Las brujas (2020) – Crítica de la película

En el otoño de 1990 –el mismo año en que Robert Zemeckis estrenó la tercera parte de Volver al futuro–, el cineasta Nicolas Roeg presentó la película Las brujas. Dicho filme es una adaptación del libro homónimo de Roald Dahl sobre un niño que descubre una asociación secreta de brujas mientras está de vacaciones con su abuela en un hotel de lujo. Como sucedió con muchas películas infantiles de finales del siglo pasado, su éxito con el público no se dio únicamente en pantalla grande, sino que muchos hicieron clic con ella en video y gracias a las constantes transmisiones en Canal 5. Aquí nuestra crítica de la película Las brujas del año 2020.

30 años después de aquel estreno, en 2020, Las brujas de Roald Dahl vuelve a ser adaptada a una película, pero esta vez con un guion de Kenya Barris (Black-ish), Guillermo del Toro y bajo la dirección del propio Robert Zemeckis. El elenco incluye a Anne Hathaway como la Gran Bruja, a Stanley Tucci como el administrador del hotel y a Octavia Spencer, como la abuela del pequeño protagonista.

Las comparaciones serán naturales pero injustas para ambas partes. Por un lado, la película de Roeg –fuera de Anjelica Houston como la Gran Bruja–, no goza del sólido cast que tiene Zemeckis. Pero la película de 2020 debe sortear la nostalgia que evoca la primera adaptación de Las brujas. Eso es algo complicado porque cada uno tiene recuerdos y memorias diferentes.

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Lo cierto es que Zemeckis y su equipo hacen una adaptación del libro de origen, no un remake como muchos pueden pensar. Naturalmente, esta adaptación ofrece nuevas aproximaciones a la historia. Aquí el niño y la abuela representan una minoría en la década de los 60, cuando ser negro era muy peligroso. «Las brujas escogen a niños porque nadie se va a preocupar de que desaparezca nuestra gente», dice la abuela en algún punto. O cuando van al hotel porque «vamos a estar seguros ahí entre tanto blanco».

Como la abuela, Octavia Spencer sigue demostrando que es una de las mejores actrices del momento. Para algunos puede ser un poco joven para interpretar a una abuela, pero ren los 50-60 las mujeres se casaban a los 18 años. Por su parte, las escenas de Anne Hathaway y Stanley Tucci juntos son sumamente naturales. Hathaway le imprime un acento europeo a su personaje. Algunos chistes sobre su pronunciación aterrizan muy bien, pero otros son un tanto forzados. Se agradece ver a la ganadora al Óscar (Los Miserables) en un papel cómico después de la fallida comedia Maestras del engaño.

Sin embargo, la fortaleza de Robert Zemeckis aquí es su principal enemiga. El peso de los efectos digitales –a diferencia de tener efectos prácticos– es muy notorio. Desde los ratones hechos con CGI, los cuales no son distractores, hasta el aspecto de la bruja mayor, el cual resulta poco amenazante. Y esto sin mencionar que Hathaway se sigue viendo espectacular aun para ser «la gran bruja».

Pero una cosa habría que dejar en claro: ésta será para muchos su primer encuentro con la historia de Roald Dahl. Como tal, la película no les fallará en ningún aspecto. Tiene humor, aventura, acción, suspenso, momentos de terror, ratones valientes y un final fiel al libro que los enfrentará –quizá por primera vez– a la idea de la muerte, tanto la propia como la ajena.

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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.