables amigos Baljeet, Buford e Isabella, además de su mascota, Perry el ornitorrinco. ¿El problema? Candace no quiere ser salvada, ya que el planeta al que llegó es un utópico paraíso, libre de hermanitos molestos.
Lo que hace que el humor –que en otro contexto podría parecer simple y bobo– se integre de manera tan orgánica con la trama principal es el guion, armado por un extenso grupo de escribas liderados por Dan Povenmire, Jeff «Swampy» Marsh y Kate Kondell. Cada diálogo, cada broma, cada interacción es genialidad pura. Sin duda, un proyecto que, con mucho ingenio, demuestra que no hace falta recurrir a lo irreverente, lo soez o lo escatológico para ser inteligente y sacarle un sinfín de carcajadas a la audiencia. Grandes y chicos pasarán un rato sumamente agradable, gracias al constante bombardeo de ocurrencias sutiles y elegantes.
Por el lado de la animación, el colorido resulta muy atractivo, pero no hay mucho más para destacar, excepto por el hecho de que, como ya es usual, las voces del talento en inglés, como Ashley Tisdale, Vincent Martella, David Errigo, Alyson Stoner, Mitchell Musso, entre muchos otros, son el complemento perfecto para las acciones de sus respectivos personajes. Mención aparte para Povenmire, quien con su rol como el torpe Dr. Heinz Doofenshmirtz se roba cada escena en la que aparece.
Con todo esto, sólo queda decir que la película Phineas y Ferb: Candace contra el universo es un goce total. Un regreso más que bienvenido para personajes que ya hacia falta volver a ver y, además, una propuesta que viene con un gran mensaje de unión familiar y autoestima. Desde su secuencia inicial hasta sus créditos finales (con una canción por demás burlona y pegadiza), hace que nos sintamos de nuevo como pequeños frente al televisor. Las palabras: “Ya sé qué vamos a hacer hoy” jamás se habían sentido tan emocionantes.